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El Gipuzkoa Basket cargó tanto su mochila de errores durante los primeros veinticuatro minutos contra el Fuenlabrada que, cuando se dio cuenta de que vagaba ... a rastras sobre la pista del Fernando Martín, se apresuró en vaciar toda la carga que llevaba a su espalda sin que le diera tiempo para trasladar todo el peso a un necesitado conjunto fuenlabreño. Al final, derrota por 81-71 y adiós al factor cancha en el playoff cuando el Estudiantes gane o este mediodía al Cáceres o al Melilla u Oviedo en las dos jornadas restantes.
Con tan solo reflejar que a seis minutos del final del tercer cuarto el cuadro guipuzcoano perdía 58-33, queda todo dicho. El Fuenlabrada, que sumó su sexta victoria consecutiva a costa de la tercera derrota seguida del Gipuzkoa Basket, hizo de su mayor necesidad por vencer –está esprintando por entrar en playoff– virtud para superar a su rival.
La intimidación de Van Zegeren, el acierto de Duran y Garino y la determinación de McGrew desarboló por completo a un Gipuzkoa Basket que se vio superado y no acertaba ni en defensa ni en ataque, donde sus errores (cinco pérdidas) y fallos (solo metió dos canastas en juego en el primer cuarto) dio alas para que el equipo de Toni Ten se adelantara 27-12.
En el segundo cuarto la explosión anotadora del serbio Petar Aranitovic, con ocho puntos en dos minutos, hizo creer que el que estaba en cancha era en realidad aquel Partizan de Fuenlabrada, ese equipo que tuvo que jugar sus partidos de la Copa de Europa de la temporada 1991/92 de local en el municipio madrileño por la guerra de los Balcanes y que ganó la competición continental. Todo era alegría en la pista en un contexto –salvando todas las distancias– de horas bajas en el club, recién descendido de la ACB y perdido en la media tabla de la LEB Oro. El marcador figuraba un claro 35-18 y después del 37-23, la primera canasta de Barcello, un parcial de 11-0 elevó la renta por encima de los veinte puntos, que fueron veintidós al descanso (50-28).
El partido no mejoró tras el paso de vestuarios y la desventaja tocó su techo en los veinticinco puntos después de un triple de Jordan Swing (58-33). Verse tan abajo debió de asustar a los jugadores. Comenzaron a controlar el rebote, el ritmo de juego, subieron líneas en defensa y compartieron con velocidad el balón para por fin arrancar y, con un parcial de 0-13, entrar en partido.
El Gipuzkoa Basket no paró de remar, continuó descargando la mochila de piedras y cuando con 72-66, 4:30 por jugarse y posesión Marcius tuvo un tiro debajo del aro para acercarse a cuatro, un error de los que no suele ocurrir fue el motivo para que Tomás Bellas, veterano y experto de este deporte, no perdonara en la siguiente jugada y metiera un triple de mucho mérito para devolver de golpe en una canasta todas esas piedras que el GBC se había ido quitando (75-66).
Quedaba tiempo, pero todas las opciones de remontada quedaron enterradas.
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