En libertad sin medidas cautelares el detenido en Amorebieta por el presunto asesinato de un vecino hace un año

Miguel C., de 52 años, permanece desaparecido desde el pasado 1 de septiembre de 2022, hace más de un año. Aquel día fue visto por última vez en Amorebieta, su pueblo. Según la alerta por su extraña pérdida que se divulgó entonces como urgente por si alguien se encontraba con él o podía aportar alguna información sobre su paradero, tenía 52 años, medía 1,60 metros y pesaba 60 kilos. Era moreno y tenía los ojos marrones. Desde entonces, nadie ha sabido nada más de él. El hombre pertenece a una familia numerosa muy conocida del municipio vizcaíno. Son nueve hermanos y los padres ya faltan. La Ertzaintza abrió entonces una investigación para intentar localizarle a raíz de una denuncia de su familia.

Pues bien, el caso ha vivido en las últimas horas un vuelco. Agentes de la Policía Científica, con Equipos de Protección Individual (EPI), registraron este martes el domicilio, un segundo piso, de un vecino del barrio Ogenbarrena de la localidad zornotzarra durante más de seis horas. El sospechoso, que ha sido detenido por su presunta relación con la desaparición, fue trasladado hasta el lugar en un coche patrulla. Una vez que llegó su abogada para asistirle, el arrestado fue conducido al domicilio y comenzó el registro domiciliario, alrededor de las doce del mediodía. El consejero de Seguridad del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, la investigación «ha avanzado y se plantea como probable hipótesis la autoría de esta persona que ha sido detenida o su implicación en el asesinato al menos». «A partir de ahí poco más se puede añadir porque insisto en que la investigación está bajo secreto de sumario pero avanza bajo la dirección del juez de instrucción», ha añadido en una entrevista en Radio Euskadi.

El gran despliegue policial, que mantuvo acordonados varios bloques de viviendas en la urbanización, no se levantó hasta pasadas las seis de la tarde, cuando se dio por concluido. Los vecinos del portal afectado no podían entrar en sus casas en un primer momento. Además, en el operativo también se movilizaron agentes de la Brigada Móvil de la Ertzaintza, otros de Protección Ciudadana y guías caninos con perros.

Los especialistas buscaban en la vivienda del detenido pruebas biológicas y otras que puedan ayudar a aclarar la desaparición de Miguel, que ya se investiga como un homicidio. También tomaron medidas en la vivienda de una vecina para comparar con la del sospechoso.

Se encargan del caso agentes de la Sección Central de Investigación Criminal y Policía Judicial, que tratan desapariciones de personas y otros delitos graves. Antes de comenzar la inspección, un operario de la perrera se llevó los dos canes, uno de ellos una 'Setter' blanca con manchas negras, con los que convivía el detenido y a los que solía sacar a pasear por la noche.

«Es muy simpático y charlatán. Habla por los codos», confiaba una conocida. De complexión delgada y originario de Cáceres, el hombre es aficionado a la caza. Vivía en Amorebieta desde hace unos tres años. «No es la primera vez que la Ertzaintza viene a su casa, aunque nunca ha habido un despliegue tan fuerte», comentaba otro residente de la zona. Mantenía desavenencias con el casero por no tener al día los pagos.

Según fuentes vecinales, el arrestado es albañil encofrador y la víctima también se dedicaba a trabajos en obras de construcción. Ambos tenían cierta relación por ese motivo. Miguel le había conseguido un trabajo y había comentado a su entorno la posibilidad de ir a vivir a Ogenbarrena. Sin embargo, el 1 de septiembre, su rastro se perdió y nadie ha vuelto a verle.