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Ya llueve menos, aunque el carácter imprevisible del Covid-19 obliga a ser extremadamente cautelosos. El Consejo Vasco de Finanzas, que reunió ayer en ... Vitoria al Gobierno Vasco, las tres Diputaciones forales y Eudel, en representación de los ayuntamientos, precisó que la caída de la recaudación por impuestos en 2020 será del 13,3%, lo que supone finalmente siete puntos menos de lo esperado en la fase más dura de la epidemia, allá por primavera, cuando el confinamiento paralizó la actividad económica y el consumo con su consiguiente penalización en los ingresos públicos.
Con todo, por poner en números lo aportado en clave analítica, las Haciendas forales recaudarán este año 13.411 millones de euros, lo que supone 2.058 millones menos que en 2019. Repetimos, 2.000 millones menos. Pero la estimación en el peor momento de la pandemia cifraba en 3.000 millones el desplome en las arcas, de ahí que la lectura de ayer no fuera tan preocupante, si bien no existen precedentes de semejantes descensos monetarios.
La habitual reunión que las instituciones vascas mantienen en octubre, que sirve para fijar la previsión de recaudación tributaria para el ejercicio y avanzar la primera estimación para el siguiente –además de establecer el esfuerzo de las Diputaciones en el sostenimiento del Gobierno Vasco–, cobró en esta ocasión una especial relevancia debido a este año tan marcado por la epidemia. No hay que olvidar que el coronavirus ha dibujado un escenario inédito en décadas: el PIB de Euskadi caerá este año un 10,1%.
Hasta el pasado mes de agosto, la recaudación de las tres Diputaciones había retrocedido un 16,6%, ya que se había quedado en algo más de 8.000 millones, 1.600 menos que el año pasado, debido a ese descenso de la actividad económica y al aplazamiento del pago de impuestos, medidas adoptadas por las Haciendas forales con el objetivo de insuflar oxígeno a la maltrecha tesorería de empresarios y autónomos.
Además de fijar el descenso recaudatorio de este año, las instituciones vaticinan que en 2021 se producirá un repunte del 6,3%, lo que significaría recaudar 14.250 millones. Es decir, esta estimación implica que se recuperarían 800 de los 2.000 millones perdidos por el zarpazo del virus. ¿Cómo llegaría ese impulso? Por un fuerte aumento previsto en el IVA y en los Impuestos Especiales, vinculados al consumo, y un mantenimiento en el IRPF, ligado a la estabilidad en el empleo, precisamente los tributos que más se han desmoronado este año.
El consejero de Hacienda del Gobierno Vasco, Pedro Azpiazu; los diputados generales de Gipuzkoa, Bizkaia y Álava, Markel Olano, Unai Rementeria y Ramiro González, respectivamente, y el presidente de Eudel, Gorka Urtaran, comparecieron después de la reunión ante los medios de comunicación para ofrecer una lectura en clave económica y política. La primera, evidente, por el consiguiente frenazo vía impuestos originado por el parón económico. Y la segunda, más profunda y compleja, que dejó entrever la estrategia de gestión que las Haciendas forales han mantenido en forma de aplazamientos de impuestos con el objetivo de insuflar oxígeno a la maltrecha tesorería de empresarios y autónomos aunque, lógicamente, daña las arcas forales.
Al hilo del futuro inmediato en clave económica, los responsables institucionales descartaron revisar la fiscalidad para tapar la vía de agua abierta por el Covid. Azpiazu y Rementeria subrayaron que ninguna reforma tributaria puede compensar una caída de la recaudación como la que ha supuesto esta crisis.
fiscalidad
De hecho, el consejero del Ejecutivo vasco mostró su confianza en que el hecho de que la caída de ingresos haya sido inferior a la prevista, junto con el aumento del límite de deuda acordado con el Gobierno central –hasta el 16,9% del PIB–, permitirá a las instituciones vascas elaborar unos presupuestos «no restrictivos», con los que se pueda afrontar con «garantías» la recuperación económica y social. Azpiazu recordó que Lakua llevará al Parlamento una ley para elevar el límite de endeudamiento para este año, que podría alcanzar los 1.400 millones –y 600 para Diputaciones y ayuntamientos–. Una cantidad que, sumada a los remanentes, permitiría cubrir el agujero de 1.600 millones del Gobierno Vasco.
En lo que respecta a Gipuzkoa, el diputado general, Markel Olano, especificó que la caída de la recaudación en Gipuzkoa este año estará en un 12,6% respecto a 2019 y en un 14,5% respecto a lo estimado en los Presupuestos. Por poner números a estos porcentajes, significa que el territorio ingresará 631 millones menos que en 2019 aunque en este caso también se produce una mejoría respecto a lo estimado en primavera de 400 millones.
Fuentes forales reiteraron ayer a DV que la explicación a esta mejoría obedece al excelente ejercicio económico del año pasado, con la campaña de la Renta como principal exponente, que ha ayudado a la tesorería del fisco guipuzcoano a resistir con más entereza el impacto del Covid.
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