Empezó a escribir la novela 'Los amores ingenuos' cuando trabajaba como tertuliana en el programa 'Crónicas marcianas', pero la dejó en un cajón a la ... espera de que llegaran tiempos más tranquilos dentro de su vorágine televisiva. El confinamiento le devolvió a las páginas de esta obra para rematarla y pulirla. Su trabajo acaba de salir a la luz porque, una vez más, Begoña Ameztoy ha conseguido publicar su escrito. ¿Qué se puede encontrar en sus páginas? Una crítica brutal a la impostura, a la belleza sin alma utilizada como valor de cambio, tan importante como la inteligencia o el dinero.
- «Nada excita más el deseo de un hombre que la indiferencia de una mujer. No es necesario añadir de una mujer bella. Las indiferentes siempre son bellas». Así comienza su libro. ¿Es un resumen de lo que sucederá a lo largo de sus páginas?
- Sin duda. Una cosa es la igualdad teórica y otra la real. ¿Sabes cuál es el sentido de la toca que llevan las monjas? Evitar que las palabras de los hombres les lleguen a los oídos a estas mujeres y que las halaguen. El hombre prefiere conquistar a la mujer, nada hay que le excite más. Por eso durante mucho tiempo se ha considerado que había que hacerse de rogar antes de acceder a la conquista masculina.
- Pero eso ha cambiado mucho.
- Más en la teoría que en la práctica. Yo estoy convencida de que la igualdad perjudica más a las mujeres, hay chicos a los que las chicas les parecían unas guarras si intentaban conquistarles. En USA hay una vuelta en las formas de comportarse que ha tenido en cuenta la opinión de las mujeres. Por debajo del 'Metoo' ha surgido otra forma de vivir la feminidad. Eso también me parece una forma de libertad.
- Hábleme de sus personajes, de esa pareja elegante que forman Cecil y su marido Gaspar.
- Ella es una necia sin principios ni ética. Es lo que se llama mujer florero, ¡ojo! cualquiera tiene derecho a serlo si quiere, pero Cecil es una mujer que se casa por interés y vive el matrimonio como si fuera una empresa, probablemente influenciada por la educación que ha recibido de su madre y de su abuela. Su marido es un impresentable, mayor que ella, que sabe que no está enamorada de él y no le importa. Son el ejemplo de muchas parejas que viven en la sociedad, que están juntos por el interés, capaces de todo para mantener su estatus.
«Yo estoy convencida de que la igualdad perjudica más a las mujeres»
- ¿La sociedad no ha cambiado este tipo de perfiles?
- Yo creo que no, aunque pienso que hemos avanzado en muchas cosas. Como en todo lo que tiene que ver con los derechos del colectivo LGTBI. O como que se acepte que no solo el hombre puede enamorarse de una mujer más joven y no solo al revés. Ahí está el ejemplo del presidente Macron y su mujer, aunque no nos engañemos: ella va vestida con aspecto juvenil, como si no quisiera dar a entender qué edad tiene.
- Eso es coquetería... Supongo
- Sí, es cierto. La belleza también es una actitud y un deseo de gustar que, por ejemplo, la otra protagonista de la novela, Lola, no comparte con Cecil. Volvemos a Estados Unidos y a esos cambios que se están produciendo. Por ejemplo el fenómeno de las 'Curvy', esas mujeres que están espléndidas y atractivas con una 42. La sociedad ha dicho que no quiere solo tallas 34, que espera encontrar gentes sin complejos.
- Mucha gente le sigue identificando con 'Crónicas Marcianas' o con 'Sálvame'. Gran parte de este mundo queda descrito en esta novela. Dicen que no ha tenido que investigar demasiado después de vivir en esos mundos a los que se llega desde una televisión nacional.
- Y es cierto. Trabajar en una cadena como la mía me permitió conocer a gente rica y poderosa, a personas de todo tipo a los que les fascinan aquellos que están delante de la cámara. Eso me ha permitido también ser más selectiva, aunque sigo sin tener pelos en la lengua.
- Pero dice que está en retirada.
- Y es verdad. La farándula ya no me interesa, pero sí la política, por ejemplo. Sé que no pasa por sus mejores momentos, pero es un mundo que puede ser apasionante.
'Los amores ingenuos'
Autora: Begoña Ameztoy
Editorial: Ediciones Beta.
Páginas: 279.
Precio: 17 euros
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