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EFE

Depósitos y letras: la última llamada

El ahorro conservador empieza a perder poder adquisitivo al no lograr batir a la inflación

Viernes, 23 de mayo 2025, 10:37

Qué poco dura la alegría en la casa del pobre. El refranero español viene 'al pelo' en estos días para reflejar cómo deben sentirse los inversores más conservadores, que en los dos últimos años han gozado de una situación pocas veces vista en la que el ahorro más precavido ha sido premiado con notables rentabilidades. Y eso, con riesgo 'casi cero', es algo muy difícil de ver en los tiempos que corren.

Hablo de las letras del Tesoro, que desde inicios de 2023 han pasado a formar parte de las conversaciones familiares y entre amigos como la fórmula ideal para exprimir nuestro dinero frente a la tacañería que los bancos han mantenido con sus depósitos a plazo, incluso en pleno ciclo de subidas de los tipos de interés.

Por aquel entonces, hace ahora más de dos años, la rentabilidad ofrecida por las letras se acercaba con desparpajo al 3,5%. Pero la fiesta empieza a agotarse. Y lejos quedan ya aquellas históricas imágenes en las que los ciudadanos se agolpaban a las puertas del Banco de España, como si de una local con entrada y consumición gratis se tratase.El inicio de las bajadas de tipos del Banco Central Europeo (BCE) se ha empezado a notar en una menor rentabilidad de esta clase de activo en las últimas emisiones del organismo dependiente del Ministerio de Economía. Pero hasta hace pocas semanas aún se podía arañar algo de rendimiento. Algo de agradecer en un momento en el que la incertidumbre global hacía muy difícil que el dinero más temeroso del riesgo diese el salto a activos como la Bolsa.

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La pregunta ahora es si merece la pena mantener esta apuesta en la que ya resulta muy difícil batir a la inflación, provocando que nuestras inversiones pierdan poder adquisitivo. Así ha quedado demostrado en las últimas subastas, donde la demanda de los particulares se ha reducido de forma notable en algunos plazos, con unos tipos de interés que a 9 meses ya se sitúan por debajo incluso del 2%. En mayo también lo hicieron las letras a tres, a seis y, las más populares, las letras a doce meses. Y con la inflación al 2,2% en abril… lo comido por lo servido en términos de rentabilidad. Y ni eso.

Con ese telón de fondo, resulta lógico que las familias hayan dejado de ser los principales tenedores de este tipo de deuda a corto plazo, devolviendo a ese primer puesto del ranking a los inversores extranjeros.

Entonces, ¿qué alternativa tenemos? Para los más conservadores -que no quieren nada que huela a riesgo, y ahora mucho menos- lo normal es que los depósitos a plazo sea lo primero que venga a la cabeza. No seré yo quien recomiende esta inversión para rascar algo a los ahorros. Pero es cierto que, mirando más allá de la banca española, aún se pueden encontrar oportunidades mejores que las letras. No hay que pasar por alto que, al menos, los depósitos mantienen algo que sí se puede valorar en los tiempos que corren: estabilidad y protección, al contar con la garantía del Fondo de Garantía de Depósitos, de hasta 100.000 euros por titular y cuenta. Son productos sencillos y sin sorpresas. Sin grandes rentabilidades, pero sin sorpresas.

Si decide dar el salto y buscar fuera de España, existen plataformas como Raisin donde se pueden contratar estos productos de forma segura, pues solo colabora con entidades con licencia bancaria en la UE, lo que garantiza la protección de los ahorros hasta esos 100.000 euros por depositante y banco (o el equivalente en moneda local). A partir de ahí, hay que sacar la calculadora para comprobar si a los inversores extremadamente conservadores les conviene más un depósito o mantener su apuesta por las letras. Por ejemplo, ¿qué pasaría con los 1.000 euros que son necesarios para comprar una letra del Tesoro si ese dinero se destinase al mejor depósito del mercado? En los comparadores financieros, uno de los más rentables a doce meses por esa inversión mínima es el depósito de Fjord Bank, que ofrece un interés del 2,55% en una entidad adherida al Fondo de Garantía de Depósitos de Lituania.

Parece claro que, en el entorno actual, los depósitos vuelven a ser una mejor alternativa que las letras. Lo que no quiere decir que también lo sean frente a otros productos que, asumiendo algo más de riesgo, pueden ayudar a sacar mayor jugo a los ahorros. Todo depende, como siempre, de su capacidad para mover su dinero sin que eso le impida dormir a pierna suelta.

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