No estaba Mikel Oyarzabal para tirar el penalti

Esta vez la suerte le fue esquiva a la selección, en un partido que tuvo claro protagonismo txuri-urdin. Los dos goles de la selección llevaron el sello de los jugadores de la Real Sociedad. Martin Zubimendi y Mikel Oyarzabal brillaron en una final en la que no participó Remiro. Si lo hubiera hecho, quizás también hubiera sido protagonista a su manera.

Zubimendi abrió el camino de la victoria con un gol en el que tan solo tuvo que empujar el balón, sí, pero antes había protagonizado una conducción de balón de las que hace dudar y correr hacia atrás a cualquier línea defensiva tras recibir de cara un pase de Oyarzabal. No llevaba el vértigo de las carreras de Lamine Yamal. No hizo falta.

El centrocampista, cabeza alta en todo momento, abrió el juego al catalán para que este le sirviera un centro a su compañero en la Real. Pero además acompañó a la jugada, no se quedó atrás, lo que le permitió encontrarse en el lugar correcto en el momento ideal.

Su tanto no fue una obra de arte. No entrará en los 'highlights' de goles, pero valió igual que si hubiera entrado por la escuadra. Quizás más, porque servía para abrir toda una final. Era su segunda diana con la selección. Se estrenó contra Dinamarca en octubre en un partido de la fase de grupos de la Nations League.

La ventaja que otorgó apenas duró unos minutos, pero Oyarzabal se encargó de restablecerla al filo del descanso. Esta vez la conducción no fue de Zubimendi sino de Pedri. Además de darle velocidad a la acción, el canario también fue el encargado de darle la asistencia al capitán blanquiazul.

El eibarrés leyó a la perfección la trayectoria del pase del jugador del Barça, se adelantó a Inacio. Puso el cuerpo entre el defensor y el esférico para frenar el avance de su marcador y definió con un leve toque con la puntera de la bota derecha. El balón entró mansamente en la portería defendida por Diogo Costa, que trató de estirar las piernas lo más posible sin opción siquiera de poder rozarlo.

Miekel Oyarzabal siempre aparece. Con la Real y también con la selección. Como nueve, como extremo o como suplente revulsivo. Con la de ayer ya son cinco las finales en las que ha marcado. Lo hizo en las tres finales que jugó en 2021. En la de Copa con la Real ante el Athletic, en la de los Juegos Olímpicos de Tokio contra Brasil y en la de la Nations League frente a Francia. El año pasado fue el héroe en la final de la Eurocopa ante Inglaterra y ayer volvió a entrar en escena en su quinta final como goleador.

Luis de la Fuente no se tira piedras a su propio tejado. Morata es el capitán de la selección, pero el riojano ha decidido sentarle en el banquillo en esta fase final de la Nations League para que ocupe su lugar en el campo el jugador de la Real. En la semifinal ante Francia no anotó, pero dio dos asistencias de categoría a Nico Williams y a Merino.

Los dos realistas llevaban 57 partidos en sus piernas con la Real y ayer añadieron más de noventa minutos más antes de cogerse oficialmente las vacaciones. Oyarzabal fue sustituido en el 110, mientras que Zubimendi lo jugó todo. El donostiarra no tiene sustituto hasta que Rodri no recupere su estado de forma óptimo tras la lesión.

El título se decidió en la tanda de penaltis y no estaba Mikel Oyarzabal para lanzar uno de ellos. Zubimendi tampoco tiró uno de ellos. Puede que el quinto hubiera estado reservado para él. Merino, exrealista, sí que lo lanzó y marcó.

El encuentro no fue el delirio goleador de la semifinal ante Francia. Tuvo el ida y vuelta y falta de control de un choque disputado el 8 de junio. Muchos de los jugadores que saltaron al precioso Allianz Arena de Múnich llevaban mas de cincuenta partidos en las piernas. El gol de Zubimendi pareció dar el control del partido al equipo de De la Fuenta que introdujo dos cambios respecto al equipo que ganó 5-4 a Francia, Mingueza y Fabián por Porro y Merino.

Ese guion que parecía venirle a España a pedir de boca se le torció enseguida con un gol de un puñal llamado Nuno Mendes. El incombustible Cristiano Ronaldo fue el encargado de equilibrar de nuevo el marcador en la segunda parte. Ya no hubo más goles hasta la decisiva tanda de penaltis.

Oyarzabal, Zubimendi y Remiro no pudieron cerrar la temporada con un nuevo trofeo en su palmarés. Ahora sí, se marchan de vacaciones. A recargar pilas antes de volver a la Real. Antes de volver a empezar. Quizás no todos lo hagan vestidos de txuri-urdin. Esa será otra historia.