«Dame el dinero de la caja y 12 cartones de tabaco; yo también tengo que vivir»

Los hechos sucedieron a las 9.20 horas de este pasado sábado en pleno centro de Orio. En el momento del atraco, en el estanco se encontraba el empleado de Patxi Uranga, ya que el oriotarra estaba reponiendo tabaco en una máquina de otro establecimiento de la localidad. Minutos antes del suceso, al trabajador sexagenario le había despertado sospechas un hombre que merodeaba al otro lado de la acera, aunque decidió no darle más importancia. «Cuando el ladrón vio que el dependiente se encontraba solo, entró rápidamente al estanco a punta de cuchillo», cuenta el propietario. «Dejó el puñal en el mostrador y le dijo que metiera en la bolsa de deporte doce cartones de tabaco y el dinero de la caja registradora. 'Yo también tengo que vivir', le repetía una y otra vez», cuenta mientras añade que «todavía no he podido hablar bien con su empleado ya que se encuentra muy nervioso».

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Durante los minutos en los que ocurrieron los hechos, un cliente entró al estanco, pero, según cuenta el propietario del establecimiento, «esta persona no se dio cuenta de que se estaba produciendo el atraco. El asaltante estaba de espaldas a él y no pudo ver el cuchillo». El agresor salió por su propio pie con 550 euros en cartones de tabaco y 150 euros en efectivo de la caja registradora, que introdujo en una mochila de deporte que portaba consigo. El propietario cree que sabía cuánto se tenía que llevar para que no le imputaran un delito mayor.

Patxi Uranga presentó la denuncia este domingo ante el departamento de Seguridad del Gobierno Vasco, que ha abierto diligencias por «robo con violencia». Aunque el oriotarra reconoce que la Ertzaintza le ha presentado fotografías de posibles sospechosos, comenta que «no puede identificar al 100% al asaltante ya que portaba un pasamontañas». Eso sí, Uranga y su empleado creen que puede tratarse de un «cliente habitual» porque su voz les resultaba «familiar».

Pese a que, por fortuna, en el asalto de este pasado sábado el empleado del estanco no resultó herido, Patxi Uranga no oculta su «preocupación» por la exposición a este tipo de sucesos que viven los establecimientos como el suyo. «Sabemos que es difícil prevenir estos asaltos y agradezco a la Ertzaintza toda la ayuda que estamos teniendo, pero hay que buscar maneras de que tengamos algo más de seguridad. No es la primera vez que me ocurre una cosa así, ni será la última, me temo», apunta el oriotarra.

El atracador es un hombre que podría tener en torno a 40 años, es alto (1.85 m.), y de complexión delgada. Quien pueda tener información que ayude a la detención del asaltante puede ar con la Ertzaintza o con el propio Uranga en el estanco.