La lista de espera para operaciones baja un 20% en Osakidetza tras la pandemia

Quiere esto decir que el tiempo de espera en el servicio vasco de Salud se ha reducido casi un 20% desde la pandemia, pero es aún un 40% superior al de antes del coronavirus, por lo que queda aún un largo camino por recorrer para recuperar la normalidad. Muestra de ello es que no está siendo un descenso constante. Hace dos meses el retraso medio era de 66 días, dos menos que ahora.

Sagardui apuntó en este sentido que «no se puede recuperar en ocho meses –desde que los quirófanos retomaron su ritmo normal en octubre pasado– demoras acumuladas durante dos años y medio». «Para la mayoría de la población la pandemia es una situación superada, pero para Osakidetza es una realidad que no ha terminado porque ha tenido consecuencias», recalcó antes de recordar las cifras más relevantes que ha dejado el Covid en el sistema sanitario vasco: 44.000 personas con Covid atendidas, 3.000 de ellas en las UCI habilitadas para ello; más de 6 millones de pruebas realizadas y más de 5 millones de vacunas istradas.

Sagardui respondía a la parlamentaria de EH Bildu Rebeka Ubera, quien interpeló a la consejera sobre la situación del servicio vasco de Salud, recordando que según el último Deustobarómetro, «la sociedad vasca suspende en este 2023 a Osakidetza por primera vez en su historia». Ubera enumeró los frentes que tiene abiertos el departamento vasco de Salud, como falta de personal, reducciones de horarios y cierres de ambulatorios y camas hospitalarias en verano, protestas de los trabajadores, huelga de la limpieza... «Tiene muchos conflictos abiertos y problemas sin resolver. Ha conseguido prender fuegos y su gestión ha sumergido a Osakidetza en un infierno», espetó la portavoz independentista, quien pidió a Sagardui «un cambio de talante y «medidas estructurales» para que «el curso 2023-24 sea para reforzar el servicio sanitario».

Sobre la falta de médicos, sobre todo en Atención Primaria y Pediatría, Sagardui volvió a argumentar que «es un problema a nivel europeo», que obliga a «adaptar» los horarios en verano para facilitar «las vacaciones de los profesionales». Unas adecuaciones, finalizó, que «se producen todos los años» y que afectan a los centros y horarios «con menos actividad».