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Lunes, 20 de enero 2020
Con un 'Lortuko dugu (lo conseguiremos)' y el pulgar en alto en señal de victoria, Mikel Manzano, padre del donostiarra fallecido hace una semana en la N-121-A, sigue sacando fuerzas de donde no las hay para luchar por que se mejore la seguridad en la carretera donde perdió la vida su hijo y un amigo, Xabier Taberna, vecino de Igantzi. Familiares de los dos chavales se han reunido este lunes con el Defensor del Pueblo navarro, Francisco Javier Enériz Olaechea, en la sede de la institución en Pamplona, y después con el presidente del Parlamento foral, Unai Hualde, a quienes han exigido que se tomen medidas urgentes.
Piden que se limite el tráfico pesado por esta vía, por donde circulan 3.000 camiones al día, y que, como primer paso, se dé paso alternativo -en función del día y de la matrícula del vehículo pesado- para que se alivie la circuación en la carretera entre Behobia y Pamplona. «Sé que es un tema que no es fácil porque si no ya estaría hecho, pero que sea una solución a corto plazo, no a tres años. Por lo menos parcialmente, unas horas unos días o unos meses y ver cómo funciona», ha señaaldo Manzano a las puertas de la oficina del Defensor. «Mi hijo ha desaparecido -ha dicho a los medios-, pero me he agarrado semejante mosqueo no solo por él, sino por todos los que han fallecido en esa zona, y no se termina de tomar una medida». «Da miedo pasar por esa carretera», ha añadido y ha dado el dato de que en el 80% de los accidentes hay un camión implicado, «no digo que tenga la culpa», ha precisado.
Las familias de las dos víctimas mortales han estado acompañadas de los alcaldes de Bera, Lesaka, Igantzi, Arantza, Etxalar, Ezkabarte y Doneztebe, además de cargos municipales de Baztán y Anue. Los responsables municipales van más allá y piden que se desvíe el tráfico internacional de camiones por la autovía A-15, como se hizo durante las obras del túnel de Belate, «y resultó relativamente sencillo», han recordado. Los datos de accidentalidad de la carretera no dan lugar a dudas y señalan a la vía como uno de los puntos negros en la red vial navarra. 31 personas han perdido la vida en la nacional navarra en los últimos diez años, y desde 2017 15 personas han muerto en la vía; los últimos, Mikel y su amigo Xabier. Además, solo en los últimos tres año se han registrado 345 accidentes, según la Policía Foral. Los 11,3 primeros kilómetros desde Pamplona son los de mayor siniestralidad.
En la sede del Parlamento navarro, los familiares han trasladado a Hualde la necesidad de adoptar «medidas urgentes para reducir la siniestrabilidad» en esa vía, más allá de las soluciones a largo plazo que, ya sea en forma de autovía o 2+1 -un tercer carril alternativo-, pudieran llevarse a cabo.
Juan Carlos Unanua, Alcalde de Igantzi, ha insistido en la necesidad de «poner remedio sin dilación a esta sangría. Estamos ante un problema social que ya no ite demora».
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