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Lunes, 12 de mayo 2025, 13:20
La lechuga reina de mayo no es de las variedades más conocidas entre los consumidores, pero seguramente sí lo sea entre los apasionados de la huerta. Y es que se trata de una variedad de lechuga ideal para iniciarse en el autocultivo, muy frecuente en los pequeños huertos urbanos por la sencillez de trabajarla y su alto rendimiento.
Su nombre -reina de mayo- se debe a que se trata de una variedad de lechuga mantecosa, de maduración temprana, lo que la convierte en una lechuga idónea para siembras de primavera. De ciclo vegetativo precoz, que oscila los 60 días, la siembra suele realizarse entre marzo y abril, para poder llevar a cabo la recolección a final de la primavera o principio del verano, es decir, durante los meses de mayo y junio.
La lechuga reina de mayo se caracteriza por tener una forma de repollo, con cogollos de forma de corazón redondo, cerrado y apretado. Sus hojas son de un color verde claro, suelen aparecer en los bordes roboraciones rosas y apenas se percibe el nervio central. En el ámbito de la textura, por su parte, la lechuga reina de mayo se caracteriza por ser una variedad tierna y crujiente, de sabor intenso y ligeramente dulce.
Estas características hacen de esta una variedad ideal para comer en fresco directamente en ensaladas, siendo también el tipo de lechuga idóneo para emplear como relleno en sándwiches, bocadillos, hamburguesas, wraps, etc.
Además de un tipo de lechuga muy sabroso, esta lechuga es un vegetal tan delicioso como saludable y nutritivo. Ello no debe sorprendernos ya que, como cualquier lechuga, tiene unas propiedades nutricionales destacadas en cuanto a aporte de agua, fibra y vitaminas y minerales.
Si entramos en detalle en su valor nutricional, veremos que la lechuga reina de mayo es una gran fuente de una amplia variedad de vitaminas como A, C, E, K, y varios tipos de vitamina D, además de contener hierro, magnesio, calcio, ácido fólico y la ya comentada fibra. Junto con ello, es rica en fitonutrientes.
Todo ello deriva en un aporte de bienestar y salud, favoreciendo el correcto funcionamiento del organismo. Y es que la lechuga facilita las digestiones y el tránsito intestinal, al mismo tiempo que su alto contenido en agua le otorga propiedades antioxidantes y diuréticas. En el apartado cardiovascular, disminuye la tensión arterial, los triglicéridos y el colesterol, y se le atribuyen también propiedades calmantes del dolor y favorecedor del sueño.
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