«Los días de nieve dejamos al rebaño dentro de la nave»

Desde el caserío Erraizabal, situado a una altitud de 500 metros en el barrio legazpiarra de Telleriarte, Arantza Segurola explicaba cómo afecta la nevada a su día a día. «Amanecimos con poca nieve, apenas había cuajado, pero fue cogiendo un grosor considerable durante el transcurso de la jornada, la carretera general está limpia y transitable de momento, pero nuestro caserío se caracteriza por tener una cuesta de de 120 metros bastante empinada, que produce un considerable respeto a la hora de subirla y bajarla cada vez que nieva o hiela», describía.

«En estos días de nieve, un vecino del caserío Uerkalde de Brinkola suele limpiar con su maquinaria los s a los caseríos del pueblo en colaboración con el Ayuntamiento», contaba.

Salvando los inconvenientes propios de los desplazamientos con nieve, su trabajo en el caserío no se vio afectado en exceso ayer. «Tenemos una nave bastante grande, de modo que cuando nieva, en vez de sacar al rebaño a pastar en nuestros prados, lo dejamos dentro y le damos de comer allí mismo, lo que supone algo más de trabajo para nosotros, pero nada más», relataba Arantza desde Erraizabal. Su queso, perteneciente a la denominación de origen Idiazabal, ha ganado destacados premios a lo largo de las últimas décadas. En este momento, el caserío legazpiarra ha reducido su producción a un ámbito más pequeño, acotado a familiares y amigos que se acercan hasta sus parajes en busca del preciado manjar. «Hemos dejado en un plano más secundario el sector de la leche y ahora, no centramos más en la producción de corderos de leche para Label», explicaba Arantza desde los parajes de su casa. «Desde aquí, la vista con nieve es preciosa», reconocía, pese a los inconvenientes de su presencia.