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Lachgar, con el dorsal 127, se abraza con Iraitz Arrospide.

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Lachgar, con el dorsal 127, se abraza con Iraitz Arrospide. J.M. López

Chakib Lachgar: de los bajos de un camión... a ganador de la Behobia - San Sebastián

El atleta marroquí, afincado en Errenteria, se ejercita en el Miniestadio de Anoeta; llegó a Gipuzkoa en mayo del año 2008

Domingo, 10 de noviembre 2019

Chakib Lachgar lleva más de diez años en Gipuzkoa. Llegó en mayo de 2008 procedente de una pequeña localidad de Marruecos. Para él no fue fácil tomar la decisión de abandonar Ouargui, «un pequeño pueblo a poco menos de 100 kilómetros de Marrakech». Y menos sabiendo que lo hizo en los bajos de un camión. Ahora, más de una década después, este hombre, que continúa teniendo la nacionalidad marroquí, se ha impuesto tras una tremenda remontada en la edición del centenario de la Behobia - San Sebastián.

«Tenía 18 años cuando dejé Marruecos. Vine debajo de un camión. Fue peligroso y es difícil de olvidar», relata Chakib Lachgar. «El pensamiento en la zona en la que vivo es el de llegar a Europa. Es el objetivo. Aunque la verdad es que mi mente no iba por ahí. Empecé con 16 años a trabajar. Al acabar el colegio me fui al Sáhara a buscarme la vida y también estuve en Tánger. Trabajé en una frutería, en el sector textil, de albañil y sobre todo de pastelero...».

«Empecé a interesarme por cómo viajaba la gente a Europa. Había llegado el momento de la aventura. Para montar en una patera se necesita mucho dinero y acabé en los bajos del camión. Mi intención era ir a Alemania, Estocolmo...», cuenta este hombre nacido en 1989 y que llegó a vestir la camiseta de la Real Sociedad. No solo destaca en ruta, también en pista.

Antes de llegar en mayo de 2008 a Gipuzkoa, Lachgar pasó tres meses en Murcia. «Un amigo me llamó y me comentó que estaba en un centro de menores. Estuve en Tolosa y después en un piso en Villabona. La asociación 'Kolore Guztiak' fue la que me ayudó», apunta. «Ya había trabajado de ello pero hice cursos de soldadura y pastelería. Estuve de prácticas en Lekuona y me quedé trabajando cerca de un año. Ya tenía los papeles necesarios para quedarme. Pero con la crisis no pude seguir».

En ese tiempo, claro, el atletismo ni lo tocó. «No hice nada de deporte desde que dejé el colegio. El atletismo lo descubrí con doce. Cuando corría notaba que me sentía mejor». Lachgar, cuya juventud coincidió con los años mágicos de su compatriota Hicham El Guerrouj, era , sin duda, atleta. «Era para lo que valía. En 2003 fui por primera vez a un nacional de cross».

Lachgar tuvo que tomar la difícil decisión de alejarse de su familia. Su vuelta al atletismo, su verdadera incursión más allá de sus años escolares, llegó tarde. «Tras acabar de trabajar en la pastelería me fui a Frankfurt. Allí tenía un amigo que siempre veía carreras de atletismo en su televisión». Recordó su pasado y se lanzó: «Yo también corría», le dijo. Empezó a salir a rodar con él. Con 22 años, Lachgar volvió a sentir lo que era correr. «Hice una prueba de montaña en Alemania y quedé segundo en mi categoría».

Tras su paso por Alemania y unas semanas en Bélgica, el atleta regresó a Gipuzkoa, a Irun. «Estuve seis meses haciendo prácticas en la pastelería Ogitxu». Empezó a entrenar en septiembre de 2011 con Ricardo Jiménez, técnico con el que se ejercitó.

Su primer club fue el Atlético San Sebastián y su primera carrera, el cross de Irun. Ahora reside en Errenteria y ya sabe lo que es ganar la Behobia - San Sebastián.

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