El palito del café que se puede comer y sabe a vainilla; así es el invento de dos estudiantes de Mondragon

«Todo comenzó en un viaje que hicimos con el grado a Costa Rica, donde empezamos a aprender sobre el café», explica Iván. En ese viaje por el país centroamericano él y su compañero José se obsesionaron con todo lo relacionado con el café. Tanto, que de vuelta a casa «comenzamos a hacer un 'brainstorming' y de ahí surgió el propósito de crear este producto», destaca Iván.

Se trata de un utensilio que no es solo funcional, es decir, no sirve solo para remover el café, sino que también es un alimento. Es un producto sostenible, sin gluten, vegano y con sabor a vainilla. Un sabor que esperan que sea el primero pero no el único, aunque destacan que añadirán más «a medida que crezcamos como empresa».

En lo referente a la producción, afirman que «todavía no tenemos la capacidad de hacerlo por nuestra cuenta». Por este motivo, han ado con una empresa de Barcelona que se encarga de fabricarlos.

Si bien la idea de producto surgió en Costa Rica, todo lo relacionado con emprender viene de mucho antes. «Cuando José y yo estábamos en bachiller teníamos claro que queríamos emprender», indican. De hecho, antes de comenzar con el Grado de Liderazgo Emprendedor e Innovación (LEINN) «ya habíamos creado páginas web con las que intentar ganar dinero, pero no salieron bien», indica Iván.

Actualmente, estos jóvenes malagueños con ganas de hacer crecer su producto se encuentran en el segundo curso de carrera, por lo que todavía tienen camino que recorrer. No obstante, su proyecto está «funcionando bien» y esperan seguir con este proyecto una vez terminada la carrera.

Aunque sea un proyecto a largo plazo y con intención de venta al público general, por el momento solo lo venden a cafeterías. A pesar de ello, «ha habido personas que nos han escrito preguntando por el producto y hemos enviado una muestra».