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Pilar Arana, concejala delegada de Movilidad en el Ayuntamiento de San Sebastián, no repetirá como candidata del PNV en las próximas elecciones municipales del 28 ... de mayo. Arana, que ha cumplido 65 años, volverá inicialmente a la Universidad -donde ha trabajado antes de su dedicación a la vida municipal- después de dos legislaturas como estrecha colaboradora de Goia. Lo lógico es que este paso a la institución académica sea una transición para su jubilación definitiva a corto y medio plazo.
La edil de Movilidad comunicó hace tiempo al propio alcalde su voluntad de no continuar en el Ayuntamiento donostiarra y culminar en el entorno universitario su dilatada trayectoria profesional.
Las políticas de movilidad dirigidas por Arana se han convertido en un territorio sensible en el Ayuntamiento, una fuente de polémicas que han abierto un conflictivo frente político en la capital donostiarra y una notable contestación social, que tiene como trasfondo el airado cruce de acusaciones con la oposición, la cercanía de las elecciones municipales y que, incluso, ha provocado un conflicto interno en el gobierno municipal PNV-PSE, tras desmarcarse la segunda teniente de alcalde y delegada de Empleo y Desarrollo Económico, la socialista Marisol Garmendia, de la política de movilidad pública defendida por el alcalde.
La controversia se ha suscitado en especial tras las actuaciones establecidas en el centro de San Sebastián, con los cambios de dirección en las calles San Martín y Urbieta. Otra de las operaciones en marcha que se prevé polémica es el cierre al tráfico del centro de Donostia, previsto en principio para el otoño, y que excluiría a los vehículos residentes y también a los que se dirigirían a aparcar en los parkings céntricos de la ciudad.
Experiencia Profesora Titular de Universidad en la UPV/EHU, perteneciente a la Organización de Empresas y con docencia en la Escuela Politécnica. Es ingeniera industrial.
El cambio El entorno del alcalde niega que el relevo sea una enmienda a la totalidad al plan de movilidad
La situación conflictiva se ha agudizado, además, por las obras pendientes del Metro, que provocan numerosas retenciones de vehículos en los barrios céntricos de la capital guipuzcoana. El propuesto cierre del centro tendría como límites perimetrales el río Urumea y el túnel de El Antiguo.
La renuncia voluntaria de Arana se enmarca en una remodelación más amplia de la lista municipal que aún no está decidida pero que podría desembocar con una aprobación definitiva a finales de febrero por parte de las asamblea jeltzale local. La baja de la edil abre teóricamente la puerta a otras futuras renuncias. No hay nada decidido, pero también es posible que Goia quiera garantizarse una transición provisional durante un tiempo entre el equipo saliente y el nuevo que surja después de los comicios de mayo y los consiguientes pactos de gobierno. No está garantizada la continuidad de los diez concejales que tiene el PNV en San Sebastián en esta legislatura.
En cualquier caso, fuentes de la Alcaldía han negado tajantemente que la decisión de Arana de no continuar en la lista implique una enmienda a la totalidad a las políticas de movilidad del Ayuntamiento ni un cambio a las medidas debatidas por los servicios técnicos y que el alcalde Eneko Goia defiende a capa y espada pese a las críticas y los reproches suscitados en los últimos meses.
El alcalde ha distinguido entre su «permanente voluntad de escuchar» la opinión de colectivos, de vecinos y comerciantes -explicitada en público por él mismo en el último pleno sobre el estado de la ciudad- de lo que sería una reorientación drástica a las políticas de movilidad acordadas por el Ayuntamiento. En ese sentido, se asegura que la no continuidad de Arana «en el equipo de Eneko» es, en esencia, una decisión puramente personal de ella para completar su vida profesional fuera de la actividad política pública y no tiene que ver nada ni con las políticas de movilidad del gobierno local en los últimos años ni tampoco con sus consecuencias.
El 28-M se va a convertir en un termómetro para medir la temperatura de la política vasca y poner a examen la actual estrategia de alianzas en el Ayuntamiento de San Sebastián, que podría ser un futuro laboratorio de ensayo de otros movimientos en la política de Euskadi. O se mantiene el tándem PNV-PSE o se abre el escenario a un inédito tripartito de izquierdas. Esas dos serían las dos hipótesis en juego, aunque la segunda parece muy poco probable. Los resultados permitirán conocer si el eje PNV-PSE resiste bien el envite, si el PNV capitaliza la experiencia de coalición o si los socialistas logran frenar la tendencia descendente iniciada en las dos últimas elecciones.
Pero el 28 de mayo va a determinar sobre todo qué papel desempeña EH Bildu en el escenario vasco, que juega con la expectativa de dar el salto para liderar las instituciones y que no se descarte que juegue a la 'geometría variable' de pactos, en algunos casos con el PNV, en otros con Elkarrekin Podemos, como en Errenteria, y en ocasiones, con el PSE, que, no obstante, sigue sin ver condiciones en este momento para sellar acuerdos de gobierno.
El 28 de mayo también reflejará la capacidad del PP para recuperar el espacio perdido y rescatar el 'voto útil' cedido al PNV para evitar la vuelta de EH Bildu a la Alcaldía. También servirá para que Elkarrekin Podemos ponga a prueba la resistencia de su espacio, amenazado en las últimas encuestas y por la decisión de Yolanda Díaz de no concurrir a las urnas con el proyecto 'Sumar'.
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