Crítica a 'Los peores': Hacemos una peli en el barrio

G anó en Cannes pero ese galardón y otros cuatro, incluido el del público en Pingyao, China, no le han servido para traspasar la, por ... lo demás confortable, frontera de los festivales más radicales ni para salir del refugio de los cineclubes más osados. Entre otros motivos porque las críticas recibidas en medios de la impronta de 'Libération' o 'Le Monde' han resultado ser tan ambiguas como lo es ella misma a pesar de su profunda carga de autocrítica y de su propia mirada sarcástica sobre ese hecho cinematográfico, oficialmente tan loable, de pillar cámara, grúas, pértigas, micrófonos y desplazarse a una barriada muy pero muy periférica para rodar una película que tú crees altamente social y muy para ser debatida en certámenes humanistas pero que en realidad no deja de ser más que otra pieza de lo que ya se conoce por 'porno pobreza'. Y eso por más que las autoras, conozcan bien las bambalinas de la hermosa farsa que es el cine pues han sido directoras de casting y peonada fílmica. De ahí que hasta se sueñen en el universo de los Dardenne, cuando ellos eran el epítome del cine armado de rabia de extrarradio.