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«Piratas los ha habido siempre. Antes eran aguerridos bucaneros con pata de palo o parche en el ojo los que surcaban los mares sin ... temor a nada. Ahora prefieren no salir de puerto y esperar a que sea el barco el que caiga en sus redes, aguardar a que se haga de noche y colarse en el camarote del capitán para conseguir un suculento botín».
Así comenzaba el reportaje que publicó a doble página EL DIARIO VASCO hace 35 años, exactamente el domingo 19 de febrero de 1989. Miguel Angel Idígoras aportaba una prosa vibrante y muchos datos sobre una ola de robos registrada en los barcos fondeados en el puerto pasaitarra, «mercantes con bandera preferentemente europea».
La cuestión era alarmante. «Las empresas consignatarias de Pasajes han mostrado su preocupación por el fuerte incremento de robos que se están cometiendo en los barcos mercantes que llegan a Pasajes. Los capitanes se alertan unos a otros, advirtiéndose del peligro que supone echar amarras en el puerto guipuzcoano, aunque según reconocen algunos tripulantes, tanto Bilbao como Santander se encuentran en la 'lista negra'», no así la mayoría de los puertos europeos.
El capitán de un barco alemán que traía desde Londres material para la Ford contaba una escena casi de película: «A nosotros nos han robado en varias ocasiones. Son grupos de negros que entran por la noche cuando no estamos. En una ocasión se quedó un marinero vigilando, pero no pudo hacer nada, porque los asaltantes esgrimían machetes de gran tamaño. A mí me robaron unas 250.000 pesetas en marcos alemanes».
Idígoras recogía el testimonio de otra víctima, que señalaba que «no se trata de pequeños robos aislados, típicos de zonas portuarias, sino de asaltos organizados, llevados a cabo por gente organizada. Son un grupo de negros que gozan de total impunidad y que conocen los movimientos de las tripulaciones. Aprovechan las horas en que los marineros están fuera para entrar a los barcos y desvalijarlos».
Además, «cuentan con planos de detalle de los barcos y llaves maestras, lo que hace pensar que el grupo pertenece a una organización más amplia que tiene a datos concretos relativos a las salidas y entradas de barcos. Según las mismas fuentes, los robos en los puertos se incrementan o descienden según temporadas, en función de la presencia de esta banda, que al sentirse cercada huye hacia otros puertos».
Los ladrones se colaban por las ventanas de los barcos y hasta por una chimenea, caso de un mercante irlandés en el que un asaltante «consiguió abrir la puerta que da a los camarotes después de introducirse por la chimenea. Entre lo robado estaba un televisor, una cantidad indeterminada de dinero y objetos personales de diverso valor».
Según se contaba en el reportaje, «el 'Niels', de bandera holandesa, fue asaltado y robado la pasada semana dos veces en menos de 24 horas, llevándose unas 200.000 pesetas, ropa y cámaras de fotos. El 'Vindemia', de pabellón sueco, tampoco se escapó de las escaramuzas del grupo de color que se ha hecho ya famoso y que asaltó, a punta de cuchillo, el 'Westream', dos de cuyos tripulantes tuvieron que entregar unas 80.000 pesetas para salvar la vida».
Pese a estos y otros incidentes relatados, en la Junta del Puerto de Pasaia no detectaban una ola de robos. Su presidente entonces, Antonio Gutierro, afirmaba que «en Pasajes pasa lo mismo que en otros puertos, e incluso menos casos de robo. Existe una plantilla de guardamuelles integrada por 38 personas que cubren el servicio de vigilancia, y en ningún momento se me ha informado de la existencia de grupo o banda alguna que lleve a cabo robos organizados».
Sin embargo, el capitán de un barco alemán indicaba que «la seguridad en los puertos europeos por donde circulamos es alta, y nadie puede acercarse al barco sin pasar antes una barrera policial. Ultimamente estamos detectando un aumento de la delincuencia en varios puertos españoles del Cantábrico, principalmente Bilbao, Pasajes y Santander».
Un consignatario apuntaba a que los guardamuelles evitaban meterse en líos, «porque hay que entender que son pocos los vigilantes y no tienen medios para enfrentarse al problema». A aquella sucesión de robos nocturnos a cargo de unos peculiares 'piratas' portuarios.
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