Consuelo Ordóñez: «¿Cómo van a mitigar mi dolor los que ordenaron asesinar a mi hermano?»

-¿De quién se ha acordado especialmente estos días con motivo de los 10 años del final de ETA?

-Me he acordado sobre todo del calvario que hemos vivido estos diez años porque de 2011 a 2018 ha sido una trayectoria que ha marcado especialmente a Covite. Nacimos en un contexto de tregua en 1998 y ya en el manifiesto fundacional decíamos que no queríamos «ser víctimas de la paz» porque cuando se inicia una negociación siempre hay un alto precio a pagar y lo hemos pagado las víctimas porque lo que nos ha quedado es impunidad, impunidad e impunidad.

-¿Se puede decir que hoy se vive mejor que hace diez años?

-Es indudable. Ya solo con saber que sales a la calle y no te van a matar... Ha desaparecido esa losa que teníamos. Yo aquí siempre he tenido un marcaje, he estado muy estigmatizada y noto mucha relajación, es como si la gente se hubiera olvidado de mí.

-¿Ya no le dicen nada en la calle?

-No me acuerdo cuándo fue la última vez que me dijeron algo, pero es verdad que los primeros años después de 2011 todavía seguía yendo por la calle y era como un mono de feria, me han dicho de todo, para bien o para mal. O me gritaban: '¡Olé tus huevos!' o me decían: '¡Ordóñez a Polloe!', '¡Ordóñez devuélvenos la bala!'.

-El pasado lunes Arnaldo Otegi eligió Aiete para hacer una declaración solemne...

-(interviene Ordóñez) Sí y le dio un ataque de sentimentalismo...

-Allí lanzó un mensaje directo a las víctimas de ETA, en el que afirmó que «siente» vuestro «dolor» y que «nunca debió haberse producido». ¿Le cree?

-No. Y más a estas alturas de la película. Pero sí es verdad que sus palabras me llamaron la atención. Estaba escuchando a Ferreras y dije: '¿Estoy oyendo bien?'. Lo cierto es que no nos fiamos nada de esta persona, pero es verdad que, de esa forma, con esas palabras, nunca lo había dicho. Creo que es contraproducente que neguemos la obviedad, que digamos que aquí no ha habido ningún cambio. Pero para fiarnos, tendremos que ver esas palabras respaldadas con hechos.

-¿Es un paso insuficiente?

-Creo que se refiere solo a una milésima parte de lo que han sido las consecuencias de ETA: cita el daño personal, el más grave para nosotras, pero falta también el daño a la sociedad y el político, al Estado de Derecho.

-¿Qué le parece que después de aquella declaración afirmara en una charla con militantes en Eibar que «si para que salgan los 200 presos hay que votar los Presupuestos, los votaremos»?

-No me causó ninguna sorpresa. De todos modos, eso es una tontería, la salida de los presos no depende ni del Gobierno Vasco ni del central, vivimos en un Estado de Derecho, son los jueces los que deciden. Y además, ya me encargaré yo también de que no sea así.

-¿Tendrá que pasar otra década para poder ver los hechos que pide a la izquierda abertzale?

-Yo no soy pesimista. Hemos logrado muchas cosas desde Covite con nuestras denuncias, nuestros mensajes, ¿quién está todo el día deslegitimando la propaganda infecta de fanatismo de la izquierda abertzale? No dejamos pasar ni una. La realidad de los homenajes ahora es gracias a nuestra denuncia.

-¿Y qué debería hacer exactamente la izquierda abertzale para que las víctimas les creyeran?

-Asumir la responsabilidad que han tenido en toda la historia de terror, como jefes que han sido de ETA. Ellos han sido las 'X' de ETA, ellos han sido los responsables, ellos diseñaban las estratégicas, ellos las rentabilizaban, ellos animaban a matar, ellos han justificado y siguen justificando los crímenes, los miles de atentados...

-¿Es necesaria la condena de ETA y que digan que fue injusto?

-Claro que es necesario.

-¿Cree que lo harán algún día?

-Veo que cada vez están más acojonados. Cada vez hay más sectores de la sociedad, de los que antes miraban para otro lado e incluso de quienes estuvieron engañados por ellos, que están haciendo cosas como las de los exetarras arrepentidos. Se están atreviendo a hacer este tipo de declaraciones contundentes y están ayudando a desprestigiar el terror que ellos también causaron. Están señalando a los jefes, a los de la corbata, a los que no se manchaban con la sangre de los asesinados. ¿Qué cree que me haría más ilusión?

-¿...?

-¿Tener en la cárcel a los autores materiales o a los que dieron la orden desde el despacho de al lado de Gregorio? Sin duda a los que dieron la orden, pero esos son intocables, se han ido de rositas y se han convertido en políticos intachables. Ellos están en la actualidad haciendo política y mi hermano Gregorio está en un cementerio.

-¿Qué piensa cuando dicen que se comprometen a «tratar de mitigar el sufrimiento de las víctimas»?

-¿Cómo van a mitigar nuestro dolor los que dieron la orden de asesinar a mi hermano y a otras víctimas, y han estado jaleándolo todos estos años y provocándonos.

-¿Le gustaría decirle todo esto a Arnaldo Otegi a la cara?

-Nunca me lo he planteado... Pero sí se lo diría a la cara. Ahora, primero que empiece por desbloquearme a mí y a Covite en Twitter.

-¿Tras el mensaje de Aiete confía en que se acaben los 'ongi etorris' públicos a expresos de ETA?

-Los homenajes se han ido acabando con la presión social y política y ellos han cambiado de estrategia. Ahora les falta hacer todavía un recorrido. No sé si lo veremos.

-¿Qué le parece que un 40% de los presos de ETA estén ya en cárceles de Euskadi?

-Covite no ha estado nunca en contra de los acercamientos. Me ha parecido una estrategia muy inteligente. Yo prefiero un etarra arrepentido. ¡Ojalá hubiera más Ibones Etxezarreta o Urrosolos o Carmen Gisasolas. Esta gente es la que más daño hace a la izquierda abertzale, la que más poder deslegitimador de la violencia de ETA tiene actualmente.

-¿Qué ocurre para que en las instituciones no haya sido posible acordar una declaración institucional por los 10 años sin ETA?

-Lo llevo fatal. Pienso que hay un alejamiento de lo que fue la política del acuerdo que ejerció mi hermano... Lo pienso tantas veces y me duele tanto que el PP nunca se haya molestado en ver cómo hacía política mi hermano, nunca lo han tenido de referente, no hay una escuela Gregorio Ordóñez... Creo que no les venía bien poner de ejemplo a una persona como mi hermano, que se desvivía por trabajar, que era dialogante, que sabía llegar a acuerdos y tenía a los líderes de los otros partidos como sus adversarios políticos, no como sus enemigos. No hay ni rastro de esa altura y esa forma de hacer política. Me da tanta vergüenza y me causan tanta indignación las declaraciones de Otegi como las de Pablo Casado.