Cuatro segundos para robar en un coche

Aingeru Munguía y Oskar Ortiz de Guinea

San Sebastián

Sábado, 2 de marzo 2024, 07:55 | Actualizado 09:12h.

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Menos de dos segundos se necesitan hoy en día para cambiar las cuatro ruedas de un bólido en las carreras de Fórmula 1. Para ello, eso sí, se precisan entre 18-20 mecánicos perfectamente sincronizados. Proporcionalmente, bastante menos se tarda en 'limpiar' un turismo entre dos personas: apenas cuatro segundos. La diferencia es que los primeros se coordinan con miles de ojos puestos en sus movimientos y los segundos lo hacen cuando creen que nadie los ve actuar. A estos se les llama delincuentes y son capaces de desvalijar un vehículo en dos santiamenes. Acostumbran a proceder a dúo: «Uno rompe la ventanilla y el otro se lleva lo que ve» en el interior a simple vista. Así coinciden en varios establecimientos de Carglass y Ralarsa, especializados en reparación de cristales de vehículos, y que llevan unos meses con un volumen de trabajo «de escándalo» debido al incremento de este tipo de hurtos.

Al parecer, a menudo resultan infructuosos, ya que los amigos de lo ajeno buscan «algo fácil que llevarse, monedas, un móvil, una bolsa...» y no siempre consiguen algo más que unos céntimos. Pero como «en cuatro segundos han 'limpiado' un coche», en menos de una hora han podido abrir 50 para «igual robar tres euros». De hecho, Luis Fernando Milla, de Ralarsa, con talleres en Donostia y Errenteria, tiene comprobado que los hurtos «van por oleadas. Una noche atacan un mismo aparcamiento, una misma calle, unos garajes... En un momento abren unos cuantos vehículos». Fuentes de la Guardia Municipal asocian estas oleadas con «asentamientos en las inmediaciones de personas que se dedican a la delincuencia».

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En el instante en el que hablamos con Milla, hace entrada en su taller una furgoneta Ford Transit con el cristal del triángulo de la ventanilla delantera derecha roto. «Sobre todo rompen en esos puntos» de las puertas delanteras o traseras, explica el experto. Para ello, se hacen valer de algún objeto rígido: lo mismo un imán con el que golpear el cristal «o una palanqueta o un destornillador para forzar el marco de la puerta».

En este tipo de establecimientos constatan que los malhechores no descansan, están en acción en cualquier momento, ya sea «de día o de noche», pero sus momentos álgidos son sobre todo los fines de semana, festivos y periodos vacacionales, cuando el resto del mundo tendemos a relajarnos.

Los profesionales consultados calculan que solo se denuncian «entre un 20 y un 30%» de los hurtos, dado que las cifras de reparaciones superan con creces los atestados policiales. «Como habitualmente el valor de lo robado es bajo, el damnificado se limita a arreglar el cristal, que lo cubre el seguro», sin acudir a una comisaría.

Como referencia, la Guardia Municipal de San Sebastián registró en enero 58 denuncias por robos en vehículos, y solo Carglass reparó 207 cristales por robo. En 2023, la comisaría donostiarra recibió 458 demandas por robo, solo seis más que en 2022. En esos años, detuvieron a 44 y 36 personas, respectivamente. Desde Ralarsa, Luis Fernando Milla, que lleva 30 años trabajando en el sector, también apunta una actividad al alza. «Hace años se rompían los cristales para abrir coches en busca del radiocasete, pero cuando las radios pasaron a estar integradas en los vehículos, los robos bajaron mucho. De unos años para aquí, ha subido la incidencia».

El aumento no se limita a los vehículos, es extensible a todo tipo de hurtos. Así se desprende del Balance de criminalidad del Ministerio del Interior, que recoge las cifras de todos los cuerpos policiales del Estado. A falta de los datos del último trimestre de 2023, hasta septiembre en Gipuzkoa se habían registrado 5.688 hurtos -no solo en vehículos-, un 18% más que en el mismo periodo de 2022. Las sustracciones de vehículos (197) estaban por debajo de antes de la pandemia (234 en 2019 aunque en 2018 fueron 164). Al parecer se opta más por el aquí te pillo, aquí te robo. En 4 segundos.