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Estas han sido las terceras navidades sin Javier en casa. El hermano de 15 años de Lucía murió por suicidio. Y esta joven donostiarra quiere hablar de su experiencia como familiar superviviente como parte del proceso del duelo y para ayudar a prevenir un drama que se cobra más de 50 vidas al año en Gipuzkoa. En 2020, 57 personas murieron por suicidio en el territorio. Su 'grano de arena' consiste en un reto que comenzó hace tres semanas: durante 28 días seguidos se está bañando en la playa de La Concha y compartiendo su vivencia en redes sociales para visibilizar esta situación.
Hasta este sábado, esta donostiarra está compartiendo en su red social de Instagram (@luciaolaizola) su iniciativa, y ha creado también una campaña para donar fondos a Bidegin, el servicio de apoyo al duelo de Gipuzkoa, que trabaja desde 2010 en el acompañamiento a supervivientes de muertes por suicidio.
El objetivo principal de Lucía es «hacer ruido», crear una conciencia sobre esta realidad que a día de hoy sigue siendo un tabú y que se dediquen más recursos a su prevención. «Que se hable del suicidio es el primer paso para lograr un plan de prevención a nivel nacional, además de formar a profesionales en detección, intervención y acompañamiento en la conducta suicida. No estamos preparados para abordar este fenómeno como problema de salud pública que es. De lo que no se habla parece que no existe. No hay protocolos suficientes, para quien lo sufre y tampoco para los supervivientes (las personas que sufren la muerte de un ser querido o allegado por suicidio)», asegura.
Lucía Olaizola
Lucía vive en Londres y la idea del reto '#unbañoporjavier Prevención del suicidio' surgió al inspirarse en otra experiencia solidaria llevada a cabo por un joven que utilizó la plataforma 'Mi grano de arena' para crear otro reto, uno que consistía en correr diez kilómetros diarios por la muerte por cáncer de su padre y por el fallecimiento por suicidio de su madre un año después. Lucía cuenta que en Reino Unido es muy común hacer este tipo de iniciativas para visibilizar causas sociales y recaudar dinero para diferentes organizaciones. Y así fue, se puso en o de «superviviente a superviviente» y se lanzó, en este caso, al agua.
Para Lucía está siendo difícil. «El agua está muy fría y son muchos días», pero insiste en que ha merecido la pena. «Está siendo muy emotivo. Estoy recibiendo mucho apoyo de mi familia y amistades. También he recibido mensajes de gente que ni conocía y me han acompañado en el baño». Sonríe al decir que «Javier se ha portado muy bien con el tiempo, que se lo ha puesto más fácil a su hermana». Asimismo se ha llevado una grata sorpresa con la recaudación, ya que en estos momentos hay más de 3.500 euros donados en 'mi grano de arena, #unbañoporjavier'. «Está siendo una pasada», agradece.
Decidió hacer el reto durante 28 días porque buscaba provocar un impacto. «No podían ser 15 días, no iba a ser un reto». Tenía que hacer algo para que la gente hablara de ello. «El simple hecho de que alguien preguntara para qué es esto y contestar 'para la prevención del suicidio' ya es hablar del tema y un paso más para que deje de ser un tabú», dice.
El reto ha llegado más lejos de lo que pensaba. Hay gente que se ha dado #unbañoporjavier en Estocolmo o en Lanzarote, cuenta Lucía, orgullosa de lo que está consiguiendo por Javier, para que la gente hable y lo siga haciendo.
«Él ya no está entre nosotros y apenas se habla de él, pero estamos mi familia y yo para seguir recordándole, concienciar a la sociedad y honrarle. Recordarlos por lo que fueron y no por la manera en que murieron es uno de los aprendizajes más importantes que como sociedad deberíamos integrar. Es una manera de acompañar dignamente a las familias y también a quienes fallecieron».
Asociación Bidegin
Teléfono 664 125 293
A lo largo de estas semanas ya ha logrado dar voz a #unbañoporJavier. «Hay una idea errónea de creer que cuanto más hablemos del suicidio más muertes habrá», advierte esta joven, al tiempo que insiste en el papel fundamental de los medios y en la necesidad de «aprender a comunicar bien una muerte por suicidio, sin ofrecer detalles de cómo ocurrió. Hay que hablar de lo sucedido, dar a conocer los recursos de ayuda e invertir en salud mental y afectiva».
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