Los cazadores se plantan tras el accidente mortal de Deba y llevan dos meses sin batidas de jabalíes

Dos meses y medio después del teórico inicio de la temporada de caza mayor en Gipuzkoa, los 1.200 cazadores licenciados no han realizado ni una sola batida. En condiciones normales ya se habrían llevado a cabo cerca de un millar de salidas para cazar jabalíes y corzos, pero el colectivo de cazadores mantiene un plante por la falta de seguridad que percibe para realizar su actividad tras la trágica jornada en la que una mujer falleció por una bala perdida en Deba, el 17 de diciembre del año pasado, lo que derivó en 22 expedientes sancionadores y varias retiradas de licencia contra cazadores que participaron en aquella batida. Este plante de los cazadores guipuzcoanos ya está teniendo consecuencias directas en la evolución de los jabalíes en los montes guipuzcoanos. La Diputación ite que se está produciendo un «grave problema» de sobrepoblación de esta especie.

La Diputación está en o con los cazadores para tratar de encauzar la situación y generar un mapa de «zonas de seguridad» que permitan retomar la actividad cinegética en Gipuzkoa. Fuentes del departamento de Equilibrio Verde señalan que la población de jabalíes en el territorio «históricamente se ha controlado con la caza», por lo que «estamos en relaciones con el colectivo de cazadores. La ley está para cumplirla. Estamos trabajando conjuntamente entre los técnicos de la Diputación, la Federación de Caza y las cuadrillas para elaborar mapas más precisos y establecer las zonas de seguridad con mayor exactitud», expresan desde el Departamento de Equilibrio Verde.

«No vemos que haya una forma segura de hacer caza, nos hemos dado cuenta de que la ley tiene debilidades», reclama Aritz Eceiza, coordinador general de la Federación Guipuzcoana de Caza. «Ante esta situación, el colectivo no está en huelga, sino que simplemente no sale a cazar hasta tener claro cómo y dónde hacerlo», aclara. El incidente se saldó con 22 expedientes abiertos por la Diputación y varias licencias retiradas.

El impacto de este plante del colectivo se ve reflejado en el número de ejemplares en Gipuzkoa. Un vídeo grabado recientemente por unos ganaderos de Gaintza en el que se puede observar un numeroso grupo de jabalíes evidencia una posible sobrepoblación. «Todavía no se aprecia con claridad esa sobrepoblación. Los verdaderos efectos se empezarán a percibir a partir de marzo, en la época de reproducción del animal», explica Eceiza.

En Gipuzkoa se cazan «alrededor de 2.500 jabalíes por temporada». Este animal suele tener cinco o seis crías por ejemplar. «Si no quitamos esos 2.500 jabalíes de los montes, van a nacer 6.000 más. Este animal se reproduce como los conejos», detalla Eceiza.

Este aumento de la población de jabalíes, prevé Eceiza, será más pronunciado a partir de marzo, cuando inician su época de reproducción. «Cada jabalí tiene cinco o seis crías y estas van creciendo a lo largo del verano. Esto supone un importante aumento de ejemplares en apenas unos meses».

Con la ausencia de batidas, además, es más usual ver a grandes grupos de jabalíes campar a sus anchas por los montes guipuzcoanos, como se aprecia en el vídeo de los ganaderos de Gaintza. «Como no hay caza, los jabalíes se confían y se hacen grupos cada vez más grandes». En este sentido, las batidas ejercen como arma de dispersión. «Cuando los animales ven el peligro se dispersan, por lo que se forman grupos más pequeños».

Desde ENBA (Euskal Nekazarien Batasuna) relacionan el plante de los cazadores con la sobrepoblación de jabalíes. «Si no hay batidas, este animal se va a reproducir como los conejos», advierte Xabier Iraola, coordinador de ENBA Gipuzkoa. «Nadie sabe cuántos jabalíes hay, pero por temporada se cazan más de 2.000». La organización expresa su «preocupación» por la situación que vive la caza actualmente en Gipuzkoa.

La fatídica batida de diciembre de 2023 en la que una mujer falleció a causa de una bala perdida ha tenido consecuencias legales para los integrantes del grupo de caza. La Diputación de Gipuzkoa abrió 22 expedientes a los participantes de la salida. A muchos de ellos se les retiró la licencia de caza hace un mes, con periodos de retirada que pueden ir desde uno a cinco años en función de cada caso.

La Diputación anunció la apertura de estos expedientes por «por cazar fuera de la zona autorizada» y, atendiendo a la Ley de Caza 2/2011 las multas, calificadas como muy graves, podrían ascender hasta los 6.000 euros. A todo ello se le suma la posible imputación penal de algunos de los integrantes de la batida.

Estas sanciones han levantado ampollas en el colectivo de cazadores, que se planta para reclamar condiciones seguras. Desde la Federación Guipuzcoana de Caza aseguran que «todavía no hay una fecha para volver con las batidas». Se sienten expuestos e indefensos y no volverán a cazar sin garantías. Exigen a la Diputación que establezca una serie de medidas de seguridad para que todos los integrantes de las batidas tengan la certeza de que están actuando en las zonas de caza autorizadas y que no incumplen la normativa impuesta.

Las batidas sirven para controlar una población de jabalíes que no para de incrementarse. Un animal que cada vez se acerca más a las zonas urbanas y causa numerosos desperfectos en las zonas agrarias. La temporada de caza mayor en Gipuzkoa llega hasta el 13 de abril, y estas primeras semanas son imprescindibles y muy difíciles de compensar en los primeros meses de 2025. Las 50 cuadrillas de caza que están actualmente en activo en Gipuzkoa realizaban batidas todos los fines de semana. Esto se traduce en un total de 200 batidas mensuales aproximadamente, unas 2.000 salidas anuales que esta temporada se verán considerablemente reducidas.

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