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Del golpe policial a Bidart a la extensión del terror

Del golpe policial a Bidart a la extensión del terror

ETA asesina al primer político tras la aprobación de la ponencia Oldartzen por parte de la izquierda abertzale

Miércoles, 22 de enero 2025

Tres años antes del asesinato de Gregorio Ordóñez se producía la caída de la cúpula de ETA en Bidart, el 29 de marzo de 1992. Un golpe policial que dejó a la organización terrorista muy debilitada. José Luis Álvarez Santacristina, ‘Txelis’; José Javier Zabaleta Elosegi, ’Baldo’, Francisco Mujika Garmendia, ‘Pakito’ y José Arregi Erostarbe, ‘Fitti’, eran detenidos por la Guardia Civil en una operación que descabezaba a la banda terrorista. Fue el mayor golpe policial a la dirección etarra, en un año clave para la imagen de España y su estabilidad, con los Juegos Olímpicos de Barcelona o la Expo Internacional de Sevilla.

Un gendarme observa el caserío Xilokan poco después de los arrestos de toda la cúpula de ETA, reunida dentro

La izquierda abertzale lanzó en 1994 la ponencia Oldartzen que abogaba por “la socialización del sufrimiento” y fue aprobada en 1995. HB oficializó así una estrategia en la que consideraba “legítimo” utilizar “todas las formas de lucha, tanto la institucional, la de la calle como la lucha armada” contra sus enemigos. Hasta el momento en el que Gregorio Ordóñez fue asesinado, la estrategia de la banda terrorista había sido la de matar sobre todo a de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Comenzó entonces una etapa nueva, en la que se sostenía que había que extender el terror a otras capas de la sociedad (jueces, fiscales, empresarios, periodistas, políticos). ETA asesinó durante la vigencia de Oldartzen a 98 personas, según el Ministerio del Interior, una treintena de ellos eran políticos.

 

El liderazgo del PP en San Sebastián en las dos últimas confrontaciones electorales -las europeas de junio de 1994 y las autonómicas de octubre de ese año- situó a Ordóñez como favorito para ganar en las elecciones municipales de 1995. El entonces teniente de alcalde acariciaba el sillón de regidor donostiarra. En las autonómicas del 23 de octubre, el PP experimenta un fuerte avance en voto en Gipuzkoa, pasa de uno a tres escaños, obteniendo la mayoría de los votos en San Sebastián.

 

Cinco semanas antes del asesinato de Ordóñez, ETA asesinó el 15 de diciembre de 1994 a Alfonso Morcillo, sargento de la Guardia Municipal de San Sebastián. Recibió un disparo en la sien en plena calle junto a su casa en Lasarte-Oria cuando salía a las 8.15 de la mañana a coger su coche para ir a trabajar a Donostia. En 2006, la Audiencia Nacional condenó a 29 años de cárcel a Xabier García Gaztelu, ‘Txapote’, por este asesinato. Valentín Lasarte, etarra integrado después en la ‘vía Nanclares’, también contribuyó al atentado, lo confesó tras su detención en Oiartzun en 1997. Por este crimen fue juzgado también Juan Ramón Karasatorre Aldaz, pero no se pudo probar su participación.

 

Tres años antes del asesinato de Gregorio Ordóñez se producía la caída de la cúpula de ETA en Bidart, el 29 de marzo de 1992. Un golpe policial que dejó a la organización terrorista muy debilitada. José Luis Álvarez Santacristina, ‘Txelis’; José Javier Zabaleta Elosegi, ’Baldo’, Francisco Mujika Garmendia, ‘Pakito’ y José Arregi Erostarbe, ‘Fitti’, eran detenidos por la Guardia Civil en una operación que descabezaba a la banda terrorista. Fue el mayor golpe policial a la dirección etarra, en un año clave para la imagen de España y su estabilidad, con los Juegos Olímpicos de Barcelona o la Expo Internacional de Sevilla.

Un gendarme observa el caserío Xilokan poco después de los arrestos de toda la cúpula de ETA, reunida dentro

La izquierda abertzale lanzó en 1994 la ponencia Oldartzen que abogaba por “la socialización del sufrimiento” y fue aprobada en 1995. HB oficializó así una estrategia en la que consideraba “legítimo” utilizar “todas las formas de lucha, tanto la institucional, la de la calle como la lucha armada” contra sus enemigos. Hasta el momento en el que Gregorio Ordóñez fue asesinado, la estrategia de la banda terrorista había sido la de matar sobre todo a de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Comenzó entonces una etapa nueva, en la que se sostenía que había que extender el terror a otras capas de la sociedad (jueces, fiscales, empresarios, periodistas, políticos). ETA asesinó durante la vigencia de Oldartzen a 98 personas, según el Ministerio del Interior, una treintena de ellos eran políticos.

El liderazgo del PP en San Sebastián en las dos últimas confrontaciones electorales -las europeas de junio de 1994 y las autonómicas de octubre de ese año- situó a Ordóñez como favorito para ganar en las elecciones municipales de 1995. El entonces teniente de alcalde acariciaba el sillón de regidor donostiarra. En las autonómicas del 23 de octubre, el PP experimenta un fuerte avance en voto en Gipuzkoa, pasa de uno a tres escaños, obteniendo la mayoría de los votos en San Sebastián.

 

Cinco semanas antes del asesinato de Ordóñez, ETA asesinó el 15 de diciembre de 1994 a Alfonso Morcillo, sargento de la Guardia Municipal de San Sebastián. Recibió un disparo en la sien en plena calle junto a su casa en Lasarte-Oria cuando salía a las 8.15 de la mañana a coger su coche para ir a trabajar a Donostia. En 2006, la Audiencia Nacional condenó a 29 años de cárcel a Xabier García Gaztelu, ‘Txapote’, por este asesinato. Valentín Lasarte, etarra integrado después en la ‘vía Nanclares’, también contribuyó al atentado, lo confesó tras su detención en Oiartzun en 1997. Por este crimen fue juzgado también Juan Ramón Karasatorre Aldaz, pero no se pudo probar su participación.

 

Tres años antes del asesinato de Gregorio Ordóñez se producía la caída de la cúpula de ETA en Bidart, el 29 de marzo de 1992. Un golpe policial que dejó a la organización terrorista muy debilitada. José Luis Álvarez Santacristina, ‘Txelis’; José Javier Zabaleta Elosegi, ’Baldo’, Francisco Mujika Garmendia, ‘Pakito’ y José Arregi Erostarbe, ‘Fitti’, eran detenidos por la Guardia Civil en una operación que descabezaba a la banda terrorista. Fue el mayor golpe policial a la dirección etarra, en un año clave para la imagen de España y su estabilidad, con los Juegos Olímpicos de Barcelona o la Expo Internacional de Sevilla.

 

Un gendarme observa el caserío Xilokan poco después de los arrestos de toda la cúpula de ETA, reunida dentro

La izquierda abertzale lanzó en 1994 la ponencia Oldartzen que abogaba por “la socialización del sufrimiento” y fue aprobada en 1995. HB oficializó así una estrategia en la que consideraba “legítimo” utilizar “todas las formas de lucha, tanto la institucional, la de la calle como la lucha armada” contra sus enemigos. Hasta el momento en el que Gregorio Ordóñez fue asesinado, la estrategia de la banda terrorista había sido la de matar sobre todo a de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Comenzó entonces una etapa nueva, en la que se sostenía que había que extender el terror a otras capas de la sociedad (jueces, fiscales, empresarios, periodistas, políticos). ETA asesinó durante la vigencia de Oldartzen a 98 personas, según el Ministerio del Interior, una treintena de ellos eran políticos.

El liderazgo del PP en San Sebastián en las dos últimas confrontaciones electorales -las europeas de junio de 1994 y las autonómicas de octubre de ese año- situó a Ordóñez como favorito para ganar en las elecciones municipales de 1995. El entonces teniente de alcalde acariciaba el sillón de regidor donostiarra. En las autonómicas del 23 de octubre, el PP experimenta un fuerte avance en voto en Gipuzkoa, pasa de uno a tres escaños, obteniendo la mayoría de los votos en San Sebastián.

 

Cinco semanas antes del asesinato de Ordóñez, ETA asesinó el 15 de diciembre de 1994 a Alfonso Morcillo, sargento de la Guardia Municipal de San Sebastián. Recibió un disparo en la sien en plena calle junto a su casa en Lasarte-Oria cuando salía a las 8.15 de la mañana a coger su coche para ir a trabajar a Donostia. En 2006, la Audiencia Nacional condenó a 29 años de cárcel a Xabier García Gaztelu, ‘Txapote’, por este asesinato. Valentín Lasarte, etarra integrado después en la ‘vía Nanclares’, también contribuyó al atentado, lo confesó tras su detención en Oiartzun en 1997. Por este crimen fue juzgado también Juan Ramón Karasatorre Aldaz, pero no se pudo probar su participación.

 

Tres años antes del asesinato de Gregorio Ordóñez se producía la caída de la cúpula de ETA en Bidart, el 29 de marzo de 1992. Un golpe policial que dejó a la organización terrorista muy debilitada. José Luis Álvarez Santacristina, ‘Txelis’; José Javier Zabaleta Elosegi, ’Baldo’, Francisco Mujika Garmendia, ‘Pakito’ y José Arregi Erostarbe, ‘Fitti’, eran detenidos por la Guardia Civil en una operación que descabezaba a la banda terrorista. Fue el mayor golpe policial a la dirección etarra, en un año clave para la imagen de España y su estabilidad, con los Juegos Olímpicos de Barcelona o la Expo Internacional de Sevilla.

 

Un gendarme observa el caserío Xilokan poco después de los arrestos de toda la cúpula de ETA, reunida dentro

La izquierda abertzale lanzó en 1994 la ponencia Oldartzen que abogaba por “la socialización del sufrimiento” y fue aprobada en 1995. HB oficializó así una estrategia en la que consideraba “legítimo” utilizar “todas las formas de lucha, tanto la institucional, la de la calle como la lucha armada” contra sus enemigos. Hasta el momento en el que Gregorio Ordóñez fue asesinado, la estrategia de la banda terrorista había sido la de matar sobre todo a de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Comenzó entonces una etapa nueva, en la que se sostenía que había que extender el terror a otras capas de la sociedad (jueces, fiscales, empresarios, periodistas, políticos). ETA asesinó durante la vigencia de Oldartzen a 98 personas, según el Ministerio del Interior, una treintena de ellos eran políticos.

El liderazgo del PP en San Sebastián en las dos últimas confrontaciones electorales -las europeas de junio de 1994 y las autonómicas de octubre de ese año- situó a Ordóñez como favorito para ganar en las elecciones municipales de 1995. El entonces teniente de alcalde acariciaba el sillón de regidor donostiarra. En las autonómicas del 23 de octubre, el PP experimenta un fuerte avance en voto en Gipuzkoa, pasa de uno a tres escaños, obteniendo la mayoría de los votos en San Sebastián.

 

Cinco semanas antes del asesinato de Ordóñez, ETA asesinó el 15 de diciembre de 1994 a Alfonso Morcillo, sargento de la Guardia Municipal de San Sebastián. Recibió un disparo en la sien en plena calle junto a su casa en Lasarte-Oria cuando salía a las 8.15 de la mañana a coger su coche para ir a trabajar a Donostia. En 2006, la Audiencia Nacional condenó a 29 años de cárcel a Xabier García Gaztelu, ‘Txapote’, por este asesinato. Valentín Lasarte, etarra integrado después en la ‘vía Nanclares’, también contribuyó al atentado, lo confesó tras su detención en Oiartzun en 1997. Por este crimen fue juzgado también Juan Ramón Karasatorre Aldaz, pero no se pudo probar su participación.

 

El 23 de enero de 1995, en vísperas de las elecciones municipales de mayo en las que Ordóñez iba a ser el candidato del PP a la Alcaldía de San Sebastián, ETA asesina al concejal del PP mientras comía en el bar La Cepa de la Parte Vieja de San Sebastián con sus compañeros del Ayuntamiento, entre ellos María San Gil. Fue asesinado por un comando de ETA formado por Valentín Lasarte, Xabier García Gaztelu, ‘Txapote’, y Juan Ramón Karasatorre, ‘Zapata’. Cuatro meses después, en las elecciones municipales, el PP se convertía en el partido más votado en San Sebastián con el 23,84% de los votos, aunque no llegó a gobernar por un pacto entre PSE, PNV y EA. El Ayuntamiento le concedió a título póstumo la Medalla de Oro.

Calle 31 de Agosto con furgonetas de la Ertzaintza horas después del asesinato al concejal Gregorio Ordóñez en el bar La Cepa

El alcalde y los concejales de San Sebastián introducen el féretro en el ayuntamiento

El asesinato supuso un salto cualitativo, ya que se atacaba directamente contra un político elegido democráticamente. Desde el mundo de HB nadie alzó la voz públicamente para condenar el atentado. Nadie, excepto Begoña Garmendia, portavoz del grupo municipal de Herri Batasuna en San Sebastián aquel 23 de enero de 1995, quien, afectada por el asesinato de un compañero de corporación, salió al día siguiente del despacho de su grupo, situado pared con pared al del PP, convocó a las decenas de periodistas que aquellos días hacían guardia en el Ayuntamiento y afirmó visiblemente emocionada: «Debo manifestar mi total desacuerdo y mi más firme rechazo a este acto. A los adversarios políticos hay que combatirlos con armas políticas».

Valentín Lasarte Oliden, miembro del comando Donosti de ETA, fue detenido por la Ertzaintza el 25 de marzo de 1996 en Oiartzun, después de que una llamada anónima advirtiera de su posible presencia en un centro comercial. Hasta entonces, participó, entre otros atentados, además del de Ordóñez, en el de los empresarios José María Olarte y José Antonio Santamaría, del brigada Mariano de Juan, el abogado y dirigente socialista Fernando Múgica, el sargento de la Policía Municipal Alfonso Morcillo y del policía nacional Enrique Nieto.

 

El 12 de diciembre de 2001, la Policía sa detuvo en Auch, localidad situada entre Pau y Toulouse, a Juan Ramón Karasatorre Aldaz y José Ramón Lete Alberdi, presuntos encargados de impartir a los activistas de ETA los cursillos de manejo de armas y explosivos. Estaban acompañados de Lorentza Beyrie, también considerada militante de la organización, así como de Miren Aintzane de Orkolaga Etxaniz, que se encontraba en ese momento en el domicilio donde se produjeron las detenciones.

 

La Policía sa, con la colaboración del Cuerpo Nacional de Policía, detuvo el 22 de febrero de 2001, en Anglet a Xabier García Gaztelu, ‘Txapote’, considerado el jefe del aparato militar de ETA. El arresto del supuesto organizador de la ofensiva de atentados desencadenada tras la ruptura de la tregua tuvo lugar a las pocas horas de un atentado con coche bomba en San Sebastián, que mató a dos trabajadores de la empresa Elektra, y dos días después de la convocatoria de elecciones anticipadas al Parlamento Vasco.

Tres meses después del asesinato, el 20 de abril de 1995 un grupo de radicales destrozó la placa de la tumba de Gregorio Ordóñez y vitoreó sobre ella a sus asesinos. Los desconocidos penetraron en el cementerio de Polloe, en San Sebastián, de madrugada, rompieron a martillazos la lápida y realizaron varias pintadas alentando a la banda armada. Su tumba ha sido profanada en más de cinco ocasiones con pintadas a favor de ETA, junto a amenazas al PP.

Los tres etarras que participaron en el atentado acabaron siendo condenados. A Xabier García Gaztelu ‘Txapote’, Juan Ramón Karasatorre Aldaz, ‘Zapata’, y Valentín Lasarte Oliden se les impusieron 30 años de pena a cada uno.

 

En octubre de 1997, la Sección Primera de lo Penal de la Audiencia Nacional condenó al etarra Valentín Lasarte como cooperador necesario penalmente responsable de un delito de asesinato a 30 años de reclusión. En diciembre de 2006, también la Sección Primera de lo Penal de la Audiencia Nacional condenó al etarra Xabier García Gaztelu, ‘Txapote’, a 30 años de prisión por el asesinato de Gregorio Ordóñez. En su sentencia, el tribunal sostuvo que "no se puede afirmar con exactitud" si 'Txapote' fue quien disparó a Ordoñez o si esperó fuera del bar para cubrir la acción y facilitar la huida. En cualquier caso, afirmó que "es penalmente irrelevante al estar acreditado que estuvo en la ideación, en la decisión y en la ejecución" del asesinato.

 

En 2011, Juan Ramón Karasatorre Aldaz recibió la misma condena que los otros dos etaras. En este auto el juez estima probado que “Karasatorre o García Gaztelu, entró en el restaurante dirigiéndose directamente a la mesa donde estaba sentado Gregorio Ordóñez y, situándose detrás del mismo a muy corta distancia con una pistola que portaba marca Browning HP-35 del calibre 9mm parabellum, le disparó a la cabeza matándole. Mientras, el otro, quedaba vigilante para facilitar la comisión del hecho y la huida.

En 2015 el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz itió a trámite la denuncia presentada por la familia de Gregorio Ordóñez contra Ignacio Gracia Arregi, ‘Iñaki de Rentería’, Xabier Arizkuren Ruiz, ‘Kantauri’, Mikel Albisu Iriarte, ‘Mikel Antza’, Julian Atxurra Egurola, ‘Pototo’ y Juan Luis Agirre Lete, ‘Isuntza’ como integrantes del ‘comité ejecutivo de ETA’ en la época en que la banda terrorista tomó la decisión de asesinar al concejal del PP en San Sebastián Gregorio Ordóñez. El auto relata cómo fue Arizkuren Ruiz, ‘Kantauri’, quien se reunió en octubre o noviembre de 1994 en la localidad sa de Baiona con Valentín Lasarte para ordenarle el asesinato de Gregorio Ordóñez. El sumario de Ordóñez se reabre para procesar a los autores intelectuales del atentado.

La familia de Gregorio Ordóñez, sus amigos y compañeros del Partido Popular asistieron el 25 de enero de 2020 a la colocación de la placa en su memoria. Quedó inaugurada junto al bar La Cepa en la calle 31 de Agosto.

 

 

 

 

 

 

 

Ese día, los asistentes en manifestación dieron juntos desde el Ayuntamiento los últimos pasos que dio el teniente de alcalde del PP el día de su asesinato. Pocos días después después, el 2 de febrero, desconocidos atacaron durante la madrugada la placa que amaneció pintada de negro y con la baldosa en la que se inserta rota.

El 23 de enero de 1995, en vísperas de las elecciones municipales de mayo en las que Ordóñez iba a ser el candidato del PP a la Alcaldía de San Sebastián, ETA asesina al concejal del PP mientras comía en el bar La Cepa de la Parte Vieja de San Sebastián con sus compañeros del Ayuntamiento, entre ellos María San Gil. Fue asesinado por un comando de ETA formado por Valentín Lasarte, Xabier García Gaztelu, ‘Txapote’, y Juan Ramón Karasatorre, ‘Zapata’. Cuatro meses después, en las elecciones municipales, el PP se convertía en el partido más votado en San Sebastián con el 23,84% de los votos, aunque no llegó a gobernar por un pacto entre PSE, PNV y EA. El Ayuntamiento le concedió a título póstumo la Medalla de Oro.

Calle 31 de Agosto con furgonetas de la ertzaintza horas después del asesinato al concejal Gregorio Odoñez en el bar La Cepa

El alcalde y los concejales de San Sebastian introducen el feretro en el ayuntamiento

El asesinato supuso un salto cualitativo, ya que se atacaba directamente contra un político elegido democráticamente. Desde el mundo de HB nadie alzó la voz públicamente para condenar el atentado. Nadie, excepto Begoña Garmendia, portavoz del grupo municipal de Herri Batasuna en San Sebastián aquel 23 de enero de 1995, quien, afectada por el asesinato de un compañero de corporación, salió aal día siguiente del despacho de su grupo, situado pared con pared al del PP, convocó a las decenas de periodistas que aquellos días hacían guardia en el Ayuntamiento y afirmó visiblemente emocionada: «Debo manifestar mi total desacuerdo y mi más firme rechazo a este acto. A los adversarios políticos hay que combatirlos con armas políticas».

Valentín Lasarte Oliden, miembro del comando Donosti de ETA, fue detenido por la Ertzaintza el 25 de marzo de 1996 en Oiartzun, después de que una llamada anónima advirtiera de su posible presencia en un centro comercial. Hasta entonces, participó, entre otros atentados, además del de Ordóñez, en el de los empresarios José María Olarte y José Antonio Santamaría, del brigada Mariano de Juan, el abogado y dirigente socialista Fernando Múgica, el sargento de la Policía Municipal Alfonso Morcillo y del policía nacional Enrique Nieto.

 

El 12 de diciembre de 2001, la Policía sa detuvo en Auch, localidad situada entre Pau y Toulouse, a Juan Ramón Karasatorre Aldaz y José Ramón Lete Alberdi, presuntos encargados de impartir a los activistas de ETA los cursillos de manejo de armas y explosivos. Estaban acompañados de Lorentza Beyrie, también considerada militante de la organización, así como de Miren Aintzane de Orkolaga Etxaniz, que se encontraba en ese momento en el domicilio donde se produjeron las detenciones.

 

La Policía sa, con la colaboración del Cuerpo Nacional de Policía, detuvo el 22 de febrero de 2001, en Anglet a Xabier García Gaztelu, ‘Txapote’, considerado el jefe del aparato militar de ETA. El arresto del supuesto organizador de la ofensiva de atentados desencadenada tras la ruptura de la tregua tuvo lugar a las pocas horas de un atentado con coche bomba en San Sebastián, que mató a dos trabajadores de la empresa Elektra, y dos días después de la convocatoria de elecciones anticipadas al Parlamento Vasco.

Tres meses después del asesinato, el 20 de abril de 1995 un grupo de radicales destrozó la placa de la tumba de Gregorio Ordóñez y vitoreó sobre ella a sus asesinos. Los desconocidos penetraron en el cementerio de Polloe, en San Sebastián, de madrugada, rompieron a martillazos la lápida y realizaron varias pintadas alentando a la banda armada. Su tumba ha sido profanada en más de cinco ocasiones con pintadas a favor de ETA, junto a amenazas al PP.

Los tres etarras que participaron en el atentado acabaron siendo condenados. A Xabier García Gaztelu ‘Txapote’, Juan Ramón Karasatorre Aldaz, ‘Zapata’, y Valentín Lasarte Oliden se les impusieron 30 años de pena a cada uno.

 

En octubre de 1997, la Sección Primera de lo Penal de la Audiencia Nacional condenó al etarra Valentín Lasarte como cooperador necesario penalmente responsable de un delito de asesinato a 30 años de reclusión. En diciembre de 2006, también la Sección Primera de lo Penal de la Audiencia Nacional condenó al etarra Xabier García Gaztelu, ‘Txapote’, a 30 años de prisión por el asesinato de Gregorio Ordóñez. En su sentencia, el tribunal sostuvo que "no se puede afirmar con exactitud" si 'Txapote' fue quien disparó a Ordoñez o si esperó fuera del bar para cubrir la acción y facilitar la huida. En cualquier caso, afirmó que "es penalmente irrelevante al estar acreditado que estuvo en la ideación, en la decisión y en la ejecución" del asesinato.

 

En 2011, Juan Ramón Karasatorre Aldaz recibió la misma condena que los otros dos etaras. En este auto el juez estima probado que “Karasatorre o García Gaztelu, entró en el restaurante dirigiéndose directamente a la mesa donde estaba sentado Gregorio Ordóñez y, situándose detrás del mismo a muy corta distancia con una pistola que portaba marca Browning HP-35 del calibre 9mm parabellum, le disparó a la cabeza matándole. Mientras, el otro, quedaba vigilante para facilitar la comisión del hecho y la huida.

En 2015 el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz itió a trámite la denuncia presentada por la familia de Gregorio Ordóñez contra Ignacio Gracia Arregi, ‘Iñaki de Rentería’, Xabier Arizkuren Ruiz, ‘Kantauri’, Mikel Albisu Iriarte, ‘Mikel Antza’, Julian Atxurra Egurola, ‘Pototo’ y Juan Luis Agirre Lete, ‘Isuntza’ como integrantes del ‘comité ejecutivo de ETA’ en la época en que la banda terrorista tomó la decisión de asesinar al concejal del PP en San Sebastián Gregorio Ordóñez. El auto relata cómo fue Arizkuren Ruiz, ‘Kantauri’, quien se reunió en octubre o noviembre de 1994 en la localidad sa de Baiona con Valentín Lasarte para ordenarle el asesinato de Gregorio Ordóñez. El sumario de Ordóñez se reabre para procesar a los autores intelectuales del atentado.

La familia de Gregorio Ordóñez, sus amigos y compañeros del Partido Popular asistieron el 25 de enero de 2020 a la colocación de la placa en su memoria. Quedó inaugurada junto al bar La Cepa en la calle 31 de Agosto.

 

 

 

 

 

 

 

Ese día, los asistentes en manifestación dieron juntos desde el Ayuntamiento los últimos pasos que dio el teniente de alcalde del PP el día de su asesinato. Pocos días después después, el 2 de febrero, desconocidos atacaron durante la madrugada la placa que amaneció pintada de negro y con la baldosa en la que se inserta rota.

El 23 de enero de 1995, en vísperas de las elecciones municipales de mayo en las que Ordóñez iba a ser el candidato del PP a la Alcaldía de San Sebastián, ETA asesina al concejal del PP mientras comía en el bar La Cepa de la Parte Vieja de San Sebastián con sus compañeros del

Ayuntamiento, entre ellos María San Gil. Fue asesinado por un comando de ETA formado por Valentín Lasarte, Xabier García Gaztelu, ‘Txapote’, y Juan Ramón Karasatorre, ‘Zapata’. Cuatro meses después, en las elecciones municipales, el PP se convertía en el partido más votado en San Sebastián con el 23,84% de los votos, aunque no llegó a gobernar por un pacto entre PSE, PNV y EA. El Ayuntamiento le concedió a título póstumo la Medalla de Oro.

Calle 31 de Agosto con furgonetas de la ertzaintza horas después del asesinato al concejal Gregorio Odoñez en el bar La Cepa

El alcalde y los concejales de San Sebastian introducen el feretro en el ayuntamiento

El asesinato supuso un salto cualitativo, ya que se atacaba directamente contra un político elegido democráticamente. Desde el mundo de HB nadie alzó la voz públicamente para condenar el atentado. Nadie, excepto Begoña Garmendia, portavoz del grupo municipal de Herri Batasuna en San Sebastián aquel 23 de enero de 1995, quien, afectada por el asesinato de un compañero de corporación, salió aal día siguiente del despacho de su grupo, situado pared con pared al del PP, convocó a las decenas de periodistas que aquellos días hacían guardia en el Ayuntamiento y afirmó visiblemente emocionada: «Debo manifestar mi total desacuerdo y mi más firme rechazo a este acto. A los adversarios políticos hay que combatirlos con armas políticas».

Valentín Lasarte Oliden, miembro del comando Donosti de ETA, fue detenido por la Ertzaintza el 25 de marzo de 1996 en Oiartzun, después de que una llamada anónima advirtiera de su posible presencia en un centro comercial. Hasta entonces, participó, entre otros atentados, además del de Ordóñez, en el de los empresarios José María Olarte y José Antonio Santamaría, del brigada Mariano de Juan, el abogado y dirigente socialista Fernando Múgica, el sargento de la Policía Municipal Alfonso Morcillo y del policía nacional Enrique Nieto.

 

El 12 de diciembre de 2001, la Policía sa detuvo en Auch, localidad situada entre Pau y Toulouse, a Juan Ramón Karasatorre Aldaz y José Ramón Lete Alberdi, presuntos encargados de impartir a los activistas de ETA los cursillos de manejo de armas y explosivos. Estaban acompañados de Lorentza Beyrie, también considerada militante de la organización, así como de Miren Aintzane de Orkolaga Etxaniz, que se encontraba en ese momento en el domicilio donde se produjeron las detenciones.

 

La Policía sa, con la colaboración del Cuerpo Nacional de Policía, detuvo el 22 de febrero de 2001, en Anglet a Xabier García Gaztelu, ‘Txapote’, considerado el jefe del aparato militar de ETA. El arresto del supuesto organizador de la ofensiva de atentados desencadenada tras la ruptura de la tregua tuvo lugar a las pocas horas de un atentado con coche bomba en San Sebastián, que mató a dos trabajadores de la empresa Elektra, y dos días después de la convocatoria de elecciones anticipadas al Parlamento Vasco.

Tres meses después del asesinato, el 20 de abril de 1995 un grupo de radicales destrozó la placa de la tumba de Gregorio Ordóñez y vitoreó sobre ella a sus asesinos. Los desconocidos penetraron en el cementerio de Polloe, en San Sebastián, de madrugada, rompieron a

martillazos la lápida y realizaron varias pintadas alentando a la banda armada. Su tumba ha sido profanada en más de cinco ocasiones con pintadas a favor de ETA, junto a amenazas al PP.

Los tres etarras que participaron en el atentado acabaron siendo condenados. A Xabier García Gaztelu ‘Txapote’, Juan Ramón Karasatorre Aldaz, ‘Zapata’, y Valentín Lasarte Oliden se les impusieron 30 años de pena a cada uno.

 

En octubre de 1997, la Sección Primera de lo Penal de la Audiencia Nacional condenó al etarra Valentín Lasarte como cooperador necesario penalmente responsable de un delito de asesinato a 30 años de reclusión. En diciembre de 2006, también la Sección Primera de lo Penal de la Audiencia Nacional condenó al etarra Xabier García Gaztelu, ‘Txapote’, a 30 años de prisión por el asesinato de Gregorio Ordóñez. En su sentencia, el tribunal sostuvo que "no se puede afirmar con exactitud" si 'Txapote' fue quien disparó a Ordoñez o si esperó fuera del bar para cubrir la acción y facilitar la huida. En cualquier caso, afirmó que "es penalmente irrelevante al estar acreditado que estuvo en la ideación, en la decisión y en la ejecución" del asesinato.

 

En 2011, Juan Ramón Karasatorre Aldaz recibió la misma condena que los otros dos etaras. En este auto el juez estima probado que “Karasatorre o García Gaztelu, entró en el restaurante dirigiéndose directamente a la mesa donde estaba sentado Gregorio Ordóñez y, situándose detrás del mismo a muy corta distancia con una pistola que portaba marca Browning HP-35 del calibre 9mm parabellum, le disparó a la cabeza matándole. Mientras, el otro, quedaba vigilante para facilitar la comisión del hecho y la huida.

En 2015 el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz itió a trámite la denuncia presentada por la familia de Gregorio Ordóñez contra Ignacio Gracia Arregi, ‘Iñaki de Rentería’, Xabier Arizkuren Ruiz, ‘Kantauri’, Mikel Albisu Iriarte, ‘Mikel Antza’, Julian Atxurra Egurola, ‘Pototo’ y Juan Luis Agirre Lete, ‘Isuntza’ como integrantes del ‘comité ejecutivo de ETA’ en la época en que la banda terrorista tomó la decisión de asesinar al concejal del PP en San Sebastián Gregorio Ordóñez. El auto relata cómo fue Arizkuren Ruiz, ‘Kantauri’, quien se reunió en octubre o noviembre de 1994 en la localidad sa de Baiona con Valentín Lasarte para ordenarle el asesinato de Gregorio Ordóñez. El sumario de Ordóñez se reabre para procesar a los autores intelectuales del atentado.

La familia de Gregorio Ordóñez, sus amigos y compañeros del Partido Popular asistieron el 25 de enero de 2020 a la colocación de la placa en su memoria. Quedó inaugurada junto al bar La Cepa en la calle 31 de Agosto. Ese día, los asistentes en manifestación dieron juntos desde el Ayuntamiento los últimos pasos que dio el teniente de alcalde del PP el día de su asesinato. Pocos días después,

el 2 de febrero, desconocidos atacaron durante la madrugada la placa que amaneció pintada de negro y con la baldosa en la que se inserta rota.

El 23 de enero de 1995, en vísperas de las elecciones municipales de mayo en las que Ordóñez iba a ser el candidato del PP a la Alcaldía de San Sebastián, ETA asesina al concejal del PP mientras comía en el bar La Cepa de la Parte Vieja de San Sebastián con sus compañeros del Ayuntamiento, entre ellos María San Gil. Fue asesinado por un comando de ETA formado por Valentín Lasarte, Xabier García Gaztelu, ‘Txapote’, y Juan Ramón Karasatorre, ‘Zapata’. Cuatro meses después, en las elecciones municipales, el PP se convertía en el partido más votado en San Sebastián con el 23,84% de los votos, aunque no llegó a gobernar por un pacto entre PSE, PNV y EA. El Ayuntamiento le concedió a título póstumo la Medalla de Oro.

Calle 31 de Agosto

con furgonetas de la ertzaintza horas después del asesinato al concejal Gregorio Odoñez en el bar La Cepa

El alcalde y los concejales de San Sebastian introducen el feretro en el ayuntamiento

El asesinato supuso un salto cualitativo, ya que se atacaba directamente contra un político elegido democráticamente. Desde el mundo de HB nadie alzó la voz públicamente para condenar el atentado. Nadie, excepto Begoña Garmendia, portavoz del grupo municipal de Herri Batasuna en San Sebastián aquel 23 de enero de 1995, quien, afectada por el asesinato de un compañero de corporación, salió aal día siguiente del despacho de su grupo, situado pared con pared al del PP, convocó a las decenas de periodistas que aquellos días hacían guardia en el Ayuntamiento y afirmó visiblemente emocionada: «Debo manifestar mi total desacuerdo y mi más firme rechazo a este acto. A los adversarios políticos hay que combatirlos con armas políticas».

Valentín Lasarte Oliden, miembro del comando Donosti de ETA, fue detenido por la Ertzaintza el 25 de marzo de 1996 en Oiartzun, después de que una llamada anónima advirtiera de su posible presencia en un centro comercial. Hasta entonces, participó, entre otros atentados, además del de Ordóñez, en el de los empresarios José María Olarte y José Antonio Santamaría, del brigada Mariano de Juan, el abogado y dirigente socialista Fernando Múgica, el sargento de la Policía Municipal Alfonso Morcillo y del policía nacional Enrique Nieto.

 

El 12 de diciembre de 2001, la Policía sa detuvo en Auch, localidad situada entre Pau y Toulouse, a Juan Ramón Karasatorre Aldaz y José Ramón Lete Alberdi, presuntos encargados de impartir a los activistas de ETA los cursillos de manejo de armas y explosivos. Estaban acompañados de Lorentza Beyrie, también considerada militante de la organización, así como de Miren Aintzane de Orkolaga Etxaniz, que se encontraba en ese momento en el domicilio donde se produjeron las detenciones.

 

La Policía sa, con la colaboración del Cuerpo Nacional de Policía, detuvo el 22 de febrero de 2001, en Anglet a Xabier García Gaztelu, ‘Txapote’, considerado el jefe del aparato militar de ETA. El arresto del supuesto organizador de la ofensiva de atentados desencadenada tras la ruptura de la tregua tuvo lugar a las pocas horas de un atentado con coche bomba en San Sebastián, que mató a dos trabajadores de la empresa Elektra, y dos días después de la convocatoria de elecciones anticipadas al Parlamento Vasco.

Tres meses después del asesinato, el 20 de abril de 1995 un grupo de radicales destrozó la placa de la tumba de Gregorio Ordóñez y vitoreó sobre ella a sus asesinos. Los desconocidos penetraron en el cementerio de Polloe, en San Sebastián, de madrugada, rompieron a martillazos la lápida y realizaron varias pintadas alentando a la banda armada. Su tumba ha sido profanada en más de cinco ocasiones con pintadas a favor de ETA, junto a amenazas al PP.

Los tres etarras que participaron en el atentado acabaron siendo condenados. A Xabier García Gaztelu ‘Txapote’, Juan Ramón Karasatorre Aldaz, ‘Zapata’, y Valentín Lasarte Oliden se les impusieron 30 años de pena a cada uno.

 

En octubre de 1997, la Sección Primera de lo Penal de la Audiencia Nacional condenó al etarra Valentín Lasarte como cooperador necesario penalmente responsable de un delito de asesinato a 30 años de reclusión. En diciembre de 2006, también la Sección Primera de lo Penal de la Audiencia Nacional condenó al etarra Xabier García Gaztelu, ‘Txapote’, a 30 años de prisión por el asesinato de Gregorio Ordóñez. En su sentencia, el tribunal sostuvo que "no se puede afirmar con exactitud" si 'Txapote' fue quien disparó a Ordoñez o si esperó fuera del bar para cubrir la acción y facilitar la huida. En cualquier caso, afirmó que "es penalmente irrelevante al estar acreditado que estuvo en la ideación, en la decisión y en la ejecución" del asesinato.

 

En 2011, Juan Ramón Karasatorre Aldaz recibió la misma condena que los otros dos etaras. En este auto el juez estima probado que “Karasatorre o García Gaztelu, entró en el restaurante dirigiéndose directamente a la mesa donde estaba sentado Gregorio Ordóñez y, situándose detrás del mismo a muy corta distancia con una pistola que portaba marca Browning HP-35 del calibre 9mm parabellum, le disparó a la cabeza matándole. Mientras, el otro, quedaba vigilante para facilitar la comisión del hecho y la huida.

En 2015 el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz itió a trámite la denuncia presentada por la familia de Gregorio Ordóñez contra Ignacio Gracia Arregi, ‘Iñaki de Rentería’, Xabier Arizkuren Ruiz, ‘Kantauri’, Mikel Albisu Iriarte, ‘Mikel Antza’, Julian Atxurra Egurola, ‘Pototo’ y Juan Luis Agirre Lete, ‘Isuntza’ como integrantes del ‘comité ejecutivo de ETA’ en la época en que la banda terrorista tomó la decisión de asesinar al concejal del PP en San Sebastián Gregorio Ordóñez. El auto relata cómo fue Arizkuren Ruiz, ‘Kantauri’, quien se reunió en octubre o noviembre de 1994 en la localidad sa de Baiona con Valentín Lasarte para ordenarle el asesinato de Gregorio Ordóñez. El sumario de Ordóñez se reabre para procesar a los autores intelectuales del atentado.

La familia de Gregorio Ordóñez, sus amigos y compañeros del PP asistieron el 25 de enero de 2020 a la colocación de la placa en su memoria. Quedó inaugurada junto al bar La Cepa en la calle 31 de Agosto. Ese día, los asistentes en una marcha silenciosa dieron juntos desde el Ayuntamiento los últimos pasos que dio el teniente de alcalde del PP el día de su asesinato. Pocos días después,

el 2 de febrero, desconocidos atacaron durante la madrugada la placa que amaneció pintada de negro y con la baldosa en la que se inserta rota.

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