«He empezado muy rápido, pero he tenido que bajar el ritmo porque he notado pinchazos»

El atleta guipuzcoano ha liderado la prueba de principio a fin y durante buena parte del recorrido ha marchado a ritmo de récord; una plusmarca que precisamente él mismo logró el pasado año con un tiempo de 59.56 minutos. «Ya en el calentamiento me he visto bien y he decidido empezar fuerte, pero en el tramo final he tenido que bajar el ritmo porque he notado unos pinchazos en el tendón. Con estos cambiados de ritmo, de empezar primero rápido y luego tener que frenar te entra un cansancio tremendo», ha explicado. Esta situación ha hecho que otro corredor guipuzcoano, Iraitz Arrospide, haya amenazado a falta de un kilómetro su tercera txapela, pero finalmente Lachgar se ha hecho con la victoria con un tiempo de 1:02.19 horas.

El ya tricampeón ha indicado que sus tres victorias en la Behobia «son especiales y bonitas» para él, aunque la de este domingo ha sido la más sufrida debido al cansancio. Por eso, Chakib ha confesado que el empuje del público ha sido este domingo más que nunca gasolina para sus piernas. «La gente te anima todo el tiempo, es una carrera muy especial y siempre que pueda aquí voy a estar». Su próximo objetivo es la maratón de Valencia, «si se puede celebrar».

El otro guipuzcoano en el podio, Iraitz Arrospide, se ha mostrado también muy satisfecho con la carrera que ha realizado. «Estoy muy contento con el trabajo que he hecho hoy a pesar de que se me ha escapado el segundo puesto en los últimos metros. Pero es mi cuarto podio en una Behobia y es algo que hay que poner en valor».

Preguntado sobre si confía en cumplir su sueño de subirse algún año a lo más alto del cajón, Arrospide ha manifestado que «quizá esa victoria no llegue nunca, o quizá sí, quién sabe, depende también de los rivales; pero solo me queda luchar».

El segundo clasificado ha sido el madrileño Rubén Morales, que ha lanzado un sprint a falta de 100 metros para la meta y ha arrebatado el segundo puesto a Arrospide. «Me estaba guardando ese último esfuerzo y al final he podido cogerle», ha indicado.

El madrileño ha confesado que la carrera le ha parecido «muy dura, sobre todo la última cuesta -el alto de Miracruz-, pero estoy muy contento. El ambiente es una pasada». Morales ha querido dedicar su segunda plaza a su padre «que tiene cáncer y para que luche»