
Secciones
Servicios
Destacamos
Suenan tambores de guerra. La posibilidad de que el Gobierno central congele el sueldo de los funcionarios levantó ayer airadas críticas de los sindicatos tanto ... en el Estado como en Euskadi. No hay que olvidar que esta congelación se aplicaría a los 117.134 trabajadores públicos existentes en el País Vasco, incluidos los de la istración autonómica, foral y local.
La medida, si bien no ha contado con el apoyo explícito del Gobierno Vasco, tampoco ha recabado su rechazo, sí en cambio una cierta comprensión. Un hecho importante porque no hay que olvidar que los votos del PNV son imprescindibles para aprobar los presupuestos de Sánchez, una cuentas que incluirán los sueldos de los funcionarios y que obligarán a que los jeltzales se 'retraten'.
Lo cierto es que la congelación es un tema que escalda. A nadie se le oculta que unos sindicatos en pie de guerra complicarían en extremo la labor del Ejecutivo de Sánchez. Solo así se entiende que ayer la ministra Nadia Calviño recordara que los funcionarios han ganado poder adquisitivo en los últimos años y que el escenario de inflación es cero, consideraciones que, subrayó, habrá que «tener en cuenta» de cara a una posible revisión de sus sueldos. Sin embargo, también ayer el ministro José Luis Escrivá y la vicepresidenta primera del Gobierno Carmen Calvo aseguraron que esa medida «no está encima de la mesa» de negociación de los presupuestos del Estado. Por su parte, la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, eludió descartarla.
117.134 trabajadores públicos realizan su labor en Euskadi, el 64,5% en el Gobierno Vasco. La congelación les afectaría a ellos, así como a los de los ayuntamientos, diputaciones y istración estatal radicada en el País Vasco.
En resumen, un 'totum revolutum' en el que los sindicatos, curándose en salud, sí lanzaron mensajes nítidos. En el caso de ELA, recordó que el salario «ha tenido una pérdida de poder adquisitivo que ronda el 13 % desde 2010». En este sentido, denunció que «las políticas de austeridad, desmantelamiento del sector público, recortes de derechos laborales y la apuesta por la privatización están teniendo gravísimas consecuencias para la ciudadanía y, en especial, para los empleados públicos».
Por su parte, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, de visita ayer en Barakaldo, advirtió de que si no suben las nóminas la economía española «se va a colapsar todavía más» y calificó de «mal mensaje» que el Gobierno plantee congelaciones.
CC OO, en esta misma línea, defendió que es «urgente» recuperar el poder adquisitivo y el empleo público perdidos, ampliar las plantillas y acometer las medidas para su rejuvenecimiento. «El Gobierno tiene una deuda arrastrada desde la anterior crisis de 2008 que debe ser compensada», subrayó el sindicato dirigido por Unai Sordo.
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) también se apresuró a mostrar su rechazo frontal a una congelación de las nóminas.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.