Johnny Depp y su obsesión por el txakoli

El protagonista de 'Charlie y la fábrica de chocolate' quizás sueña con actuar un día en «una fábrica de txakoli». Recordó ayer que ya conocía el País Vasco («aunque me gustaría recorrerlo con más detalle) y que visitó hace 20 años este Festival «que es muy auténtico, de raíz». «Es una cita que tiene que ver con el cine, con las películas, y no están tan preocupados con el aspecto alocado y sensacionalista», dijo.

Se movió por Donostia con su aire 'casual', con los brazos cubiertos de tatuajes y acompañado de otro artista de aire rockero, Julien Temple, director de la película 'Crock of Gold', que ha producido Depp. En su photocall parecían más un grupo de promoción que cineastas. Pese a las restricciones que rodean las citas con los fotógrafos en las terrazas del Kursaal el actor saludó a los fans que estaban en la playa, y por la noche, en la alfombra roja del auditorio, volvió a mostrarse cálido. Como en las entrevistas. A mediodía comió en el restaurante Bokado de Mikel Santamaría, en el Aquarium, con vistas a la bahía. Dejó encantado su firma en un libro donde ya firmaron Bruce Springsteen y tantas otras estrellas.

Hasta la noche Depp paseó en vaqueros, camisetas y cazadoras informales. Parecía que había cogido dos cositas en una pequeña maleta. Pero nuestro fotógrafo captó el carro del hotel donde llegaba su equipaje y ocupaba como para quedarse un mes en Donostia. O la ropa 'casual' ocupa más de lo que parece o tras cumplir con el Zinemaldia se va a hacer la ruta entera del txakoli por Getaria. O tal vez quiere ir bien pertrechado por si le ocurre lo que le pasó con Shane MacGowan, el cantante de The Pogues, «la vez que me dio unas pastillas y desperté tres días después en Francia sin recordar nada».

¡Qué ratos tan cálidos habría deparado la presencia de Depp en Donostia en una edición normal! Es lo que hay. A cambio el 'star system' español ilumina los paseíllos. Y se desparrama por la hostelería local, que se queja de que este año también se nota el bajón de ambiente.

Aunque para ambiente, el que registró Martín Berasategui en la noche del sábado en su restaurante de Lasarte con la visita de Alejandro Sanz. «¡Anoche sí que cayó una estrella!», bromeaba Berasategui en la red como pie de foto de su imagen con Sanz, los dos en pleno gesto de «garrote». El cocinero con más estrellas Michelin recibió al músico. «Grande, Martín, qué bien nos sentimos en tu casa. Qué gran equipo y qué buena cena en la mejor compañía. Gracias amigo...y garrote», respondía el cantante, que estuvo acompañado, entre otros, por su pareja Rachel Valdés. Sanz es un gran aficionado a la gastronomía que disfruta mucho en la cocina, según explicó a sus anfitriones en Lasarte. Y a la vista de la repercusión mediática y en redes sociales, una de las estrellas con más eco este año. Aunque lo suyo haya sido escribir una canción para 'El verano que vivimos'.

Sanz y todo el equipo de ese 'verano' dieron ayer color a los fotógrafos. Antes de la gala en el Victoria Eugenia protagonizaron un photocall con Blanca Suárez y Javier Rey como estrellas, pero con presencia también de María Pedraza, Pablo Molinero o Carlos Cuevas. Suárez y Rey son pareja y no han ocultado sus gestos de cariño en San Sebastián.

¿Qué haremos cuando se vaya Depp? ¿Habrá emociones antes de la entrega del Premio Donostia el jueves a Viggo Mortensen? Brindamos para que las haya. Con txakoli, como Depp.