Yasmina Hernández
Sábado, 26 de abril 2025, 10:08
Nuestro cabello refleja nuestra personalidad, ya que el modo y la frecuencia con la que lo cuidamos habla mucho de nosotros. Son imprescindibles tratamientos como ... las mascarillas para aportarle el toque sedoso, el aceite para hidratar y sellar las puntas… No obstante, en muchas ocasiones, no reparamos en el cepillado, parte fundamental de dicho cuidado.
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¿Con qué frecuencia prestas atención a esta técnica? Seguramente no las veces suficientes, ya que se trata de un gesto que suele realizarse en cuestión de segundos, con la única intención de «eliminar rápidamente los nudos», o al menos eso creemos. No basta con deshacer los enredos de forma brusca, con tirones y sin un acondicionador en seco que ayude a su cepillado. Este es, sin duda, uno de los errores más comunes.
¿Otro gran error? Cepillarlo en mojado. En este estado, el pelo se convierte en un elemento frágil. Cepillarlo de forma brusca puede acarrear consecuencias considerables: dañar la cutícula del cabello, romperlo y maltratar el cuero cabelludo dejándolo irritado.
Por otro lado y el tercer 'tip' a tener en cuenta: No se cepilla desde la raíz. Se debe comenzar desde las puntas hasta llegar sutilmente a la raíz. Un paso muy sencillo, pero que cuesta integrarlo en nuestro rutina.
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Cepillarlo frecuentemente también puede causar el efecto contrario al que deseamos generando el incómodo 'frizz'. Lo recomendable es hacerlo dos veces al día: por la mañana y por la noche.
En este punto, cabe subrayar que es importante cambiar el cepillo una vez al año. ¿El motivo? Su notable desgaste. Las cerdas van perdiendo efectividad y pueden acumular residuos (productos capilares o grasos) que pueden causar consecuencias en la salud capilar. Recuerda: un peine limpio es igual a un cabello sano.
El cepillo ideal
Si tienes el pelo liso, sin volumen y se enreda con facilidad, el cepillo con cerdas de jabalí es el ideal para ti. No genera 'frizz', distribuye a la perfección los aceites naturales del cuero cabelludo, desenreda el cabello sin romperlo y aporta brillo y suavidad.
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Si posees una melena gruesa, las cerdas del peine deben ser también gruesas para desenredar los nudos.
Finalmente, si tu melena es rizada, lo ideal es apostar por un peine de púas que ayude a mantener la forma de los rizos en lugar de deshacerlos.
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