La economía española resistirá -al menos, de momento- el golpe de la guerra comercial. Así lo considera el Fondo Monetario Internacional (FMI), que revisó este ... jueves dos décimas al alza sus previsiones de crecimiento económico para España, hasta el 2,5%. El organismo, que publicó su informe tras el trabajo de una delegación en nuestro país, prevé que el PIB siga creciendo un 1,8% en 2026, aunque esta estimación está muy ligada al riesgo por la situación global.
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El organismo multilateral avanzó que el impacto adverso derivado de los aranceles impuestos por Donald Trump será «contenido» para la economía española por la escasa exposición comercial a Estados Unidos. El Fondo presidido por Kristalina Georgieva considera que España continuará avanzando de manera «sólida» a corto plazo para moderarse gradualmente. Indica además que el crecimiento potencial en años posteriores será del 1,7% al verse limitado por el envejecimiento demográfico.
El FMI proyecta que el consumo seguirá siendo «sólido» gracias al aumento de los ingresos reales y a una disminución paulatina del ahorro de los hogares, circunstancias, ambas, que compensarán una creación de empleo más lenta. La tasa de paro permanecerá estable en el 11% a medio plazo. Contempla en su análisis que la inversión repunte gracias a los recortes de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE), por la ejecución de los fondos europeos y la mayor construcción de viviendas.
El organismo destaca el dinámico sector exterior y un mercado laboral «robusto». Por ello, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, valoró tras conocer el informe que «nuestra economía sigue por el camino de la modernización y transformación, consolidándose como el motor de crecimiento de la zona del euro».
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Aunque a nivel político considera que la fragmentación puede impedir al país cumplir con sus objetivos de déficit, el FMI reconoce que las cuentas públicas «continuaron mejorando» en 2024, a pesar de la fuerte expansión del gasto público por los salarios y transferencias sociales, así como por los destrozos causados por la dana de Valencia. Aun así, la elevada deuda pública y las inminentes presiones de gasto entrañan riesgos fiscales a medio plazo. Con una deuda del 101,8% al cierre de 2024, la trayectoria de la deuda de España sigue siendo «vulnerable a shocks de crecimiento y de los costes de financiación».
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