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La muerte este domingo de un motorista de 58 años tras sufrir un grave accidente en la carretera N-634 en el término municipal de ... Getaria vuelve a poner el en foco la vulnerabilidad de un colectivo que en 2023 vivió un año trágico. Un total de once personas que conducían un ciclomotor o una moto perdieron la vida en las carreteras de Euskadi este pasado año (tres menos que en 2022), siendo el balance de diez hombres y una mujer. Casi la totalidad de esas muertes (diez), tuvieron lugar en Gipuzkoa, según los datos proporcionados por el Gobierno Vasco.
Se trata de la cifra más alta de los últimos nueve años, y a este trágico balance hay que sumar decenas de heridos. El colectivo está preocupado ante este aumento de la siniestralidad. Tienen motivos para ello. Sobre todo en pleno verano, época sensible en la que el uso de la moto aumenta con respecto al resto del año, las cifras de muertes se han incrementado de manera alarmante. Para el mes de julio ya habían muerto en las carreteras nueve guipuzcoanos, seis en la red viaria de Gipuzkoa y otros tres más fuera del territorio.
La coexistencia en la vía es uno de los caballos de batalla que el colectivo motero lleva persiguiendo desde hace años. La forma de convivencia en la carretera entre los vehículos y los motoristas, «el colectivo más vulnerable», recordaba a este periódico Fernando Rilova, presidente de Tronkos Custom Club Gipuzkoa. A su juicio, todo parte de una «falta de educación vial» que, por su propia experiencia, se hace más visible a este lado de la muga. «Suelo recorrer Europa en moto y el amor a la moto que hay fuera no lo tenemos aquí. De Aquitania para arriba, cuando te encuentras en una caravana de coche, te giran la rueda como forma de decirte que te han visto. Aquí no se respeta nada, si pueden te pasan por encima», explicaba.
La red de carreteras y su mantenimiento, especialmente las secundarias, está también en el origen de muchos accidentes, añadía. Son las vías más frecuentadas de los amantes de las dos ruedas por su menor densidad de tráfico y, en muchas ocasiones, su estado deja mucho que desear. «Afortunadamente en Euskadi y Gipuzkoa contamos con unas buenas carreteras, con guardarraíles protegidos en caso de caídas, pero cuando ocurre un siniestro como este último muchas veces ves que la vía no estaba en muy buen estado y que estaba lleno de gravilla», reconocía.
La Dirección General de Tráfico (DGT) anunció a principios de enero que obligará a los motoristas a utilizar un casco integral o modular y unos guantes homologados cuando circulen por carretera. También establecerá un curso obligatorio para los conductores con permiso B con tres años de antigüedad que quieran conducir motos de hasta 125 centímetros cúbicos. Así lo anunció el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, durante la presentación del balance de siniestralidad vial del año 2023 en la sede de la Dirección General de Tráfico (DGT), en la que puso el foco en las muertes de motoristas, que han aumentado un 19% en un año, al pasar de 254 motoristas fallecidos en 2022 a 299 muertos en 2023.
En 2023 fallecieron 463 s vulnerables (motoristas, ciclistas, peatones y conductores de patinetes), lo que supone un 9% más que en 2022 (38 s vulnerables más fallecidos). Ante estas cifras, la DGT también actualizará el contenido de los cursos de recuperación de puntos para incorporar un perfil específico para los motoristas que han perdido su saldo de puntos y para los que se programarán cursos de conducción segura y eficiente. «Quienes entendemos la pasión por las dos ruedas no podemos comprender que pueda costarnos la vida. 299 motoristas fallecidos es un auténtico disparate, es sencillamente inisible», lamentó Marlaska.
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