La máquina herramienta urge al Gobierno Vasco apoyo económico para la reactivación

El SOS fue lanzado ayer por el presidente de la asociación de fabricantes (AFM), Félix Garbalena. El clúster es de ámbito estatal, pero la sede se encuentra en Donostia dado que el 80% de las compañías radican en Euskadi. Garbalena, quien calificó 2020 como un año «durísimo», mostró su satisfacción por el Plan Renove promovido por el Ministerio de Industria, el primero de este tipo de ámbito estatal, dotado con 50 millones de euros. El presidente del clúster solicitó a las istraciones autonómicas «en especial a la vasca» que complemente esos fondos «de manera decidida y contundente en un año tan crítico como 2021. La implementación urgente de estos programas -subrayó Garbalena- dentro del primer trimestre podría empujar la demanda».

El Gobierno Vasco puso en marcha el año pasado un Plan Renove para la compra de maquinaria. La iniciativa contó con un presupuesto de 20 millones de euros pero no iba dirigido, como en ediciones anteriores, específicamente a la máquina herramienta, sino que se debía repartir con otros sectores, como el de la automoción.

La reclamación se realiza al hilo de la presentación del balance del sector correspondiente al año pasado, un ejercicio que presenta claroscuros porque, si bien fue malo sin remisión, también es cierto que el repunte del último trimestre permite prever una cierta recuperación en 2021, aunque habrá que esperar a 2022 para que la actividad se normalice.

Los datos reflejan el citado descenso de la facturación del 21,4%, que se eleva al 22,4% en el caso de las exportaciones. El clúster explica que la pandemia ha ocasionado una importante caída de la demanda, situación que se ha visto agravada por las severas restricciones para viajar y realizar ventas, instalaciones y mantenimiento de los equipos. Con todo, entre tantos nubarrones se vislumbró un rayo de sol. «Aunque lejos de compensar la evolución del año -explicó Garbalena- el último trimestre sí ha mostrado una cierta recuperación que finalmente ha atenuado el tremendo impacto inicial del confinamiento y permite comenzar el año con expectativas renovadas».

La caída fue generalizada en todos los subsectores aunque las máquinas de deformación, que ya arrastraban descensos en los dos pasados años, resultaron especialmente afectadas. En arranque, particularmente el fresado, los componentes y las herramientas aguantaron algo mejor.

Los principales destinos de las exportaciones no registraron grandes cambios, con Alemania a la cabeza (12,1%), seguida de Estados Unidos (10%), Francia (9,7%), Italia (7,4%) y China (7%). La AFM recalca que el origen de los pedidos captados en 2020 ha sufrido un vuelco, dado que China ha relanzado su actividad industrial antes que otros países, colocándose a la cabeza de captación, por delante de Alemania.

Por lo que respecta al mercado estatal, tras un mal 2019, la inversión en máquina-herramienta volvió a ceder. Las ventas sufrieron una caída del 18,3%, dato que apunta a un proceso continuado de descapitalización industrial.

La captación de pedidos en 2020 se deterioró respecto a 2019 en un 23,5%, aunque se reactivó a finales del ejercicio. El mercado interior, ya en niveles bajos, cayó menos (-12,11%) y fue la exportación la que se llevó la peor parte (-24,93%). Por subsectores, al igual que en los tres últimos ejercicios, fue la deformación la que experimentó una bajada más marcada, arrastrada por la automoción, mientras que el arranque cae de manera más leve.

Garbalena señaló que el año ha arrancado con «sensaciones encontradas» y la necesidad de que los mercados se normalicen. En este sentido, indicó que 2021 será el año de la recuperación, aunque los primeros compases hayan mostrado «signos de incertidumbre por los ritmos de vacunación en Europa».

El presidente del clúster espera que el primer trimestre sea el más difícil, para ir mejorando según avance el año. «En este sentido -subrayó- es importante la captación de pedidos que se produjo a finales de año, que ha dado algo de oxígeno para seguir funcionando hasta que la actividad y la demanda cobren más fuerza. En todo caso, parece que el sector tendrá que esperar hasta 2022 para la vuelta a la verdadera normalidad».