Medio siglo bebiendo kalimotxo

No hay nada como la desesperación para azuzar el ingenio. Es lo que les ocurrió a los componentes de la cuadrilla 'Antzarrak' de Getxo, que eran los responsables de la organización de las fiestas de San Nicolás del Puerto Viejo de Algorta en 1972 y que se convirtieron, de repente, en propietarios de 2.000 litros de vino picado. Un desastre que ponía en peligro la supervivencia de los festejos. Hasta que tal día como hoy hace 50 años, se les ocurrió mezclarlo con refresco de cola para enmascarar «su sabor a petróleo», como recuerdan los padres del kalimotxo, que han sido homenajeados este viernes por la comisión de fiestas de este pequeño rincón pesquero como reconocimiento a la creacion de un cóctel con medio siglo a sus espaldas y cuya popularidad se ha extendido incluso a otros países.

«Si un gerente de Coca-Cola no nos hubiese mandado un camión en el último momento, no podríamos haberlo hecho», apunta Gotxon Elorriaga,, uno de los integrantes de 'Antxarrak. Él es uno de los 17 de los 22 que han podido acudir al acto de homenaje organizado por la Asociación San Nicolás de Bari Portu Zaharreko Jai Batzordea. «Hace 50 años una cuadrilla, teniendo que financiar las fiestas, tuvo la fantasía de poner un nombre a la mezcla de la coca cola con el kalimotxo. Hoy es un nombre internacional que siempre va a estar unido a las fiestas del Puerto Viejo. Estas fiestas no serían lo mismo sin el kalimotxo».

¿Y cómo estos amigos acabaron con tantos litros de vino tinto en mal estado? Parece que fue por una serie de catastróficas desdichas. En primer lugar, los vecinos se habían quejado de los vidrios rotos en el recinto festivo, lo que provocó que esta comparsa pidiera al distribuidor del caldo que lo embotellaran en recipientes de plástico. Primer error. El segundo fue dejarlos sin ningún tipo de refrigeración en pleno agosto con unas temperaturas, curiosamente, similares a las que sufrimos estos días 50 años después, cuando nadie las achacaba al cambio climático. En ese sentido, nunca se sabrá si el vino venía ya picado de serie o se terminó de avinagrar con los calores estivales.

Ante la imposiblidad de asumir tan cuantiosa pérdida económica por ese «vino que olía tan mal», los responsables de la comparsa, que apenas tenían 17 años por aquel entonces, decidieron mezclarlo con cola en una bañera, algo que ya se solía hacer en España desde la segunda década del siglo XX, hasta eliminar su mal sabor. Allí lo mantuvieron bien fresco. Al estar el caldo picado, era necesario ocultar su composición, por lo que decidieron rebautizar este cóctel, también conocido en aquellos años como 'Rioja libre', con el pegadizo y atractivo nombre de 'Kalimotxo'. Una idea genial que parece salida de la mejor agencia de marketing.

¿Y cuál fue su origen? Pues de combinar los nombres de un miembro de esta cuadrilla apodado 'Kalimero', y de otro al que llamaban 'Motxo', feo en euskera. Lo demás ya es historia. La mezcla tuvo tanto éxito que en esas fiestas se agotaron las existencias de la nueva bebida de moda. Nada más y nada menos que 4.000 litros de un brebaje mágico que, en realidad, escondía un vino cosechero picado que había costado 16 pesetas por litro, al que había que sumar las 6 del del refresco de cola.

Tras el éxito en Algora, el kalimotxo, se convirtió de inmediato en la bebida favorita de otras fiestas patronales y su popularidad se extendió por toda la geografía vasca y navarra. Años más tarde, sería también conocida en el resto de España e incluso en otros países hasta el punto de que la propia Coca Cola decidió registrar el nombre, cuya acepción en castellano, 'Calimocho', fue aceptada por la Real Academia Española de la Lengua. Todo un logro para una solución de urgencia en las fiestas de un pequeño rincón pesquero de Bizkaia.

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