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Lunes, 10 de junio 2024
Tiene 17 metros de eslora, lleva una cabeza de dragón a proa y una cola a popa, está fabricado en fibra de poliéster y ha costado 15.000 euros. Hace unos meses llegó desde China y, desde entonces, ya ha navegado por aguas de Hondarribia, aunque «a medio escondidas» a la espera de su botadura oficial, que se ha realizado este lunes. Con todo, lo más importante del barco dragón no son sus características ni su exótica apariencia, sino su tripulación, entre ellas ocho mujeres supervivientes del cáncer de mama y otras mujeres sensibilizadas que quieren dar visibilidad a esta causa. «En verano también se va a usar con personas con discapacidad. Es la embarcación más inclusiva que conozco», explica Iñaki Navascués 'Triki', fundador de HS2 Surf Center de Hondarribia, muy implicado con el deporte adaptado, e impulsor del primer equipo de 'Dragon Boat' con mujeres supervivientes del cáncer de mama.
Navascués realizó el año pasado el Camino de Santiago en bici junto a Helena Urraca para recaudar fondos para poner en marcha esta iniciativa y conocer experiencias en Asturias y Galicia de este deporte náutico de origen asiático con más de 2.000 años de antigüedad que puede practicar cualquier persona, sin necesidad de tener conocimientos propios. La remada de la 'Dragon Boat', explica, «es de tipo 'hawaiano', lo que mejora la situación de mujeres que padecen linfedema», la hinchazón del brazo que puede surgir después de una cirugía contra el cáncer de mama en la que se extirpan ganglios linfáticos. Es beneficioso en procesos postoperatorios, y «hay estudios que concluyen que ayuda a mejorar la musculatura pectoral, dorsal y escapular». Además, ayuda de manera considerable al plano psicológico y social.
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La Diputación Foral, las asociaciones contra el cáncer del territorio –Iñurri, AECC, Katxalin, Asgicer y Cáncer de Mama Metastásico– y el Colegio de Enfermería de Gipuzkoa también se embarcaron en esta aventura náutica y el equipo, que entrena dos veces por semana, cuenta ya con 27 intregantes, 8 de ellas supervivientes del cáncer de mama. «Estamos abiertos a que se acerque cualquier mujer y en cada entrenamiento se puede subir una de ellas a probar». El ambiente que se ha generado es tal «que no fallan» a ninguna práctica.
Este proyecto pretende ser «una vía de escape, un lugar seguro, saludable y compartido, para contribuir a su bienestar integral y generar nuevas redes entre mujeres a quienes les ha tocado el duro trance de afrontar esta enfermedad», explicó la diputada general, Eider Mendoza, que junto a la diputada de Cuidados y Políticas Sociales, Maite Peña, se subió al barco para compartir «una experiencia muy positiva».
En este tipo de embarcaciones pueden ir desde 12 a 22 integrantes: 20 de ellas remando al ritmo del tambor que toca la persona que va en proa. Atrás suele ir el timonel. Hay festivales y competiciones de 'Dragon Boat' a nivel nacional y mundial, y aunque este año sea pronto, Navascués está casi seguro de que en 2025 estarán preparados para competir. Aunque no es lo prioritario.
«Queremos seguir construyendo una Gipuzkoa igualitaria, equilibrada y justa, que cuide del bienestar integral de todos. Una Gipuzkoa con un sentimiento compartido, con una comunidad cohesionada y viva, que se organiza para poner en marcha iniciativas positivas e innovadoras como la puesta en marcha de este 'Dragon Boat', que acompaña y empodera a quienes reman en ella, a la vez que contribuye a mejorar su salud y estado de ánimo», afirma Mendoza.
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Claudia Turiel y Oihana Huércanos Pizarro (gráficos)
Óscar Beltrán de Otálora y Josemi Benítez (Gráficos)
Beñat Arnaiz | San Sebastián
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