El «que le den» de Ainhoa Arteta a quienes le despidieron por llegar tarde a un ensayo y no ayudan a conciliar

Ainhoa Arteta está «inmensamente feliz» con su regreso a los escenarios. Después de una etapa «tan difícil» en la que ha superado graves problemas de salud, la soprano tolosarra no esconde su felicidad después de haber pensado que no volvería a cantar. «Imaginaros lo que siento cada vez que canto algo sabiendo que mi voz está ya totalmente completa. Cada nota es un regalo para mi ser», ha escrito en sus redes sociales la artista lírica junto a unas imágenes en las que se le ve entrando en un camerino del teatro Campoamor de Oviedo.

Arteta agradece a Dios «por darme esta nueva oportunidad en la vida de dejarme vivir» y asegura que tras pasar por una grave septicemia que la tuvo al borde de la muerte cada día «será desde ahora un aprendizaje con conciencia de la suerte que tenemos de aprender de caernos y podernos levantar, de llorar, de reír, de sufrir, de gozar. Cada minuto de la vida es un regalo más cuando sabes que la puedes perder en un segundo», reflexiona.

Por ello, Ainhoa Arteta anima a sus seguidores «a disfrutar de la vida y escuchar a los demás», porque «la felicidad de los demás es parte de la de uno mismo», e incluso cita a Teresa de Jesús, «que decía que la paz no se encuentra, la paz es el camino».

A las consideraciones acerca de la felicidad que la soprano guipuzcoana comparte en sus redes sociales se le suman también la «una de las partes más ingrata» de su profesión: tener que estar alejada de su familia. Ainhoa comparte sus vivencias junto a un vídeo de su «gran amor», su hijo Iker, fruto de su matrimonio con el jinete Jesús Garmendia.

En la imagen se ve a Iker soplando una flor de diente de león. «Ayer se fue, empieza el cole, y hoy ya le echo de menos… »¡Es mi gran Amor y no sabéis lo que me ayuda! Siempre les echo mucho de menos«, escribe la soprano, la víspera de viajar a Oviedo para actuar.

Arteta explica que la vida laboral de una artista lírica supone renunciar «a muchas cosas, pero tengo que confesar que he hecho auténticos disparates en días libres para poderlos disfrutar durante toda mi carrera». Para la tolosarra no eran «disparates, sino ley de vida …. La de una madre que hace lo que sea por verlos y que estén bien».

La soprano se anima a «contar» lo que le sucedió en una ocasión, cuando por problemas de un vuelo llegó 30 minutos tarde a un ensayo «en una producción donde todavía nos quedaba más de un mes de ensayos». Arteta relata que por esta demora le rescindieron el contrato. «No voy a decir el teatro ni el director ni algún colega sin hijos que protestó, pero os podréis imaginar que no sé ellos pero para mí murieron para siempre. Que les den y mucho», escribe dolida, mientras avanza que algún día profundizará más en este episodio en un libro.

«Todo aquel que no sepa ni ayude a conciliar la familia en nuestro trabajo para mí no existe», escribe tajante. «Me callo si hubiera sido en ensayos finales , que tenemos que estar por todo el conjunto y a tiempo pero, ¿cuántas medias horas nos han hecho perder siendo convocados y para no hacer nada con nosotros? Entonces no pasa nada…», critica.

No obstante, Ainhoa Arteta reconoce que este tipo de situaciones son «excepcionales» porque, en genera,l en todos los teatros donde he estado «ha prevalecido la humanidad ante todo y esto es lo que marca la diferencia».