Emilia Málaga, presidenta del CRL vasco, en su despacho. Jordi Alemany.
Emilia Málaga | Presidenta del CRL vasco

«El 54% de los trabajadores vascos tiene una jornada inferior a las 37,5 horas»

La presidenta del CRL señala que hay que esperar a los resultados del proyecto piloto de semana de cuatro días impulsado por la consejera Idoia Mendía para poder sacar conclusiones

Lunes, 25 de marzo 2024, 06:39

Emilia Málaga (Portugalete, 52 años) tomó el pasado noviembre las riendas del Consejo de Relaciones Laborales de Euskadi, siendo la primera mujer que accede a ... este cargo. Licenciada en Derecho, presidió el Consejo Económico y Social. desde 2019. En su nueva responsabilidad, aspira a «mantener la dinámica de encuentros, diálogo y acuerdos» de un organismo, dice, que se encuentra «en un momento dulce» después de que su precedesor lo situara «en el corazón de las relaciones laborales».

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– Es la primera mujer en presidir el Consejo de Relaciones Laborales. También hay mujeres ya al frente de asociaciones empresariales (Adegi contará en breve) y de sindicatos. ¿Es un síntoma de normalización?

– Se han roto techos en espacios que estaban muy masculinizados. La importancia simbólica de ser la primera mujer en presidir lo que sea es destacable, pero lo deseable es que fuera algo natural; es decir, que hubiera relevos naturales entre hombres y mujeres. Habrá que esperar un tiempo para ver si se producen.

– ¿Qué retos se marca en esta nueva andadura?

– He tenido la fortuna de aterrizar en el consejo en un momento dulce, con dinámicas negociadoras importantes, en un entorno socioeconómico estable, la pandemia bastante atrás, con lo cual mi objetivo es mantener este órgano engrasado tal y como está. Mi predecesor hizo un trabajo formidable. Situó el consejo en el corazón de las relaciones laborales de Euskadi y yo aspiro a mantener esa dinámica de encuentros, diálogo y acuerdos.

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– Gipuzkoa fue el territorio en el que más avanzó el año pasado la negociación colectiva y con mayores subidas salariales. ¿Es un referente para el resto de territorios?

– Gipuzkoa puede sacar pecho con respecto a 2023. Comenzó el año con un 14% de trabajadores con convenios actualizados y se firmaron nueve de los 21 sectoriales que se suscribieron en todo el ejercio en Euskadi. Y de esos 21 uno era de comunidad autónoma. Es decir, casi la mitad. Metal y Hostelería fueron dos de ellos y, además, este último estaba decaído. Otro aspecto a destacar es que fue el único territorio en el que bajaron los procedimientos llevados al Preco. En 2021 habían aumentado un 46%, también crecieron en 2022 y han descendido en 2023.

– Uno de los retos de la negociación colectiva es precisamente recuperar los convenios decaídos.

– Cuando hablamos de convenios decaídos hablamos de decaídos y sin cobertura de un convenio de ámbito superior. Cuelgan del Estatuto de los Trabajadores. Son 30.000 trabajadores vascos que tienen sus condiciones sin actualizar. También se está avanzando en eso. El porcentaje de decaídos en 2022 era del 7,2%, el año pasado era del 5,6% y en lo que llevamos de 2024 ya se ha recuperado algún convenio. En estos momentos está en el 4,7% y se está negociando algún otro, así que bajará más.

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– No ha sido posible abrir la mesa de negociación del convenio de empleadas de hogar porque Confebask se negó a asumir la representación de la patronal. LAB lo ha recurrido a los tribunales. ¿Deberían tener un convenio?

– Es un sector especialmente complicado. Hay necesidad de actuar sobre sus condiciones laborales. Es complicado porque ¿en teoría quién es la representación de la parte empleadora? Habrá que esperar a ver qué deciden los tribunales. Siempre va a haber una dificultad añadida, como es el centro de trabajo en el que se desarrolla, que es el hogar. Yo creo que necesita de una especial protección. Si esa protección va a producirse en un convenio, no lo sé. Es necesario que sea un sector donde las condiciones de trabajo se dignifiquen.

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Convenios decaídos

«Se están recuperando muchos acuerdos y eso es muy importante. En estos momento sólo suponen el 4,7%»

– ¿En el blindaje de los convenios vascos respecto de los estatales se incluyen también los sectoriales y provinciales, además de los de ámbito autonómico vasco? Había diversas interpretaciones.

– No hay dudas. Si nos atenemos a lo que tenemos hoy, porque el real decreto no se convalidó, claramente no hay ninguna duda, porque tenemos un acuerdo interprofesional de 2017 que no deja ninguna posibilidad de interpretarlo de otra manera. Dice 'en Euskadi'. El real decreto, en su articulado decía una cosa pero en su exposición de motivos hablaba 'de Euskadi'. Y ahí se generó la confusión. En todo caso, entiendo que nos nos habría afectado porque en el real decreto se establecía la aplicación de los acuerdos como el Interprofesional. Si se vuelve a poner encima de la mesa sería una buena oportunidad para disipar todas las dudas. El de 2017 no genera dudas interpretativas, pero si se va a poner algo en el Estatuto de los Trabajadores sería bueno que no diera lugar a la más mínima duda interpretativa.

Empleadas de hogar

«Necesitan de una especial protección. Si tiene que ser con un convenio, no lo sé. Pero se tienen que dignificar las condiciones de trabajo»

– El año pasado se redujo la conflictividad en Euskadi. ¿Es algo coyuntural?

– Es muy coherente que con mayor número de acuerdos baje el número de conflictos. Además, veníamos de un convenio, como el del Metal de Bizkaia, con varias jornadas de huelga en 2022. Todas las huelgas, más del 99% están relacionadas con negociaciones de convenios. En tanto sigamos avanzando en la negociación tendrá su impacto en la conflictividad. Más allá de que la conflictividad no es deseable porque implica un conflicto, hay conflictos que son muy visibles y parece que tienen un impacto mayor.

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Huelgas

«Es un instrumento que tienen las organizaciones sindicales y cada una, desde su autonomía, decide cómo utilizarlo»

– ELA y LAB hacen una defensa férrea de la huelga como herramienta para lograr mejores condiciones.

– Yo no debo opinar sobre las estrategias sindicales. La huelga es una instrumento que está en la caja de herramientas que tienen las organizaciones sindicales para defender sus intereses y cada una desde su autonomía decide cómo utilizarlas.

–Los Expedientes de Regulación de Empleo también se redujeron el año pasado. Es un reflejo de que el empleo ha aguantado el enfriamiento de la economía.

–Ahora mismo estamos en niveles de 2015-2016. Hubo un gran incremento en 2020 por la pandemia. Y ahora la mayoría son des suspensión, casi el 90%. Apunta al comportamiento positivo del empleo.

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–Pero los sindicatos aluden a que hay una alta precariedad, con una parcialidad muy elevada, sobre todo porque en su mayoría es no deseada. ¿Es otro de los handicap del mercado laboral?

–La parcialidad no deseada es uno de los retos. El tejido productivo tiene las necesidades que tiene y en parte están ligadas a la parcialidad. Un alto grado de parcialidad normalmente tiene como consecuencia una mayor desigualdad. Una gran parte de ese trabajo parcial es involuntario en Euskadi. Ylas tareas de cuidados están mal repartidas, con lo que la parcialidad afecta desproporcionadamente a mujeres. También a personas con nivel educativo bajo, a personas que entran ahora en el mercado laboral... Son colectivos más desprotegidos. Ese es el gran reto. Lo que tenemos que ver es cómo se pueden ajustar las necesidades del mercado de trabajo con la parcialidad; es decir, que sea una parcialidad deseada.

–Euskadi encabeza las tasas de absentismo laboral por enfermedad común. La Mesa de Diálogo Social lleva analizando el tema más de un año aunque no terminan de realizar un diagnóstico consensuado y acordar medidas.

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–Es un tema en el que se introducen muchos elementos y el análisis es muy complicado porque tiene que ser técnico. Euskadi ha tenido el acierto de adelantarse con este espacio de reflexión porque en el V Acuerdo de Negociación Colectiva Estatal se dice que sería deseable establecer un análisis de incapacidad temporal por contingencias comunes y fijar líneas de actuación para reducirlo, pero siempre con el objetivo de garantizar la salud de las personas. No es nada fácil, por lo que hay que dar tiempo.

–La consejera Mendía ha encargado ya el proyecto piloto de Semana de cuatro días. Confebask se niega. ¿La reducción de jornada debería pasar por ese tipo de fórmulas?

– Habrá que esperar a los resultados del experimento y ver si se pueden sacar conclusiones. En Euskadi estamos por debajo de las 40 horas en general. Estamos en una jornada media de 1.698 horas anuales. También es verdad que en los últimos tres años ha habido un descenso del porcentaje de convenios que recogen reducción de jornada. Al final la reducción de jornada se está consiguiendo vía acuerdos. En Euskadi hay muchos trabajadores que estarían por debajo de las 37 horas y media, las 1.711horas al año que se ha propuesto desde el ministerio. El 54% estaría por debajo. Es un dato aproximado porque no entran las actividades no reguladas ni los convenios decaídos. Y en los convenios registrados en la CAV la jornada es incluso inferior, porque los de ámbito estatal con incidencia en Euskadi la eleva algo.

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–El hecho de que la patronal no considere oportuno abordar esta cuestión...

–Las posiciones de parte no tendría que valorarlas.

–LAB está entrando en lo organismos sociolaborales. Primero en el Consejo Económico y Social y Osalan, y ahora en el Consejo de istración de Lanbide. Es un giro estratégico del sindicato acordado en el último Congreso. ¿Cómo lo valora?

–Es una buena noticia aprovechar todos los ámbitos de encuentro, de diálogo, de posibles acuerdos. Pero dicho esto, quien tiene derecho a estar tiene derecho a decidir cómo está y también a no estar. A partir de ahí mi respeto más absoluto.

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