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La pelota también sabe adaptarse a la modernidad y como muestra un botón. Eso fue lo que sucedió este domingo en el Bizkaia de Bilbao en la entrega de premios de la final del Campeonato de Parejas. Los cuatro protagonistas, ganadores y perdedores, recogieron los trofeos acreditativos con normalidad, como viene siendo habitual. Pero faltaban las txapelas de los campeones. La tradición mandaba que fuesen antiguos campeones quienes colocaran sobre su cabeza la preciada lana, también lo han hecho en ocasiones responsables de las empresas patrocionadoras y representantes institucionales. Pero no había ni rastro de las txapelas. El secreto mejor guardado de la final se descubrió nada más apagarse las luces, con los pelotaris subidos en sus respectivos cajones esperando noticias. Desde lo más alto de las gradas de cancha apareció un dron iluminado por los focos que las portaba sujetas con una pinza.
No había público en el recinto de Miribilla salvo prensa, técnicos, pelotaris y empleados de Baiko y Aspe además del personal de Euskal Telebista -los periodistas y colaboradores de las distintas emisoras de radio que conforman el entramado del ente público vasco estrenaron camisas blancas con el logotipo de eitb- pero todos se quedaron con la boca abierta. Descendió el dron sobre las cabezas de Elezkano II y Zabaleta y fueron ellos quienes las soltaron de la pinza para colocárselas el uno al otro. Instantes antes, el zaguero de Etxarren fue galardonado como el mejor pelotari del campeonato.
Y una vez en el podio, comenzó una lluvia de confetis de color rojo provenientes de un cañón que dejó la cancha en no muy buenas condiciones para el partido que cerraba el festival. Como si fuese la celebración de una final de la Champions League o de un título de Liga o Copa de fútbol por poner un ejemplo. A lo grande, aunque hubo a quienes no les hizo nada de gracia.
División de opiniones
Y entre ellos estaban el centenar y medio de seguidores de Albisu que se dieron cita en el frontón del barrio de San Gregorio para seguir la final en una pantalla gigante instalada expresamente para la ocasión. Se cumplió a rajatabla el protocolo sanitario. Los asistentes -la mascarilla era obligatoria- no podían levantarse de sus asientos, ni beber, ni comer, manteniendo siempre la distancia de seguridad.
Y lo que también sorprendió fue la presencia en el segundo piso del rebote de una pancarta de considerables dimensiones de apoyo a Peña y Albisu. «Atzo ezinezkoa zirudiena gaur posible. Egurra Jon Anders!!», se podía leer. La colocaron por la mañana los seguidores del delantero tolosarra tras pedir permiso.
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