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Alberto Echaluce Orozco, Jabi Leon y Javier Medrano
Eibar | San Sebastián
Martes, 29 de abril 2025, 02:00
Los bomberos del Bajo Deba tuvieron que trabajar a destajo ayer en Eibar para rescatar a cinco adultos y seis niños que se habían quedado atrapados en un ascensor público durante más de tres horas. El suceso tuvo lugar sobre las 12.35 horas en Aldatze. El elevador, de unos 40 metros de altura y acristalado, que comunica la calle Julián Etxeberria con la ikastola, se quedó parado a mitad del recorrido y tras varios intentos por volver a ponerlo en marcha, no fue hasta pasadas las tres de la tarde cuando pudieron ser rescatados. Antes, hacia las dos de la tarde, efectivos de bomberos habían logrado abrir la trampilla del ascensor para que corriera el aire y poder suministrar agua a las personas encerradas dentro. El grupo estaba compuesto por seis niños de 4 años de edad que van a la misma clase del colegio Aldatze y cinco adultos entre, ellos una mujer embarazada, además del exjugador del Arrate de balonmano, Mempho Mujanovic.
El exinternacional balcánico sonreía tras haber permanecido tres horas con su nieta Mara en el elevador de al colegio. Eso sí, no daba crédito a lo sucedido. «Nadie entiende que en pleno siglo XXI hayamos permanecido tanto tiempo dentro del ascensor. Es increíble que pueda suceder esto».
Mehmo padece claustrofobia y reconoce que casi nunca se monta en los ascensores. «Raramente lo hago». La de ayer fue una de las pocas excepciones, así que cuando a las 12.35 se paró el elevador se asustó. Rápidamente todos los adultos, vía whatshap, comenzaron a pedir auxilio. «Cuando vi que había gente abajo me tranquilicé». Aunque la situación no fue fácil al inicio. Cuando vieron a sus padres los niños empezaron a golpear fuertemente al cristal queriendo salir, pero no podían». Hora y media después del parón pudieron beber agua y eso les calmó notablemente.
Sentían que bomberos e instaladores trataban de estabilizar el ascensor pero los minutos se hacían interminables. «Menos mal que una mujer embarazada tenía unos pañales en el bolso con los que pudimos atender las necesidades de los pequeños. Hacía calor dentro pero el deseo de salir y la ansiedad porque no se desmayara mi nieta, que era lo único que me importaba, te hace olvidar todo».
Desde la calle, los familiares y vecinos les daban ánimos. Los estudiantes del colegio Aldatze también salieron de las aulas y algunos profesores se acercaron a llevar yogures a los menores para que pudieran comer algo.
Al final el ascensor pudo ser elevado mediante un sistema de polea y todos los familiares pudieron abrazarse en el puente de salida. Un complicado episodio en la vida de Mehmo, un icono del balonmano eibarrés, que tras sufrir las consecuencias de la guerra de Yugoslavia, donde perdió a su esposa, ejerce de abuelo feliz en la localidad armera.
Tras los momentos de tensión vividos, valoraba el trabajo de los bomberos que habían trabajado en dar con la solucion para rescatar a cinco adultos y seis niños que habían permanecido atrapados en el ascensor de Aldatze.
Fue el principal incidente en una ciudad que fue la última del territorio en recuperar el suministro eléctrico. La jornada resultó, cuando menos, desquiciante en toda la comarca de Debabarrena.
Minutos después de irse la electricidad los responsables municipales de Elgoibar esperaban a las puertas del Consistorio local a que llegara alguna señal que indicara el inminente regreso del suministro eléctrico. Lo mismo hacían las personas trabajadoras de los establecimientos comerciales y hosteleros colindantes; así como buena parte del personal empleado en las numerosas empresas ubicadas en los diferentes polígonos industriales. De Elgoibar y de toda la comarca. Sin luz y sin la posibilidad de llamar por teléfono ni de navegar por Internet no había muchas más opciones que permanecer a la espera de que se arreglara el embrollo.
Sin embargo, la preocupación fue en aumento a medida que las horas pasaban y la situación seguía sin solucionarse. De hecho, en vista de que la situación podía prolongarse en el tiempo, la alcaldesa de Elgoibar, Maialen Gurrutxaga, convocó a las 16.00 horas al gabinete de emergencia. Según indicó en ese momento, «salvo algunas personas que se han quedado encerradas en algunos ascensores pero han sido rescatadas con rapidez por la Policía Municipal hasta ahora no ha habido incidentes destacables en el pueblo». Aún así, añadía, «hemos reunido al gabinete de emergencia porque debemos prepararnos para el momento en el que oscurezca. Vamos a reforzar los equipos de la Policía Local y de la Brigada Municipal por si fueran necesarios para la noche».
Tanto en Elgoibar como en Soraluze y en Mutriku la principal preocupación estaba en las residencias de mayores. No en vano, en ausencia de electricidad, no quedaría otra que llevar en brazos a los mayores que cuentan con habitación en las plantas superiores. Sin olvidar que muchos residentes requieren de respiradores para dormir. Esa misma preocupación tenía Iciar, una elgoibartarra de 51 años cuyo marido necesita un respirador: «Lo primero que me ha venido a la cabeza cuando ha llegado el apagón es que mi marido padece apnea y necesita un compresor de aire para poder dormir. Y claro, esos aparatos tampoco funcionan sin suministro eléctrico», señalaba.
Pasada las 19.30 horas la luz había regresado a algunas pocas calles céntricas de Elgoibar, y hacia las nueve ya se restablecía poco a poco en el resto de núcleos poblacionales de la comarca.
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