«Mi aita presidió el Ermua y yo soy socio del Eibar»

- Es usted del Athletic de Bilbao. ¿No piensa cambiar ese lado oscuro en su vida? Aquí le dimos una Concha de Plata en el festival de cine, lo digo por si ayuda.

- Eso no es problema porque a mí la Real siempre me ha caído muy bien. Al no estar allí no vivía el sondeo diario de la Real y el Athletic. Ser del equipo de Bilbao tiene la ventaja de ser contrario de pocos, lo que pasa es que se ha cruzado un fenómeno por el medio que es el Eibar. El equipo de mi ciudad y del que yo soy socio. Al final todo queda en la selección de Euskadi, ahí es donde me siento más cómodo. He estado solo una vez en Anoeta y recuerdo que me lo pasé de maravilla con una gente con la que estábamos tomando champán desde por la mañana. Así sois los de Donosti, como tenéis el marco incomparable no necesitáis ir a ver al equipo fuera.

- En las Jornadas de Teatro de Eibar su director, Juan Ortega, consiguió que usted, Sacristán, Iñaki Miramón y Gurutze Beitia aparecieran sobre el escenario con la camiseta del equipo armero.

- Ya tenía la camiseta. Mi 'aita' fue presidente del Ermua. Ermua y Eibar han estado siempre muy juntos para ojear jugadores. Y el Ermua tenía una camiseta muy parecida a la del Eibar, así que esa equipación siempre ha estado en mi vida.

- ¿El grupo de teatro de la universidad laboral, Narruzko Zezen, figura destacado en su memoria?

- Totalmente. Me parece un nombre precioso, 'piel de toro'. Estábamos en Euskadi, pero con gente que venía a la Universidad Laboral y que eran catalanes, riojanos, navarros, zamoranos, gente de Madrid. Era como una piel de toro, muy simbólico para el teatro de la época. Representábamos a Fernando Arrabal, Becket, Ionesco. Era una piel de toro, una idea estupenda.

- ¿Le ayudó en su carrera profesional?

- Mucho.En Narruzko Zezen se creó un sistema muy organizado, disciplinado, con muchas horas de trabajo y gran ilusión. Me sirvió de mucho. Cuando llegué a Madrid no sentí problemas de falta de seguridad ni de conocimiento. De hecho, por eso todo fue tan rápido: llegué en 1975, me fui a la mili, empecé a trabajar en el 76, me fui en el 77 y cuando vuelvo un año más tarde ya hago tres protagonistas en el teatro. Es la suerte y haber estado en un sitio que te ampara para eso.

- ¿Cómo eran las ilusiones artísticas en aquel grupo de teatro en el que coincidió, por ejemplo, con Iñaki Miramón?

- Nosotros en Ermua y Eibar lo que soñábamos era con ser actores de teatro. Las películas que iban eran de serie B. Sin embargo a la Universidad Laboral de Eibar iban buenas compañías, como Tábano, Ditirambo. Grandes actores como Juan Diego… ¡Queríamos hacer aquello! Y también ser tan buenos hablando como los de 'Estudio 1'. Por eso los actores vascos nunca hemos tenido problemas de pronunciación. Cuando ahora dicen de los jóvenes actores que no se les entiende, pues a nosotros eso no nos ha pasado.