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Vecinos de Murrategi piden impulso al proyecto de regeneración «prometido»
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Eibar
Vecinos de Murrategi piden impulso al proyecto de regeneración «prometido»El barrio eibarrés de Murrategi, un enclave natural situado en la zona este de la ciudad, a la derecha de Azitain y al otro ... lado del río Ego, continúa arrastrando una situación de degradación urbanística que se prolonga desde hace décadas. A pesar de su valor paisajístico, el barrio presenta un notable abandono en infraestructuras, s y servicios básicos.
Este deterioro no es un secreto para el Ayuntamiento. De hecho, ya en 2016 un estudio encargado por el propio consistorio reconocía a Murrategi como 'zona degradada'. Como respuesta, en 2019 se redactó, con la participación vecinal, un Plan Especial de Rehabilitación Integrada (PERI), aprobado finalmente en pleno municipal en junio de 2021.
La esperanza de revitalización llegó dos años más tarde, cuando EH Bildu logró incluir en los Presupuestos Generales del Estado para 2023 una partida de 3 millones de euros destinada a la regeneración del barrio.
La noticia fue recibida con ilusión por la Asociación de Vecinos Behetarrak y por los habitantes de Murrategi, que vieron por fin una oportunidad real para revertir el abandono histórico.
Sin embargo, a día de hoy, nada ha cambiado. Las obras previstas en el PERI no han comenzado, los tiempos de ejecución han sido incumplidos y los fondos siguen sin materializarse. El proyecto de urbanización previsto para 2023 sigue paralizado, lo que ha llevado a los vecinos, agrupados en la asociación Behetarrak, a registrar, recientemente, una queja formal en el Ayuntamiento de Eibar, avalada por numerosas firmas, en la que se insta al alcalde Jon Iraola «liderar de una vez por todas» el proceso y poner en marcha las obras prometidas. «El Gobierno Municipal del PSE en el Ayuntamiento de Eibar, no ha sabido gestionar la ayuda económica del gobierno español y poner así en marcha el proyecto de regeneración de Murrategi», señalan los vecinos que denuncian «falta de gestión municipal» y que ha provocado que «nos organicemos registrando, en el Ayuntamiento de Eibar, una queja vecinal respaldada con un importante número de firmas, dirigida al alcalde para que de una vez por todas, lidere éste tema y ponga en marcha 'ya' el proyecto de regeneración de Murrategi». La situación ha derivado en un cruce de acusaciones entre el gobierno municipal del PSE-EE y EH Bildu, impulsora del acuerdo presupuestario que trajo los 3 millones.
El alcalde ha señalado que el dinero fue asignado «por error» a una partida cultural, en lugar de a regeneración urbana, y que para subsanar ese desajuste era necesario que EH Bildu gestionara la modificación con sus interlocutores en el Gobierno central. «En el segundo semestre de 2023 les trasladamos el problema y les pedimos que actuaran», ha explicado Iraola, asegurando que la falta de respuesta por parte de EH Bildu ha bloqueado el a los fondos. Desde el PSE se ha llegado a hablar de «negligencia» por parte de la formación abertzale.
EH Bildu, por su parte, rechaza esa acusación y critica que la responsabilidad última de gestionar e impulsar el proyecto recae en el Ayuntamiento, como istración competente en urbanismo. «El dinero está ahí gracias a nuestra iniciativa; lo que falta es voluntad política y capacidad de gestión por parte del gobierno local», señalan fuentes de la coalición.
Mientras tanto, los vecinos de Murrategi siguen esperando. Las calles, los s y los espacios públicos del barrio continúan en mal estado, a pesar de contar –al menos en teoría–, con una dotación económica histórica para su recuperación. «Hace años que se nos reconoce como zona degradada, tenemos un PERI aprobado, un dinero conseguido, y sin embargo seguimos igual», lamentan desde Behetarrak. «Murrategi no puede seguir siendo el barrio olvidado de Eibar. Aquí no se ha hecho nunca nada», señalaba otro vecino.
La situación actual es reflejo de una política municipal trabada entre la lentitud burocrática y el enfrentamiento partidista. En un momento en que se demandan soluciones urgentes para entornos urbanos vulnerables, Murrategi se ha convertido en símbolo de las oportunidades perdidas y de la necesidad de que la acción pública supere el bloqueo político. Los vecinos no descartan nuevas acciones si el Ayuntamiento no pone en marcha el proyecto en los próximos meses. «Estamos cansados de excusas. Queremos hechos. Queremos vivir en un barrio digno», concluía un vecino del barrio.
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