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Leire Eseverri apenas lleva medio año como técnica oficial de mantenimiento en el parque eólico de Elgea-Urkilla, y posiblemente sea de las pocas ... mujeres que tienen este puesto de trabajo. Se trata de una profesión en la que predomina el género masculino. El técnico de proyectos de Iberdrola Renovables, Nacho Armentia, asegura que por cada 40 currículums que les llegan para técnico/técnica de mantenimiento, tan solo uno o dos son de mujeres.
Eseverri cursó sus estudios en el Centro de Referencia Nacional en Energías Renovables y Eficiencia Energética, y ahora es la encargada de que los 78 aerogeneradores de esta central eólica funcionen a la perfección. Una circunstancia que no siempre se produce puesto que algún que otro fallo o error obliga a esta joven navarra a subir hasta el parque en su todoterreno por una pista que, dependiendo de las condiciones climatológicas, se presenta como una misión casi imposible.
«Los aerogeneradores están vigilados las 24 horas por un centro de control que se encuentra en Toledo, y siempre hay una persona que está de retén. En cualquier momento del día pueden llamarte si ha surgido algún error en un molino. De momento, en estos seis meses que llevo trabajando como técnica de mantenimiento y estando de retén, tan solo he tenido que subir una vez un sábado a las dos de la madrugada a reparar un fallo de comunicación. Al principio puede dar cierto respeto, pero considero que es un trabajo divertido y que tiene sus cosas buenas, como por ejemplo subir a esta colina por la noche, algo que muy pocas personas pueden hacer».
La situación más extrema a la que pueden enfrentarse estos técnicos pasa por descolgarse rapelando desde lo más alto del molino, una circunstancia que rara vez se produce pero para la que hay que estar preparado. «Cuando terminamos los estudios de oficial de mantenimiento nos mandan a Madrid a realizar un pequeño curso de ocho semanas. Allí tienen un falso aerogenerador (una especie de torre) y nos enseñan cómo descender por el exterior del mismo. Llegado el momento, tendríamos que hacerlo», sostiene Eseverri.
El día a día de esta técnica de mantenimiento es mucho más tranquilo, libre de riesgos como subir de madrugada a reparar un molino eólico. Durante el día realiza trabajo de oficina y diferentes tareas como revisión de las palas, bastidores, cimentaciones... Para completar alguna de estas tareas «tenemos que subirnos a los aerogeneradores a través de una escalera vertical con un arnés vinculados a una línea de vida».
Los aerogeneradores que se encuentran en el parque de Elgea-Urkilla hace que tiempo que se encuentran descatalogados. El avance de la tecnología es imparable y los nuevos molinos que se proyectan en el territorio son mucho más grandes. «Estos 'aéreos' hace tiempo que ya no se fabrican, pero con el paso de los años los hemos ido adaptando y mejorando con nuevas tecnologías. Los molinos eólicos que se construyen hoy en día tienen, por ejemplo, un elevador dentro de la propia torre».
El mantenimiento de los molinos eólicos es una tarea imprescindible para alargar la vida de estos aerogeneradores. «Por lo general tienen una vida útil de entre 20 o 25 años, pero con un buen trabajo de mantenimiento y diferentes reparaciones y recambios pueden estar generando energía durante cinco años más».
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