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Las condenas de larga duración, el estrés asociado al régimen de vida penitenciario, el traslado de centro o el primer ingreso en prisión... Son ... solo algunos de los factores que hacen que la tasa de suicidios en la cárcel sea hasta siete veces superior que en la población general. Sin ir mas lejos, y aunque no sea lo habitual, en marzo dos internos se quitaron la vida en las cárceles vascas, uno de ellos en Gipuzkoa.
Con el objetivo de «disminuir la mortalidad por suicidio y prevenir la repetición de tentativas», entre otras cosas, el Gobierno Vasco, a través del departamento de Justicia, ha puesto en marcha un nuevo protocolo para evitar los suicidios en los centros penitenciarios y «mejorar la atención de las personas privadas de libertad en lo referente, principalmente, a su salud mental», según fuentes del área que lidera Nerea Melgosa. En las cárceles vascas diez personas se han quitado la vida en los últimos ocho años, aseguran estas mismas fuentes, solo dos de ellas en Martutene.
El protocolo, que «actualiza los conocimientos científicos en torno al suicidio y sus circunstancias», determina que detrás de este tipo de muertes «hay sufrimiento». Por eso, además de trabajar en la prevención con los propios presos, refuerza el «apoyo psicológico» a familiares, voluntarios y personal de los centros penitenciarios y también fortalece la «colaboración interinstitucional», explica el asesor del Gobierno Vasco en materia penitencia, Jaime Tapia, por lo que el nuevo plan resulta «esperanzador». A fin de cuentas, «el deber que la istración penitenciaria tiene de velar por la vida, integridad y salud de los internos determina la participación activa de todo el personal adscrito» a las prisiones.
7 veces
superior es la tasa de suicidio en los presos comparada con la de la población en general. El riesgo aumento entre los internos en prisión preventiva hasta un 7,5 más. En el resto de la población penada es 6 veces mayor a la de la población en general.
Normalmente, los reos que más riesgo de suicidio tienen son aquellos que están en prisión preventiva, esto es, quienes están acusados de un delito de gran entidad o en riesgo de fuga, a la espera de que el juez determine su condena. La tasa de suicidios en estos reclusos es 7,5 veces mayor que en la población en general, mientras que la del resto de presos es 6 veces mayor.
Jaime Tapia
Gobierno Vasco
Otro de los factores de riesgo es el género: «Aunque se producen más tentativas en las mujeres, la mortalidad por suicidio es tres veces superior en los hombres, dado que suelen utilizar métodos más letales», explica Edorta Elizagarate, coordinador de Salud Mental de Osakidetza en el centro penitenciario Araba. El «pico» de estas defunciones se da en personas jóvenes.
Edorta Elizagarate
Osakidetza
Con este protocolo, se califica a los reos dependiendo del riesgo de suicido. Cuando se determina que uno de los presos tiene riesgo alto, se le pone en una celda de observación o con un preso de apoyo. El nuevo documento recoge una práctica que «se lleva haciendo desde hace unos nueve meses», dice Tapia. Los presos de apoyo son «la medida más eficaz. Estas personas ahora son seleccionadas y reciben una formación, además de una remuneración por el trabajo que hacen. Es una recompensa y tiene una función reeducativa y reparadora muy importante».
Si pese a las medidas tomadas no se logra prevenir el suicidio, el protocolo cuenta con un apartado «detallado para contrastar y analizar desde el punto de vista médico, tratamental y de seguridad los posibles fallos que se hayan podido producir».
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