Asier Etxepare | General del Alarde tradicional

«Espero poder devolver al pueblo de Irun todo lo que me está dando»

Asier Etxepare Iza fue elegido nuevo general del Alarde tradicional a última hora de la tarde del martes pasado. La suya era la única candidatura al puesto. Desde entonces no deja recibir felicitaciones y buenos deseos, tantos que, cuenta, durante el día siguiente a la elección tuvo que poner a cargar dos veces un móvil al que no paran de llegar mensajes. El nuevo general tiene 48 años, empezó a desfilar en Santiago y ha sido ayudante de infantería y comandante.

– ¿Cómo toma la decisión de dar el paso de presentar su candidatura a general?

– En octubre de 2020 decido bajarme del caballo de comandante debido a una situación familiar dura y compleja. Había un grupo de capitanes que, ya entonces, me animaban a que cuando terminase el mandato de Paco Carrillo presentase mi candidatura. Pero yo en ese momento tenía que estar a lo que tenía que estar. En Navidades del año pasado la situación mejora. Lo hablé en casa y decidí aceptar esa propuesta de presentarme. Lo más bonito ha sido que hayan venido a buscarme, yo no lo he buscado en ningún momento. Que toquen a tu puerta y te digan que han pensado en ti como persona idónea para patronear la trainera... Te provoca vértigo, emoción, orgullo, responsabilidad...

– La confirmación de su elección, el martes pasado, tuvo que ser emocionante. ¿Cómo la vivió?

– Esa tarde estaba en Santiago tomando algo con la familia. El secretario de la Junta de Mandos, Javier García Nieto, me llamó por teléfono y me dijo que, tras la reunión que habían realizado, había sido elegido general del Alarde y que me acercara hasta el Casino, donde estaban los capitanes y jefes de unidad. Fui y les saludé y abracé a todos, uno por uno. Estaba muy emocionado, había llevado unas palabras escritas y las pude leer, pero me costó Dios y ayuda... De ahí, me llevaron a la sociedad Aldabe y allí estaba Paco (Carrillo) preparando la cena. Fue una tarde fantástica.

– Imagino que ahora vendrán semanas de ajetreo, con los nombramientos del Estado Mayor y otros trámites.

– Sí. En la primera Junta se ratificarán los nombramientos del Estado Mayor y los haremos públicos.

– Ya sabe lo que es vivir el Alarde desde la perspectiva que da el caballo, pero lo del año que viene será diferente.

– Es que también, cuando he salido de ayudante y de comandante, cada año ha sido diferente. Cada esquina es distinta... La revista de Santiago del día de San Pedro o la bajada de la iglesia son especiales para mi, pero puede pasar que la emoción te llegue en cualquier lugar porque ves a alguien querido, te acuerdas del aitona o de la amona...

– ¿Qué significa para usted la figura del general?

– Es la cabeza visible, aunque el Alarde es una máquina muy bien engrasada en la que trabajan muchas personas. El general es el patrón de la trainera, y si el patrón falla en la ciaboga, tenemos un lío. Es una enorme responsabilidad.

– ¿Tiene algún referente?

– Todos y ninguno a la vez. El primero que recuerdo, siendo bien crío, es Patxo: su porte, su carisma... Luego 'Apala', con el que empecé a desfilar, y que hizo muchísimo bien al Alarde. Javier Vergara, al que le tocaron momentos difíciles, y supo estar. Beñardo Urtizberea, que estuvo en años que fueron muy duros junto a su comandante Javier Iriarte... Si no se llegan a hacer ciertas cosas en aquel momento, hoy no tendríamos el Alarde que tenemos. De Satur qué voy a decir... Fui su ayudante de infantería y le estoy eternamente agradecido. Iñaki Arruabarrena confió en mí y en un equipo totalmente nuevo. Y Paco, que me eligió como su mano derecha... Todos han dejado huella en mi.

– Estos días habrá recibido cientos de felicitaciones y consejos. ¿Hay alguno que le haya calado especialmente?

– Me han llegado tantos mensajes... 'Disfruta', 'sé tú mismo'... Y algún amigo vikingo también me ha soltado alguna burrada que otra (risas). Bendita locura. Es tanta gente... Los abrazos de mis attas, el beso de mi mujer, el abrazo con mi hijo... Y también mensajes al móvil de personas que me dicen que 'Ánimo, Asier, estamos contigo'... Estos días están siendo un cúmulo de emociones muy intensas.

– Se refería antes a esos momentos inesperados en los que el Alarde emociona. ¿Cuáles son los que le ilusiona vivir como general?

– El día de San Pedro es precioso; cuando vengan los ayudantes a buscarme a casa será un momento potente. Y sobre todo, la revista de Santiago: estarán mis hijos, mis aita y mi ama, mi mujer, que fue cantinera de Santiago, mis hijas, amigos y familia... Me va a costar no llorar. El día 30, pienso en la bajada de la iglesia con el repicar de las campanas, donde suelen estar siempre unos amigos... Y en la calle Mayor donde, en tercera o cuarta fila, se suele poner una cuadrilla de vikingos muy amigos míos... Son tantos momentos especiales...

– Para terminar, quiero pedirle que dirija unas palabras a los irundarras.

– En primer lugar, que espero estar a la altura que el cargo pide. Y que espero poder devolver al pueblo de Irun todo lo que me está dando. El Alarde lo hacemos todos, la tropa y las aceras, todo el pueblo. Les deseo que disfruten, que yo intentaré hacer todo lo que esté en mis manos para que así sea.

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