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El porcentaje canterano del equipo que va a tener que clasificar a la Real a Europa en los próximos ocho partidos es mayor ... que el habitual en un conjunto construido ya a partir de los jugadores de casa. Las bajas de Illarramendi, Merino y Silva –éste puede aún reaparecer para los últimos choques– obligan a confeccionar un once con marcado lábel de Zubieta. Menos reconocible, tal vez, por el gran público pero más conocido por Imanol, padrino deportivo de hasta catorce de los futbolistas que hoy tiene en su plantilla (trece disponibles por la baja de Sangalli). El quid de la cuestión.
Ahora que no cuenta la calidad diferencial del trío Illarra-Merino-Silva, la Real se encomienda a la cercanía y grado de conocimiento que Imanol posee de sus recursos disponibles, punto de partida para extraer todo el potencial de cada cual en las circunstancias y los momentos donde mejor rendimiento pueda ofrecer cada uno.
Imanol cultivó en el Sanse desde la parte final de la temporada 2015/16 hasta la mitad de la campaña 2018/19 los frutos que ahora necesita exprimir al máximo en la élite. De los dieciséis canteranos de la primera plantilla actual, solo Illarramendi –de quien no podrá disfrutar– y Zaldua no han pasado por sus manos en el filial txuri-urdin. A todos los demás les ha visto crecer y, en buena medida, les ha configurado desde edades tempranas para convertirse en esos futbolistas que ahora necesita para obtener los resultados deseados en Primera División.
Canteranos dirigidos por Imanol. Entre la parte final de la campaña 2014/18 y la 2018/19 entrenó a Aritz, Zubeldia, Guridi, Le Normand, Merquelanz, Bautista, Guevara, Zubimendi, Sangalli, Oyarzabal, Aihen, Gorosabel, Barrenetxea y Roberto López.
Canteranos que no coincidieron con Imanol. Solo Illarramendi y Zaldua, más Urko González de Zárate (del filial).
Actuales jugadores del filial a los que ha dirigido y puede llamar. Jon Pacheco y Gaizka Ayesa.
No hay técnico que conozca mejor que Imanol lo que pueden y deben hacer Guevara y Zubimendi pasado mañana en el centro del campo contra todo un Sevilla. Ni entrenador que sepa cuándo, dónde y cómo debe aportar qué cualidades Jon Guridi para contrarrestar el potencial del rival. Si se trata de acertar a la hora de destinar un determinado recurso a una tarea concreta, la Real tiene el entrenador y los jugadores adecuados para explotar todo su valor en la recta final de esta temporada.
La confianza y fluida compenetración técnico-futbolista explica, en buena medida, la rápida y eficaz respuesta que, sin ir más lejos, al final de la pasada campaña ofreció Zubimendi cuando el centro del campo se quedó cojo por las lesiones. O la capacidad que tradicionalmente ha tenido Guevara –ya desde su debut aquel partido contra el Levante en marzo de 2019– para tomar la responsabilidad de ordenar el juego cuando se le ha pedido.
Tampoco Guridi ha necesitado mucha adaptación o interiorización de conceptos cuando Imanol ha tirado de él en momentos puntuales del curso. Ni a Barrenetxea ha habido que insistirle demasiado en su cometido cuando se ha echado mano de él. Le Normand ya escuchó demasiadas broncas en su día como para saber hoy lo que su míster le pide en el centro de la defensa, mientras Gorosabel morirá en la banda derecha defendiendo una idea en la que ha creído hasta convertirse en lo que un día Imanol le hizo soñar. Por su parte, Roberto López y Bautista dominan los movimientos y las acciones para las que son requeridos como si acumularan tantas titularidades como el que más y no se hubieran caído nunca del once.
Y todo ello sin citar a Aritz, Zubeldia y Oyarzabal, el núcleo duro de Imanol, vengan los extranjeros que vengan. El grado de implicación y 'feeling' personal entre estos futbolistas y su técnico garantiza un elevado tanto por ciento de rendimiento en fases cruciales como las que afronta a partir de este domingo la Real en su camino hacia Europa.
Aihen y Merquelanz llegan a esta fase en plena recuperación de sus lesiones, pero ambos tendrán la oportunidad de exhibir aquellas cualidades que el técnico oriotarra valoró en ellos, ayudó a pulir después y está deseando de explotar llegado el momento. ¿Por qué no el próximo mes? El lateral navarro ya ha suplido a Monreal sin bajones durante muchas fases de la temporada –suma 16 partidos y 1.400 minutos– mientras al irundarra le queda destapar ese tarro de sus esencias del que Imanol tanto espera.
Él les preparó en su día para esto y ahora los caminos de cada uno de ellos, con distintas fases y velocidades, confluyen en un final de temporada en el que están llamados a confirmar su potencial. Excepto Sangalli, a quien, en principio no se espera esta campaña, los otros trece tendrán un papel estelar en los ocho partidos que restan. Y hasta puede que Jon Pacheco y Urko González de Zárate –entrenan estos días con el primer equipo– tengan su parte. El de Elizondo también jugó con Imanol en el Sanse.
La ambición y la altura de los retos no han hecho retroceder la apuesta de la Real por la cantera y así, para una temporada en la que se iban a cubrir cinco frentes, incluyendo una final de Copa, la primera plantilla se cerró con dieciséis canteranos, la cifra más alta entre los equipo de LaLiga. Le sigue el Athletic, con quince, y el Barcelona, Celta y Villarreal, con ocho. Los ascensos de Zubimendi y Roberto López y el regreso de Merquelanz, Guridi y Bautista reforzaron el pasado verano una apuesta por Zubieta que, a falta de ocho jornadas para el final de la campaña, va camino de resultar satisfactoria.
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