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Oskar ORtiz de Guinea
San Sebastián
Viernes, 22 de octubre 2021, 16:34
Los supuestos terroristas cuya presencia en el interior de un colegio cerca de Baiona hizo saltar ayer las alarmas por posible ataque terrorista, lo que ... obligó a confinar durante más de cinco horas a más de 400 alumnos de Enseñanza Secundaria, eran simples operarios que se disponían a realizar unos trabajos en el propio centro escolar. Así lo ha confirmado esta mañana el fiscal de Baiona, Jérôme Bourrier. «Eran simples trabajadores», ha comentado, por supuesto «sin antecedentes penales y desconocidas para los servicios de inteligencia» del país galo.
Probablemente estas tres personas se terminaron llevando un susto mayor que el que se dieron los alumnos y profesores del colegio Aturri de Saint-Pierre-D'Irube, un pequeño municipio a apenas tres kilómetros de Baiona. También muchos padres se asustaron y siguieron la actuación policial desde la zona del aparcamiento de Ikea, próximo al centro escolar. Y desde ahí vieron la detonación controlada de dos vehículos 'sospechosos'.
Los hechos se precipitaron a primera hora de la mañana, cuando los tres trabajadores –en un principio se habló de dos personas– descendieron del vehículo que habían compartido, sacaron unas alfombras y sobre ellas se pusieron a rezar. Según ha explicado el fiscal de Baiona, tras practicar sus oraciones diarias, cogieron sus bártulos de faena y accedieron al colegio a trabajar. Tres alumnos vieron la escena de los rezos y la posterior entrada al centro. Tal vez mediatizados por el simulacro de salida de emergencia en el que los casi 700 estudiantes del centro participaron la víspera, en su mente creyeron ver rezar a tres islamistas con una mochila al hombro que se disponían a explosionar. Dieron la voz de alerta, y a partir de ahí se activó el protocolo de alarma ante un posible ataque terrorista, tanto en el centro educativo como en otras localidades de Iparralde, con una fuerte presencia policial, así como del Ejército y de artificieros.
Ayer por la tarde, el subdelegado de Baiona, Philippe Le Moing-Surzur, ya ofreció una rueda de prensa para aclarar que la alerta se activó tras la advertencia de los tres alumnos que afirmaron ver a los sospechosos. Los alumnos fueron confinados en sus aulas, con un adulto en cada una de ellas. Se rastreó cada rincón del edificio «sin que se haya encontrado a ninguna persona sospechosa», aseguró el subdelegado.
El fiscal Jérôme Bourrier añadió que la Policía Judicial y la brigada de investigación se sumaron al caso para apoyar a la Gendarmería. Identificaron a los propietarios de los dos vehículos, que tampoco tienen «antecedentes policiales». La Policía judicial de Baiona se hizo cargo de la investigación, y el propio fiscal ha detallado hoy el resultado de la operación: los supuestos terroristas eran simples trabajadores que «practicaron sus oraciones matutinas después de haber estacionado su vehículo». Nada más. Los investigadores concluyeron que «ninguno ingresó ilegalmente en la escuela» y descartaron «cualquier hipótesis delictiva» o un «interés malicioso».
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