Eva Rivera es la creadora, productora y directora artística de este Dock of the Bay, el festival de documentales musicales que este año ha cambiado ... de fechas y ha relegado al invierno para celebrarse en verano. Eso sí, será presencial con todas las precauciones que exige la pandemia, un empeño personal de la propia Eva Rivera. A partir del próximo lunes, 7 de junio, el certamen inicia su andadura e incorporará además competición de cortometrajes sin olvidar sus secciones y actividades habituales.
- ¿Cómo presentaría el festival a un turista que viniera estos días por San sebastián?
- Es un festival de cine documental musical, películas en las que ocurren muchas cosas y que en los catorce años que tiene de vida ha encontrado un hueco en la agenda cultural. Es también un momento de encuentro de mucha gente que tiene intereses y aficiones similares y por eso hemos luchado mucho porque sea presencial con las limitaciones que haga falta.
«Hay un público fiel que ha crecido con nosotros, pero hay otro que espera a ver qué se le ofrece»
- Su público, entonces, es muy homogéneo...
- ¡No! Vamos a ver, hay un público muy fiel que ha crecido, que ha envejecido con nosotros, pero hay otro que varía según lo que se le ofrezca, los géneros musicales o los temas que se toquen. Lo que importa es disfrutar de lo que se ofrece. Intentamos que sea lo mejor y lo más variado posible. Lo mejor es mirar la agenda cada día y ver qué nos puede interesar. Como en el Zinemaldi.
«No sé por qué alguien monta un taller, pero yo sí sabía que quería dedicarme a la cultura»
- Es usted la empresaria y la directora artística de este certamen, el alma del Festival, con una agenda intensa sobre todo ahora que estamos en vísperas de que empiece. ¿Cómo se le ocurrió meterse en este lío?
- Bueno... no sé la razón por la que alguien monta una fábrica de tornillos o un taller mecánico, pero yo sí sabía que quería dedicarme a la cultura, que era y es mi vida. ¿Qué mejor que un festival? En este ámbito es importante querer y saber a qué quieres dedicarte. Es cierto que cuando decidí embarcarme en esta aventura podrían ser cortometrajes, por ejemplo, pero el género de los documentales musicales ya había aparecido en el panorama y me pareció un género muy adecuado para esta ciudad. Porque es melómana y amante del cine, es el entorno adecuado. Dock of the Bay no hubiera surgido en otras localidades, en Soria o Guadalajara por decir algunas.
- Más allá del cambio de fechas y la inclusión de una sección oficial de cortometrajes, ¿han programado alguna otra novedad?
- No, en principio no. Tengo que matizar que siempre hemos contado con cortos en nuestra programación, aunque nunca, como esta vez, sujetos a concurso de una sección oficial.
- Destaque alguno de ellos.
- ¡Uf! no puedo, resulta muy complicado. No, de verdad que no, que no soy capaz. Lo que sí quiero destacar es que son ocho historias muy diferentes, que hay una diversidad de propuestas. Lo mismo ocurre con los largometrajes, tampoco puedo posicionarme a favor de uno de otro. Pero estoy orgullosa de que el espectador se vaya a encontrar, por ejemplo, con 'Helmut Lachenmann: My way', la historia del famoso director de música clásica le ha dado forma a la música contemporánea. O que inauguremos con 'Dima Punk' y su historia por los barrios más populares de Casablanca, que es la ópera prima de Dominique Caubet.
- Son historias muy diferentes. La música clásica, el punk...
- Sí, ya he recalcado la importancia de una oferta diversa. Pero no hace falta que te guste la música punk para que disfrutes de esta película. Creo que hay algo importante que es valorar cada película, a concurso o no, en función de lo que te ofrezca. Por eso eso invitaría a la gente a acuda sin prejuicios a cualquier sesión, les guste ese tipo de música o no. Todas son atractivas y encierran su encanto.
- Reivindica públicamente el encanto de la butaca de cine. ¿Tendrá éxito esa reivindicación?
- Yo espero que sea así, porque debemos recuperar las salas de cine como espacio de encuentro y de cultura.
- ¿Es fácil hacerlo frente a la comodidad del atracón de series desde el sofá de casa?
- Yo creo que sí. Hoy todo son plataformas digitales, pero sentarse ante una pantalla grande rodeada de gente tiene mucho encanto.
- Quiere atraer a los jóvenes a esas butacas de las salas de cine. Como las del Trueba, que albergan toda la sección oficial.
- Es una línea estratégica del festival. Necesitamos crear nuevos públicos, abrir nuevas ventanas al mundo, demostrar el valor de la cultura. En esta edición, por ejemplo, vamos a contar con los alumnos de Radio de Deusto, que van a hacer un programa de radio desde el Kutxa Kultur de Tabakalera. Es una forma de integrar a los más jóvenes y a que la gente disfrute.
- En Tabakalera habrá distintas actividades, en Dabadaba un concierto en directo, no faltará la presentación de libros. ¿Y los Diálogos?
- Están programados en el Koldo Mitxelena. Son un espacio de reflexión sobre todo este campo. Esta vez denominarán 'Fuera de campo'. Necesitamos pensar sobre el futuro de la cultura.
- Por fin queda 'Perfect Day', la sección que está fuera de competición y que busca mostrar una selección de las películas documentales musicales internacionales más destacadas del panorama.
- Vamos a contar con un documental que ha sido muy premiado, 'The mystery of the pink flamingo', de Javier Polo, la historia de un ingeniero de sonido. Tenemos también nuestro particular homenaje a Rafael Berrio.
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