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Oskar Ortiz de Guinea
San Sebastián
Jueves, 12 de junio 2025, 00:01
Como cada día que pasa consulta en Donostia, el médico de Baiona Pascal Trotta llegó ayer con tiempo suficiente para atender desde las 9.00 ... de la mañana a sus pacientes en el número 3 del paseo de los Fueros, en un local con un amplio escaparate a pie de calle. Aunque le incomodó la presencia de la prensa ante su consulta y reiteró su negativa a realizar declaraciones públicas, mantiene su agenda con normalidad, a la espera del juicio en el que deberá comparecer la próxima semana en París. Está acusado de ser colaborador y cómplice del doctor bordelés Michel Geffard, a quien considera «un genio» y también su mentor, que desde 2019 está inhabilitado para el ejercicio de la medicina en Francia, país donde las autoridades sanitarias no autorizan el método que este veterano galeno de Burdeos creó para tratar enfermedades como la esclerosis múltiple. Un tratamiento bautizado como endoterapia que Trotta considera «revolucionario», y que será juzgado en París entre los días 17 y 25. La Fiscalía acusa a Geffard de ejercer la medicina de manera «ilegal» y de tráfico «ilegal» de productos. Trotta ite en su defensa que su maestro le derivó cien de sus 2.000 pacientes, a los que sigue recetando los mismos productos basados en métodos naturales. Pero que ahí acaba su colaboración con Geffard.
Desde luego, Trotta no es ningún gurú que atienda a sus pacientes de manera clandestina en un lugar oculto. Su consulta es muy visible, en su web defiende las prácticas de Geffard y está dado de alta en el Colegio de Médicos de Gipuzkoa, donde «nunca» han recibido ninguna queja con respecto a su actividad. Sus pacientes también defienden sus tratamientos, según señalan a la salida de su consulta, tras una cita de una hora con el naturópata baionarra. La gran mayoría proceden de Iparralde, lo que explica que la istrativa al frente de la consulta sea sa y que el etiquetaje de los productos que receta esté también en el idioma de Julio Verne.
«Además de ser buen médico, lo que más podemos destacar del doctor Trotta es su humanidad, el trato humano y cercano», aseguran dos paisanas del médico de Baiona, cada una con un problema de artrosis. Son conscientes del proceso judicial que el galeno y Geffard tienen pendiente en París, y aunque son reacias a opinar sobre él, desde el anonimato terminan rompiendo una lanza por él.
No es ningún vendehumos, según subraya una de ellas mientras muestra las dos bolitas de auriculoterapia que le acaban de poner en el lóbulo de una oreja para su artrosis. «No es alguien que te diga que tienes que venir todos los meses para hacer negocio. Yo vine tres o cuatro veces hace cuatro años y hasta hoy (ayer) no he vuelto. Su tratamiento ha ido muy bien para mis rodillas». Tan bien como para la cadera derecha de su acompañante. «A mí me operaron de la cadera izquierda para ponerme una prótesis, y me dijeron que en la otra cadera me pasaría lo mismo». Sin embargo, asegura que se puso en manos de Trotta, y «no he pasado por el quirófano». «Estamos muy contentas con él. Le conocíamos de otra faceta ajena de la medicina, y como médico también es muy bueno. Lo decimos nosotras pero también más pacientes: algunos van a testificar en el juicio».
Esa misma mañana, una mujer que reside «cerca de Biarritz» se niega a dar su parecer sobre Trotta. «Tiene un juicio ahora y no quiero problemas pero todo lo que podría decir de él es bueno».
Dentro de este clima que reafirma la actividad de Trotta, encontramos a una paciente disgustada con la atención recibida. Era la primera que entró a la consulta a las 9 de la mañana, una mujer de 62 años llegada de San Juan de Luz. «Ha sido la primera vez que he venido. Tengo osteoporosis y estaba interesada en la endoterapia de Geffard, que está inhabilitado en Francia y leí que Trotta seguía su método en San Sebastián, que está prohibido en Francia. Pero he salido decepcionada», explicaba la paciente, en su caso con una bolita dorada en cada oreja. «No sé si es por el juicio, pero él estaba muy nervioso y no me escuchaba. Le quería explicar mi problema, pero no escuchaba. Al salir, le he dicho a la secretaria que me iba disgustada y dudo que vuelva».
Lo dice tras haber abonado los 150 euros por la consulta de una hora más 185 euros por tres productos, dos de ellos anunciados en la web de Trotta: «Básicamente son unas gotas de vitamina C (para un mes), unas píldoras de Omega 3 (tres meses) y unos polvos. Estoy preocupada por mi osteoporosis, y busco una solución. En lo que más creo es en la ozonoterapia, que está prohibida en Francia, y por eso he ido a la consulta del Dr. Schmitz en Denia (Alicante), también donde un médico de Grenoble aquí en San Sebastián. Si la medicina acierta con tu problema, es una inversión».
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