Borrar

No al 'Black Friday'

A mi estilo ·

Lo que pudo surgir como una oportunidad más de negocio para las grandes multinacionales, se ha convertido en un lastre para un pequeño comercio que lucha por su propia supervivencia

Laura Chamorro

San Sebastián

Viernes, 27 de noviembre 2020, 09:33

«Por fin» llegó el «esperado» 'Black Friday' a las tiendas. Un «viernes negro» (el nombre no puede ser más acertado) por sus devastadoras consecuencias a corto-medio plazo para un sector comercial de proximidad tocado y, en algunos casos, hundido.

Contextualicemos la 'fiesta': Como toda oda al consumismo, este hito surgió en Estados Unidos hace algunas décadas para inaugurar la famosa «Campaña de Navidad» tras el Día de Acción de Gracias. Los grandes descuentos en comercios y grandes almacenes empezaron a inundar una jornada que pronto se extrapoló al resto de países del mundo, entre los que se encuentra España. En sus inicios, estos «súper chollos» se aplicaron a productos tecnológicos de elevado valor, aunque no tardaron en colonizar el resto de sectores. Lo que pudo surgir como una oportunidad más de negocio para las grandes multinacionales con extratosféricos márgenes de beneficio, se ha convertido en un «problema» para un pequeño comercio que lucha para que su cuenta de resultados aguante el embite de los últimos años. Porque señoras y señores: este 2020 ha sido el remate, pero llevan conviviendo con este lastre desde el 2014.

¿Cuál es el problema de fondo? Muy sencillo: para el cliente nada es suficiente. Y no me eximo de culpa porque que levante la mano quien esté libre de pecado. Pero a los hechos me remito. Del 'Black Friday' hemos pasado al 'Fin de Semana Black Friday', 'Semana Black Friday', 'Quincena Black Friday', 'Ciber Monday'... y así hasta cargarnos toda la «Campaña de Navidad» y parte de la del otoño-invierno, por no hablar de las rebajas de enero que a día de hoy carecen de sentido alguno.

¿Creéis que debemos educar a base de rebajas al consumidor? No y esta opinión la fundamento en infinidad de datos. Esta manera de proceder es «pan para hoy y hambre para mañana» por una sencilla razón: el comprador primero querrá un 10%, después un 20%, al tercer 'Black Friday' un 30% y así sucesivamente hasta encontrar en la competencia algo más económico por lo que ponga en cuestión el valor inicial del producto. Y esta crítica no la dirijo precisamente al comercio, al cual felicito por el mero hecho de seguir peleando en el contexto socio-económico actual. Este mensaje lo dirijo a ese comprador «egoísta» que tiene el valor del producto desvirtuado, que no valora el esfuerzo de supervivencia del establecimiento de proximidad, con márgenes de beneficio muy ajustados para pelear con las grandes superficies y que ataca inconscientemente al sector de la artesanía y producción local por su «poca empatía» y «desinformación» brutal.

«No hemos vendido nada en todo el mes de noviembre», «o nos sumamos o pinchamos», «el cliente exige y pregunta por los descuentos», «he intentado aguantar hasta hoy, pero ha sido imposible», «o rebajo gran parte de los artículos o este mes no puedo pagar los recibos», «la gente no es consciente de nuestro escaso margen de maniobra en comparación a las multinacionales»... son muchos los mensajes que he recibido estos últimos días tras mi posición pública en contra de una campaña de rebajas encubierta a un mes de la Navidad. Unos testimonios tan reales como esclarecedores.

¿Es necesario exigir que un vaquero se venda a 14,95 euros?, ¿somos capaces de no comprar en todo el mes por ahorrarnos 5 escasos euros en una camiseta?, ¿somos conscientes que obrando de esta manera apagamos la voz de las marcas que quieren hacer bien las cosas y ahogamos al pequeño comercio impulsando «cajas» paupérrimas?

No es cuestión de dinero, es cuestión de concepto. Todavía conservo la esperanza en todos esos valientes que se mantienen firmes a su convicción de no alimentar este despróposito comercial. Evidentemente, todos caemos en contradicciones. Yo misma puedo mantener una ferrea posición anti-descuentos, cuando paralelamente entra una campaña de publicidad anunciando todo lo contrario. Por ello, no debemos demonizar a nadie porque cada situación es un mundo. Pero en el difícil equilibrio del bien y del mal, de lo correcto e incorrecto, yo me decanto por un «NO» rotundo al 'Black Friday' porque tengo la firme convicción de que los cambios parten a partir del individuo.

(Y añado) La marca o establecimiento que gran parte del año tenga sus productos rebajados o en promoción, estará engañando al consumidor por una sencilla razón: para mantener esas «políticas de empresa», los márgenes iniciales deben ser abusivos, con un precio de salida desorbitado. Si no fuese así, la viabilidad del negocio sería nula. Esa mala praxis de empresas llevando al engaño al cliente a través de «falsos descuentos», desvirtúa la percepción de este último sobre el valor del producto y perjudica a compañeros comerciantes y artesanos que intentan sobrevivir a una «guerra de precios» encrudecida por la crisis económica actual y el cambio en los hábitos de consumo.

Gipuzkoa de Moda en Instagram

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco No al 'Black Friday'