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I.G.
San Sebastián
Lunes, 18 de marzo 2024, 11:42
El Conquis está que arde. La prueba de la pirámide de los fardos, que acabó con los azules en el campamento rico, ha hecho estallar toda la tensión acumulada durante días por los concursantes del reality de aventuras de ETB, cada vez más cansados, hambrientos… y molestos. Y todo a raíz de un reto de inmunidad que dio mucho que hablar y que la organización de 'El Conquistador del fin del mundo' se vio obligado a repetir después de que ninguno de los tres equipos (Piche, Puma y Cóndor) acatara las normas de construir una pirámide perfecta.
Los Puma fueron los primeros en montarla y en hacerse con los dos banderines que ondeaban a lo alto, pero no les valió de nada porque su estructura quedó anulada. Y lógicamente estallaron, con una Gigi muy enfadada que amenazaba con irse a casa, misma actitud que pensaban respaldar algunos de sus compañeros. No menor cabreo tenían los verdes, que se quejaron de que los banderines estaban a una mayor altura que los de los rivales, y finalizaron la prueba en último lugar. En otras palabras, tocaba campamento muy pobre y dos nominados garantizados.
Es por ello que los de Locuras dijeron basta en El Conquis. Y se amotinaron, hasta el punto de que Aritz dejó muy clara su postura. «Yo ya le he dicho a Patxi Alonso que no soy ni arquitecto, ni ingeniero, ni físico, ni matemático. Y tampoco somos tontos. Hasta que venga alguien a darnos explicaciones, de momento no nos vamos a mover de aquí. No es una pataleta de niño, somos niños, pero tampoco tondos», aseguraba, visiblemente enfadado con la decisión de la organización de El Conquis.
Igual de cabreada se mostraba Ari, siempre muy clara en sus comentarios. «Si tú crees que seguir como un burrillo sin mirar a los lados y de frente (como dice la producción de El Conquis), es la manera, es la manera. Pero para mí no. Pero cualquiera de esos que no está tan de acuerdo conmigo va a duelo, se va a casa y… se va a cagar en lo más grande», afirmaba de forma muy incisiva. Junego, más discreta, lo resumía en una frase: «Hemos decidido que no vamos a ir a la asamblea».
Otros en cambio, como Izeta, tenían una opinión más cauta y eran más partidarios de abordar la injusticia de otra manera. «¿Y si nos p. más? A eso hemos venido, a jugar a El Conquis. No sé qué hacer, no sé qué decir al equipo para que se animen. Ahora voy a hablar con ellos, ya veré qué comentarles. Yo estaría callado como un tonto, acatar las normas».
Los ánimos en el equipo verde de El Conquis estaban muy caldeados y su capitán, Locuras, no tuvo más remedio que tirar de veteranía para reconducir la situación. Quizá alguno no esté de acuerdo. Yo no puedo decirles más que aguanten, que les quedan cosas muy bonitas. Darle la vuelta, que vuelvan a coger la ilusión otra vez. Ya les he dicho que esto se vive solo una vez, que tampoco hay muchas oportunidades aquí», afirmaba, resignado. Y dicho y hecho se acercó a sus pupilos y les dio un baño de realidad. «Ser ricos en el juego y no nos queda más, chicos: ¿Cuánto habéis luchado para venir aquí?»
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