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Reconstrucción del crimen de Aintzane Pujana

Reconstrucción del crimen de Aintzane Pujana

Se cumplen cuatro años del asesinato de la donostiarra que terminó con la primera condena de prisión permanente revisable en Gipuzkoa

Martes, 31 de diciembre 2024, 00:06

Aintzane Pujana era una mujer de 32 años que vivía en una situación de alta vulnerabilidad. Sufría trastorno límite de la personalidad y a pesar de sus intentos de gestionar lo mejor posible esa patología mental con ingresos, alguno voluntario, en centros psicológicos como el de Aita Menni de Arrasate, pero en verano de 2020 «Aintzane había vuelto a caer en una espiral».

Son palabras de un médico psiquiatra que trató a la donostiarra, brutalmente asesinada la noche del 1 de enero de 2021, hace cuatro años, en un crimen perpetrado por un errenteriarra, E. S., que tenía 24 años en el momento de los hechos y cuya condena ha sido la primera de prisión permanente revisable en Gipuzkoa; y una mujer, K. U., de 23 años en 2021, que ha recibido una condena menor.

En los años anteriores Pujana cayó en problemas de adicción de drogas y alcohol, salió del domicilio familiar, estuvo en situación de calle, comenzó a ejercer la prostitución y cayó en entornos «complejos», como el que formaban sus asesinos, con los que se fue a vivir al agroturismo Haizeaberri de Aizarnazabal en diciembre de 2020.

La mujer condenada conocía a Pujana de cuando coincidieron unos años atrás en un chalet del paseo de Heriz de San Sebastián, mientras que el hombre corresponsable de su muerte tuvo los primeros os con ella el 15 y el 27 de octubre de ese año. Según la declaración de la coautora del asesinato, que confesó el crimen, él le prometió que con la llegada de Pujana «no me tenía que prostituir y ella, Aintzane, iba a trabajar para él».

Los investigadores encontraron casi un centenar de imágenes y vídeos pornográficos tanto de Pujana como de la otra mujer, que también sufría un trastorno límite de la personalidad, en el móvil del asesino, quien realizaba videollamadas porno junto a la coautora de los hechos.

8 de diciembre de 2020

Aintzane tenía una pareja en aquel momento, quien testificó que el 8 de diciembre de 2020 se fue al agroturismo de Aizarnazabal «con dos amigos de vacaciones de Navidad».

1 de enero de 2021

Parecía un día más. Era el 50 cumpleaños de la madre del asesino y los tres fueron a Hondarribia, aunque los dos condenados acudieron al domicilio a celebrarlo y Aintzane Pujana se quedó en la calle con 'Tyson', su perro de la raza American Stanford que lo había recuperado recientemente tras estar varios años en un hotel bajo custodia. Estuvieron en la localidad bidasotarra entre las 17.25 y las 19.04 horas.

Este es el

agroturismo

Haizeaberri, en el

polígono industrial

de Aizarnazabal.

FÉLIX MORQUECHO

Ahí se reunieron Aintzane y dos amigos

K. U.

Aintzane

E. S.

Este es el

agroturismo

Haizeaberri, en el

polígono industrial

de Aizarnazabal.

FÉLIX MORQUECHO

Ahí se reunieron Aintzane y dos amigos

Aintzane

E. S.

K. U.

Este es el

agroturismo

Haizeaberri, en el

polígono industrial

de Aizarnazabal.

FÉLIX MORQUECHO

Ahí se reunieron Aintzane y dos amigos

Aintzane

E. S.

K. U.

Este es el

agroturismo

Haizeaberri, en el

polígono industrial

de Aizarnazabal.

FÉLIX MORQUECHO

Ahí se reunieron Aintzane y dos amigos

Aintzane

E. S.

K. U.

22.00 h

Los tres se encontraban en el agroturismo cuando, minutos antes de las 22.00, un hombre de Azpeitia decidió contratar a través de una web de citas los servicios de prostitución de Aintzane Pujana. Lo hizo vía E. S., quien lo gestionaba todo.

Pujana se negó y su asesino metió a 'Tyson' en el maletero del at como muestra de superioridad y amenaza de que podría hacer daño al perro si continuaba con su actitud.

Aintzane

Novio

Me han quitado a Tyson

22.08

Ven a buscarme

22.10

No puedo...

22.10

Aintzane

Novio

Me han quitado a Tyson

22.08

Ven a buscarme

22.10

No puedo...

22.10

Aintzane

Novio

Me han quitado a Tyson

22.08

Ven a buscarme

22.10

No puedo...

22.10

Aintzane

Novio

Me han quitado a Tyson

22.08

Ven a buscarme

22.10

No puedo...

22.10

Pero él, sin carnet de conducir ni vehículo ni dinero para pagar la ida y la vuelta de un taxi, explicó que no tenía modo de ir a Aizarnazabal. “Siento arrepentimiento todos los días”, declaró en el juicio. Pujana terminó aceptando y los tres se subieron al coche.

23.03 h

Partieron hacia Azpeitia del agroturismo y llegaron a la calle Harzubia, donde se debía completar el servicio sexual, a las 23.21. Dieciocho minutos de trayecto en un contexto de toque de queda por las restricciones sanitarias del Covid-19 y mientras la pareja de Aintzane llamaba en varias ocasiones a ‘José at’, sin respuesta al otro lado del teléfono.

Estacionados en la propia calle de Azpeitia, Pujana volvió a negarse y el asesino abandonó el coche, dejando a la víctima y a la otra mujer encerradas en el coche durante unos diez minutos, ya que el vehículo comenzó a moverse de nuevo a las 23.32. Después de que K. U. enviara un mensaje a su cómplice:

K. U.

Ven, que sí quiere

hacer la salida.

23.32

K. U.

Ven, que sí quiere hacer la salida.

23.32

Ven, que sí quiere hacer la salida.

23.32

K. U.

Ven, que sí quiere hacer la salida.

23.32

K. U.

Pero E. S., con el temor de que hubieran confabulado contra él, arrancó el vehículo y puso rumbo al agroturismo de Aizarnazabal.

23.34 h

Las cámaras de seguridad del polideportivo de Azpeitia captaron al at salir de la localidad urolatarra, pero el trayecto de vuelta no tuvo una duración cercana a los dieciocho minutos de la ida.

2 de enero, 00.02 h

El vehículo fue detectado por las cámaras de la empresa GRI Forjas Iraeta dirección Aizarnazabal y llegaron al agroturismo veinte minutos después, otro trayecto demasiado largo para cubrir apenas 2,6 kilómetros..

00.22 h

Los dispositivos móviles y sus correspondientes señales de ubicación sirvieron a la investigación para asegurar que llegaron a las 00:22 del ya 2 de enero al agroturismo. Es decir, cincuenta minutos después. ¿Qué pasó en ese tiempo?

Cinco cámaras de tráfico captaron el trayecto del Volkswagen tanto en la ida como en la vuelta. La distancia entre el museo del ferrocarril de Azpeitia y Lasao tardaron en completarla once minutos, cuando el trayecto habitual es de 3 minutos. La hipótesis de la investigación, confirmada por la coautora confesa de los hechos, es que se detuvieron en una pista forestal que la Ertzaintza no ha podido localizar para realizar la primera agresión a Aintzane Pujana, en la que le fracturaron la nariz, lesión que le produjo un sangrado abundante.

De 00.22 h. a 2.49 h.

Los dos condenados no se movieron del agroturismo, tiempo en el que perpetraron el crimen y organizaron cómo poder deshacerse de las pruebas. Según la declaración de la mujer, que ha sido persistente durante el tiempo, continuaron golpeando a Aintzane e intentaron ahogarla con la técnica de tortura llamada ‘waterboarding’, que consiste en poner una toalla en el rostro a la víctima y vertele agua en la boca y en la nariz. No era desconocida para el varón, ya la había practicado con K. U. en una ocasión en la ducha meses después de conocerse a principios de 2020.

Pujana, inconsciente e indefensa, seguía con vida, y los dos asesinos fueron un paso más allá. El varón pidió a la mujer que cogiera un cuchillo que este, con antecedentes por portar armas blancas, guardaba en su habitación. Mataron a Aintzane con nueve puñaladas, siete en el abdomen, una a la altura del pecho y otra en la clavícula, perpetradas por la mujer bajo la guía, no en todas, del varón. El informe forense demostró que había heridas que se habían hecho con más fuerza que otras, signo de la ayuda que había ofrecido el hombre.

K. U.

Aintzane, ¿dónde estás?

¿Estás bien?

Llamada perdida a Aintzane

Con Aintzane ya sin vida, su asesina la llamó a su teléfono móvil, dejó mensajes preguntando dónde estaba y preocupándose por ella cuando sabía que ella misma la había matado. Ahí comenzó la estrategia de ellos para despistar a la policía, que continuó desprendiéndose del cuerpo en una ladera junto al río Urola a escasos 400 metros del agroturismo, traslado que hicieron en coche.

Llamada perdida a Aintzane

Llamada perdida a Aintzane

K. U.

Aintzane, ¿dónde estás?

¿Estás bien?

Llamada perdida a Aintzane

Con Aintzane ya sin vida, su asesina la llamó a su teléfono móvil, dejó mensajes preguntando dónde estaba y preocupándose por ella cuando sabía que ella misma la había matado. Ahí comenzó la estrategia de ellos para despistar a la policía, que continuó desprendiéndose del cuerpo en una ladera junto al río Urola a escasos 400 metros del agroturismo, traslado que hicieron en coche.

Llamada perdida a Aintzane

Llamada perdida a Aintzane

Con Aintzane ya sin vida, su asesina la llamó a su teléfono móvil, dejó mensajes preguntando dónde estaba y preocupándose por ella cuando sabía que ella misma la había matado. Ahí comenzó la estrategia de ellos para despistar a la policía, que continuó desprendiéndose del cuerpo en una ladera junto al río Urola a escasos 400 metros del agroturismo, traslado que hicieron en coche.

K. U.

Aintzane, ¿dónde estás?

¿Estás bien?

Llamada perdida a Aintzane

Con Aintzane ya sin vida, su asesina la llamó a su teléfono móvil, dejó mensajes preguntando dónde estaba y preocupándose por ella cuando sabía que ella misma la había matado. Ahí comenzó la estrategia de ellos para despistar a la policía, que continuó desprendiéndose del cuerpo en una ladera junto al río Urola a escasos 400 metros del agroturismo, traslado que hicieron en coche.

K. U.

Aintzane, ¿dónde estás?

¿Estás bien?

Llamada perdida a Aintzane

Después se dirigieron a la costa para lanzar al mar diferentes objetos como el cuchillo con el que mataron a Aintzane. El arma nunca ha aparecido, pero la funda con restos biológicos del asesino y de la víctima sí que fue encontrada en una zona de rocas de Getaria donde también apareció la tarjeta Mugi de Aintzane.

4.00 h.

Esa noche un agente de la Ertzaintza de la comisaría de Zarautz salió en un vehículo del cuerpo policial en solitario para dotar de alcoholímetros a los compañeros que estaban haciendo un control en Zumaia. Regresó por la N-634, la carretera de la costa y nada más salir, sobre las 4.00, apreció la presencia de un vehículo estacionado en una zona apartada de gravilla. Dio las luces, aparcó al lado del coche, que era un Volkswagen at, y procedió a identificar a sus ocupantes.

A uno lo conoció rápido. Era E., con el que se había topado en otras ocasiones en actuaciones en Donostia, “la mayoría en contexto de peleas”. Consciente de su corpulencia y peligrosidad, pidió refuerzos. El vehículo no contaba con el seguro y las ruedas estaban en un estado que impedían su segura circulación, por lo que el planteamiento del agente fue claro: “O grúa o cepo”.

En el vistazo que dieron los agentes al coche encontraron la tarjeta de Osakidetza de Aintzane Pujana debajo del asiento del conductor. Sus asesinos explicaron que era de una amiga, “se le habrá caído”, y el agente dio verosimilitud a la respuesta porque él mismo había ido en dos ocasiones al agroturismo, el 30 y el 31 de diciembre, porque los propios condenados llamaron a la Ertzaintza para quejarse del ruido que otros ocupantes del agroturismo estaban haciendo por las fiestas de Nochevieja. Allí vieron que Aintzane también vivía con ellos.

4.07 h.

En el maletero había mucha ropa de mujer y todavía estaba el perro. El varón hizo un seguro exprés a las 4.07 horas porque no quería desprenderse del coche. Las pruebas de su crimen seguían ahí, por lo que llamaron a la grúa.

4.49 h.

El operario llegó al lugar y al percatarse de que había un perro encerrado en el maletero, se negó a realizar el servicio. Eso sucedió alrededor de las 4.45, porque el teléfono móvil de Aintzane Pujana, presente en el at, emitió señal por última vez a las 4.48 y un minuto después, a las 4.49, su asesinó llamó a la pareja de Pujana para pedirle que se acercara al lugar de la N-634 para recoger al perro.

Mandaron a un taxi a por él a Lasarte. La pareja llamó al móvil de Aintzane en numerosas ocasiones entre las 4.53 horas, cinco minutos después de que los condenados apagaran el móvil de Pujana, y las 6.49 horas. No obtuvo respuesta y E. y K. le dijeron que “se ha ido con un cliente”, aunque lo que le extrañó fue que “ella nunca apagaba el móvil”.

Llegó al apeadero de la N-634. Sacó al perro del maletero después de más de cinco horas encerrado ahí y la grúa llevó el vehículo a un taller de Aizarnazabal, Aizarnazabal Autoak. El taxi dejó a la pareja de Aintzane y a su perro en la estación de Euskotren de Zumaia y a los dos asesinos en el propio taller, a unos 450 metros del agroturismo.

5.49 h.

Los dos asesinos regresaron aproximadamente una hora después al at cargados de una bolsa grande, una almohada y una colcha. Se subieron al coche y comenzaron a primera hora su segundo intento por deshacerse de las pruebas. El dueño del taller nunca tuvo noticias de ningún coche que una grúa había dejado con las ruedas en mal estado.

9.20 h.

El primer rastro que dejaron fue a las 9.20 horas, cuando el varón echó gasolina en una estación de servicio Galp de Zumarraga y ella compró tabaco en la tienda.

10.08 h.

Realizaron una compra en el Todo-Todo de Tolosa, donde adquirieron, entre otras cosas, lejía, detergente, limón, amoniaco multisuperficie, servilletas y toallitas infantiles. Fue una cuenta de 11,15 euros.

Nada más salir del comercio se dirigieron a la zona de aspiradoras del lavadero de la estación de servicio Avia de Tolosa para limpiar el interior del coche.

Un detalle que no tuvieron en cuenta fue que el amoniaco no es el mejor producto de limpieza en el Volkswagen at, que cuenta con asientos de cuero, por lo que a pesar de la limpieza a conciencia que realizaron no eliminaron todos los rastros de sangre en los asientos de detrás. En el trayecto de vuelta se fueron deshaciendo de más pruebas que la Ertzaintza no ha podido encontrar. Sí halló bolsas de basura con ropa y un cubrecolchón en los contenedores de ropa cercanos al agroturismo y alfombrillas de coche en la empresa de recogida de ese material, en Errenteria.

4 de enero por la mañana

Los siguientes días los asesinos quizás se vieron impunes. El cuerpo de Pujana no fue descubierto hasta el 4 de enero por la mañana por la alcaldesa de Aizarnazabal, que realizaba junto a una brigada de limpieza una ruta por el barrio de Etxabe. En ese momento comenzó la investigación y E. y K. pronto aparecieron en ella. Primero como testigos y posteriormente como sospechosos.

La primera pista que apuntó a ellos fue que, al peinar los alrededores del punto en el que se encontró el cadáver, a 100 metros apareció un ticket de estacionamiento expedido por el sistema de OTA de Zarautz con la matrícula del Volkswagen at en cuestión inscrita en él. Según la hipótesis de la Ertzaintza, el trozo de papel voló la noche en la que arrojaron el cuerpo hasta llegar a un sitio próximo a las marquesinas de autobús.

Ambos testificaron el 4 de enero en calidad de testigos en la comisaría de Ondarreta y uno de los agentes que intervino en el juicio declaró que “dijimos a K. que habíamos encontrado el cuerpo de Aintzane y no tuvo una reacción lógica a una pérdida”. Ella testificó “con muchas fechas” en una declaración que pareció “guionizada” y entregó las llaves del agroturismo, el móvil y sus claves, mientras que él, al que le “ocuparon” los dos teléfonos móviles, no declaró aconsejado por su abogada.

Esa misma tarde la pareja de Aintzane, que fue el día anterior al agroturismo a recoger sus pertenencias, denunció su desaparición. Al día siguiente la Ertzaintza regresó al alojamiento con una orden de entrada y registro y durante ese trabajo la mujer expresó a los agentes que “E. ve mucho CSI, no se pierde un capítulo”, frase en un primer momento inocente que después los investigadores entendieron mejor por el comportamiento que observaron en los intentos de profunda limpieza del coche y del agroturismo de él.

Encontraron rastros de sangre en el fregadero, suelo y goma de la lavadora, y sumado al hallazgo de bridas en el apeadero de la N-634 y la tarjeta Mugi de Aintzane y la funda del cuchillo en la zona de rocas de Getaria, la Ertzaintza se dispuso a detener a los dos sospechosos.

12 de enero

Los agentes llamaron a K., a quien solicitaron que fueran a la comisaría con urgencia. Esta respondió que estaban en Bilbao, que no podían.

Pero cuando salieron del agroturismo

camino a la parada del autobús, ya que tenían el at incautado, los Ertzainas les sorpendieron y detuvieron a los dos.

Pero cuando salieron del agroturismo

camino a la parada del autobús, ya que tenían el at incautado, los Ertzainas les sorpendieron y detuvieron a los dos.

Pero cuando salieron del agroturismo

camino a la parada del autobús, ya que

tenían el at incautado, los Ertzainas les sorpendieron y detuvieron a los dos.

Pero cuando salieron

del agroturismo

camino a la parada del

autobús, ya que tenían el

at incautado, los

Ertzainas les sorpendieron

y detuvieron a los dos.

Fue su último día en libertad, once después de haber asesinado a Aintzane Pujana en el crimen que terminó en la primera condena de prisión permanente revisable en Gipuzkoa.

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