Es una de las cuatro basílicas mayores del catolicismo, levantada en honor de la Virgen en el Esquilino, la más alta de las siete colinas ... de Roma, en el siglo V. Alberga restos del pesebre del niño Jesús y tumbas de otros siete Pontífices.
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Situada en la nave lateral izquierda -la del Evangelio-, entre dos confesionarios, en un espacio destinado hasta hace poco a guardar candelabros y otros objetos de culto. En su testamento especificó que el sepulcro debía estar en la tierra y debía ser sencillo, sin decoración particular y con una única inscripción, 'Franciscus'.
Según la tradición, la Virgen indicó la construcción de su casa en el Esquilino. En el año 358 se apareció en sueños al patricio Juan y al Papa Liberio, y pidió la construcción de una iglesia en su honor. La ubicación quedaría señalada por un milagro: en pleno verano, el Esquilino apareció nevado.
Ordenada por Pablo V en 1611, alberga la Salus Populi Romani. Toda ella está decorada hasta la altura de la cúpula con mármoles de colores. El tabernáculo-relicario que guarda el lienzo, con cuatro columnas de jaspe, es del siglo XVII. Francisco la visitó en más de cien ocasiones.
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Alberga el icono mariano más importante, la 'Virgen Salus Populi Romani', más conocida como Nuestra Señora de las Nieves: un de madera de cedro atribuido a San Lucas y que emocionaba especialmente a Francisco.
Los Sforza fueron una de las familias más poderosas del Renacimiento, y gobernaron el ducado de Milán durante casi dos siglos. Esta capilla es el mausoleo de dos cardenales Sforza. Encargaron el proyecto a Miguel Ángel, que diseñó una planta rectangular oblicua, llena de movimiento, con ábsides laterales elípticos y un espacio cuadrado destinado al altar.
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Los más antiguos se remontan al siglo V y se encuentran en la nave central y en el arco triunfal. Los primeros cuentan la historia del pueblo judío y los segundos, que formaban la pared frontal original del ábside, la infancia de Jesús. Los de época medieval se encuentran en el ábside.
Contando a Francisco serán ocho: Honorio III, Nicolás IV, Pío V, Sixto V (la más impontente, en la imagen superior), Clemente VIII, Pablo V, Clemente IX y el propio Francisco. Enterrarse en este templo es un mensaje de sencillez que aleja de la suntuosidad de la basílica vaticana de San Pedro.
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La basílica acoge cinco delgadas láminas de madera de sicómoro del pesebre del niño Jesús traídas por peregrinos en el siglo V, de ahí que el templo sea conocido también como Santa María del Pesebre. Se conservan en un relicario de cristal de roca y plata del siglo XIX.
También están enterrados allí el famoso escultor, arquitecto y pintor Gian Lorenzo Bernini, uno de los más importantes del Barroco -diseñó, por ejemplo, la Plaza de San Pedro y el gran baldaquino de la basílica principal del catolicismo-, y Paulina Bonaparte, hermana de Napoleón.
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El artesonado del techo es renacentista, del siglo XVI, según un diseño de Giuliano da Sangallo; se dice que fue dorado con el primer oro traído desde América, regalado por los Reyes Católicos al papa español Alejandro VI.
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