Las calles de Gipuzkoa se tiñen de morado

Con un jersey morado y un pañuelo del mismo color al cuello, Pepi Berasategi, de 87 años, avanza lentamente por el túnel de El Antiguo apoyada en su andador. A su alrededor se está forjando la cabeza de la manifestación del 8-M. Hay gente de todas las edades, casi todas mujeres y muchas adolescentes, como un grupo de alumnas del colegio El Pilar que han venido desde Irun con sus carteles. 'A mí también me gustan las mujeres, pero no las acoso' y 'Hermana, yo sí te creo'. «Muchas veces una mujer presenta una denuncia y no la creen, pero nosotras sí, tenemos que apoyarnos entre nosotras», dicen.

Pepi sigue caminando despacio hasta que sale del túnel, que retumba con las primeras consignas de la manifestación. «No voy a poder seguirlas pero he venido a apoyarlas», asegura. Lo ha hecho por dos motivos. El primero surge de una duda. «No sé cómo hay hombres que nos matan cuando han estado nueve meses dentro de una mujer, dentro de nuestro vientre», se pregunta. La segunda razón la dice mientras mira a las jóvenes que aguardan el momento de comenzar a caminar. «Yo he pasado mucho en la vida y no quiero que las de ahora pasen lo mismo», asegura.

Ya ha comenzado la manifestación, convocada por Euskal Herriko Mugimendu Feminista. Es una más de las que tiñeron de morado las calles de otras 42 localidades guipuzcoanas. De las primeras filas de mujeres que caminan tras una pancarta en la que se lee 'Zapaltzen gaituen sistemari sua' ('Fuego al sistema que nos oprime'), surgen los ecos del primer grito: 'Gora borroka feminista'. Tras ellas vendrán miles más, una auténtica marea, y con ellas niñas, niños y hombres que repiten la consigna. No será la única. A la hora de reclamar derechos para las mujeres hay mucho que exigir. A falta de recuentos matemáticos, quizá sea esta una de las manifestaciones del 8 de marzo más multitudinarias que se han celebrado en Donostia.

El de este martes fue un Día Internacional de la Mujer muy diferente al del año pasado, cuando la pandemia seguía golpeando con dureza y en el País Vasco regía un toque de queda que comenzaba a las 20.00 horas. En aquella ocasión las manifestantes recorrieron el trayecto en filas, manteniendo escrupulosamente las distancias y con mascarillas para evitar contagios. El Covid-19 era entonces la máxima preocupación, pero ha pasado un año y la historia ya no es la misma. Ahora hay una guerra en Europa. El virus ha quedado en un segundo plano.

Media hora antes había partido del Boulevard un grupo de mujeres con una pancarta en la que se leía 'Merecemos una casa de mujeres digna'. «Queremos reivindicar fuertemente que el Ayuntamiento de Donostia debe dotarnos de un equipamiento adecuado y en el centro de la ciudad. Necesitamos una casa más grande y no permitiremos más excusas ni retrasos», reclamaron más tarde, cuando la cabeza de la marcha llegó hasta su punto de destino.

Esta columna de mujeres se unió a las 18.30 con las miles de manifestantes que surgieron del túnel bajo el humo azul que flanqueaba una gran pancarta con el lema 'Atzerritartasun legeari sua' ('Fuego a la ley de extranjería'). A medida que avanzaban, del centro de Donostia comenzó a llegar otra marea, como si se acercara una segunda manifestación en dirección contraria, solo que en vez de chocar acabaron fusionándose.

Los gritos arreciaban y también las pancartas y carteles de todo tipo. 'Zuek, matxistak, zarete terroristak', se escuchaba. 'Las mujeres no salimos a la calle para tu entretenimiento', 'Mamá, tranquila, hoy no voy sola por la calle', 'Solidaridad con las mujeres y niñas de Afganistán' o 'Dios es mujer', se leía. Un poco más atrás varias mujeres con máscaras y antorchas encendidas caminan tras una pancarta firmada por Intziri con el lema 'Zuen politika zapaltzailearen aurrean autodefensa feminista' ('Ante vuestra política opresora, autodefensa feminista').

Y algo más atrás, aparece una pancarta con un mensaje de Euskal Elkartasun Feminista que dice 'Generoa indarkeria da' ('El género es violencia'). Del grupo surge el lema 'Ser mujer no es un sentimiento'. Reclaman la abolición de la prostitución, la pornografía, la explotación reproductiva y el género, que «no es una identidad y sustenta la opresión de las mujeres».

Poco a poco la cabeza de la manifestación se va acercando al Boulevard. Antes ha tenido que superar el embudo de las obras en el paseo de La Concha. Demasiada gente para tan poca anchura. La gente ocupa tramos del bidegorri y debe esquivar a los ciclistas. Uno de ellos parece tener prisa. Sortea con su bicicleta a varias personas mientras grita: '¡Erizas, hay gente que tiene que ir a trabajar! Algo habrá querido decir con lo de erizas, se preguntan quienes le han oído. La única respuesta que recibe el ciclista a su paso son las risas de los manifestantes.

Ha pasado una hora y la cabeza de la marcha asoma por el Boulevard desde la calle Okendo. Siguen los gritos. 'Gora borroka feminista', 'No nos mires, únete'. Suena una batukada, las manifestantes se lanzan hacia adelante y retroceden para volver a avanzar, es una marea, una gran fiesta solidaria. Sigue la batukada su avance. En la parada de la línea 5, dos mujeres de edad avanzada aguardan sentadas a un autobús que tardará en llegar. Observan con rostro indiferente el paso de la manifestación mientras retumba la percusión. Una de las mujeres comienza a seguir el ritmo con los pies.

El 8-M estuvo presente en todas las localidades de Gipuzkoa. En Lasarte-Oria se celebró una doble sesión reivindicativa. Alrededor de un centenar de vecinos asistieron al mediodía en Okendo plaza -también les acompañaron autoridades municipales de los diferentes partidos encabezados por el alcalde, Agustín Valdivia-, a la concentración organizada por el Ayuntamiento. Al atardecer, en el mismo escenarioy convocados por Lasarte-Oriako Mugimendu Feminista, tuvo lugar una nueva concentración.

En Hernani, tal y como sucede todos los años, se desarrolló una movilización con una importante presencia de mujeres del municipio. En esta ocasión se partió desde tres puntos distintos (Etxeberri, Zikuñaga y Sandiusterri) y tras una pequeña marcha se juntaron todos los participantes en Zinkoenea. Desde allí la marcha culminó en la zona del Paseo de los Tilos.

Los errenteriarras salieron a la calle por la tarde La marcha, organizada por el movimiento feminista, partió de Herriko plaza y terminó en la Alameda. El Ayuntmiento también se sumó a este día, con la aprobación de una declaración institucional.

En la comarca del Bidasoa el 8-M empezó con llovizna y frío, pero, al final del día, la luz del atardecer iluminó, en el lado hendayés del puente Avenida, el final de la multitudinaria manifestación que pisó suelo de las tres ciudades de la bahía de Txingudi, uniendo al movimiento feminista de las tres localidades.

En Eibar, el Ayuntamiento se sumó a las actividades promovidas desde las asociaciones que conforman la Plataforma 8 de Marzo, entre ellas la habitual concentración, que se llevó a cabo en la Plaza de Untzaga.

En Zarautz hubo declaración institucional del Ayuntamiento y por la tarde se llevó a cabo la manifestación feminista por las calles del centro de la localidad.

En Tolosa, la exposición 'Mujeres y Pandemia' abrió la jornada reivindicativa que concluyó con una manifestación por las calles del municipio.

En Zumarraga, lazos, música, baile... Son algunas de las herramientas que utilizaron ayer distintos colectivos para conmemorar el Día internacional de la Mujer y reivindicar sus derechos.

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