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Eliud Kipchoge ha entrado en la historia de la ciencia ficción del atletismo al romper el límite de las 2 horas NO en un maratón ( ... plusmarca 2h01:39), sino en una carrera de 42 kilómetros y 195 metros (1h59:40), que parece igual, pero no es mismo. Es una gesta, sin duda, pero más en el apartado mental que en el del deporte/atletismo donde los límites del reglamento están establecidos para todos y tiene unas condiciones legales que cumplir y en Viena fue todo menos eso. La prueba ha carecido de la emoción de un maratón, liebres y más libres y un ritmo casi calcado kilómetro a kilómetro. El interés se limitaba a ver el crono final. Era seguir a un láser verde a ritmos impresionantes (17 segundos por cada 100 metros, intenten hacerlo y quizás no sean capaces de hacerlo ni tan siquiera durante esos primeros 100 metros), con una legión de liebres o ' escoltas de un láser' arropándole, con unas zapatillas Nike Vaporfly que ahorran el 4% de energía, con un circuito casi permanentemente en recta, programación de la carrera a la hora que las condiciones meteorológicas determinaran… Era puro laboratorio, mercadotecnia y trucos en búsqueda del 1h59. Nada que ver con la emoción del maratón de Berlín hace unas fechas donde Kenenisa Bekele se quedó a dos segundos del verdadero récord mundial.
Indudablemente Kipchoge es una fuera de serie. El mejor maratoniano de todos los tiempos. Ahora más rico con el millón de dólares que ganó por la hazaña de Viena. Indudablemente la tecnología ha ganado una batalla. Los millones del dueño de la petroquímica Ineos, Jim Ratcliffe, hicieron el resto, o parte, porque la calidad que atesora Kipchoge es bestial. Ha conseguido la mentalidad de poder correr a esos ritmos altísimos durante 2 horas unido a su forma de correr que es perfecta tanto en braceo como en piernas. Es una gozada verle volar.
La prueba de Viena pasará a la historia. Por supuesto. Pero que no me comparen con otras hazañas del atletismo como el primer hombre en romper el muro de los 10 segundos en los 100 metros con Jim Hines, o los 4 minutos de la milla con Roger Bannister o los 2 metros de altura de la alemana Ackerman Ni cuando alguien supere los 9 metros en la longitud, o baje del 1:40 en los 800 metros. Lo siento pero el INEOS159 era otra cosa.
Los puristas dicen que la gesta de Kipchoge no vale para nada. Yo no diría eso. Quizás para el libro de los récords sea así, porque no cumplía con el reglamento de la IAAF (carrera no oficial, tema de liebres, no había tres competidores que buscaran terminaran la carrera, recorrido no certificado, sin control antidopaje obligatorio…) sin embargo todos nos quedaremos con esta fecha hasta que llegue el gran momento de ver a un atleta bajar de las 2 horas en un maratón de verdad. Entonces, y solo entonces, viviremos una gesta histórica en el atletismo.
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