Zelenski anuncia un nuevo intercambio de presos tras la segunda reunión Ucrania-Rusia

Volodímir Zelenski ha confirmado a continuación las mismas sensaciones. «Se intercambiaron documentos a través de la mediación de la parte turca, y preparamos una nueva liberación de prisioneros de guerra», ha anunciaddo el presidente ucraniano en una rueda de prensa en Vilna (Lituania). Este canje sería el segundo en menos de quince días después que en el primer encuentro entre los dos países, celebrado el 16 de mayo, se acordara liberar a mil presos por cada bando.

La delegación de Kiev ha entregado también este lunes a sus interlocutores un listado con los nombres de cientos de niños ucranianos que han sido enviados a Rusia durante la invasión sobre los que exige que sean devueltos a su país. Aunque esta reclamación no es nueva, sí es la primera vez en que el Gobierno de Zelenski concreta hasta ese extremo su reivindicación, mientras sostiene que este retorno sería una «prueba de confianza» sólida para comenzar una negociación de alto el fuego.

La segunda reunión entre ambas delegaciones ha concluido de una manera aparentemente más optimista respecto a su comienzo. De hecho, no ha habido más preámbulos que un breve discurso del ministro de Exteriores turco, Hakan Fidan, expresando su confianza en el final de la guerra, al que ha continuado el intercambio de documentos. A diferencia de la cita anterior, varios delegados ucranianos han acudido a la reunión vestidos de uniforme. Moscú ha aprovechado la circunstancia para lanzar algunas pullas. «Menos mal que no han venido con armas» o las comparativas de las insignias ucranianas con los galones de las SS nazis han proliferado en los medios rusos. Nada, por tanto, que hiciera presagiar un acercamiento.

Los rusos han recibido el documento para la paz de la delegación enviada por Kiev, que establece tres prioridades concretas. Las dos primeras son un alto el fuego y la aplicación de medidas de confianza. Bajo este nombre, Ucrania se refiere a un nuevo canje de prisioneros y el retorno de los niños ucranianos trasladados a Rusia durante la invasión. Su tercera condición es una reunión entre Volodímir Zelenski y Vladímir Putin, que Moscú ve todavía muy lejana. Antes de llegar a ese momento, el Kremlin considera necesaria una amplia labor preparativa que incluya abonar el terreno mediante una serie de reuniones técnicas y una agenda de asuntos concretos.

La representación rusa ha entregado a sus oponentes el pliego de condiciones del Kremlin. A diferencia de éstos, que sitúan el debate territorial al final de todo el proceso, Moscú plantea en primer lugar un diálogo para eliminar las «causas profundas del conflicto» y obtener garantías para los intereses de Rusia.

Resulta evidente que la escalada de los ataques mutuos en las últimas dos semanas ha influido en esta reunión. Y, sobre todo, la inaudita operación ucraniana que ha logrado introducir numerosos drones en territorio ruso y atacar este domingo cuatro bases de su fuerza aérea, con el resultado de cuarenta aeronaves estratégicas destruidas.

No obstante, todo parece indicar que el Kremlin ha puesto una mano sobre la diplomacia y otra sobre las armas. Varios análisis rusos coinciden en que la delegación de su país ha acudido a Estambul sin ánimo de enzarsarse en una batalla dialética sobre los ataques, sino con la intención de presentar únicamente sus exigencias sobre un proceso de paz. De la respuesta militar a los ataques no se ocupa su equipo de negociadores, según los expertos, sino el Ministerio de Defensa. El ejército, en ese sentido, podría haber planificado ya una serie de bombardeos nocturnos sobre el país vecino con carácter inmediato, que comenzarían tras la conclusión de la segunda ronda de os.

Después de un domingo con ataques masivos de Ucrania contra Rusia con drones, sin precedentes por su intensidad, alcance y carácter estratégico, al golpear aeródromos con bombarderos de capacidad nuclear, este lunes varias regiones rusas han vuelto a amanecer con aparatos aéreos no tripulados sobre el cielo.

Mientras, en Estambul las delegaciones rusa y ucraniana se disponen a abordar la segunda ronda de os para intercambiarse las hojas de ruta o memorándums con sus respectivas visiones de lo que hay que hacer para lograr poner fin al conflicto. Varios de los negociadores ucranianos han llegado vestidos de uniforme militar de campaña. «Estamos dispuestos a tomar las medidas necesarias para la paz», ha dicho el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien ha señalado que los aspectos claves en su opinión serían el establecimiento de un alto el fuego, un nuevo canje de prisioneros y el regreso de los niños ucranianos trasladados a Rusia.

Según el parte matinal del Ministerio de Defensa ruso, los sistemas de defensa antiaérea lograron derribar durante la noche del domingo al lunes un total de 162 drones sobre las regiones de Kursk, Bélgorod, Lípetsk, Vorónezh, Briansk, Riazán, Oriol y Tambov. También sobre la anexionada Crimea. La región más afectada ha sido Kursk, en donde fueron abatidos 57 drones y cuyo gobernador interino, Alexánder Jinstéin, reporta incendios en viviendas. En Vorónezh, según el gobernador Alexánder Gúsev, los fragmentos de los aparatos derribados dañaron tendidos eléctricos e interrumpieron el tráfico en la autovía M-4.

El Ministerio de Defensa ruso no ha informado de ataques contra la región de Sarátov, en donde se encuentra una de las bases aéreas más importantes del país, la de Engels-2, que aloja bombarderos estratégicos Tu-160 y Tu-95MS, capaces de portar armamento nuclear. Sin embargo, el gobernador local, Román Busarguin, ordenó este lunes desconectar internet a la telefonía móvil. Según sus palabras, «esto es necesario para garantizar la seguridad, pido comprensión».

El aeródromo de Engels-2 ha sido objetivo recurrente de los ataques ucranianos y hay temor de que, tras los bombardeos del domingo contra cinco bases aéreas rusas en distintas regiones, incluida Siberia, que se encuentra a muchos miles de kilómetros de Ucrania, Sarátov pueda estar en los planes de ataque de Kiev.

Investigadores militares rusos se han dedicado este lunes a recoger restos de los drones ucranianos derribados en Kursk para su análisis, según informó el gobierno regional. Al parecer, se trata de intentar determinar el lugar de fabricación y almacenaje de estos aparatos aéreos, que el domingo fueron disparados desde camiones de transporte civil contra los aeródromos. Se sospecha que los drones pudieron ser ensamblados y almacenados dentro de Rusia.

Están siendo además interrogados los conductores de los camiones desde los que se lanzaron los drones. Uno de ellos según el canal de Telegram Baza, ha confesado que recibió el encargo de trasladar desde la ciudad de Chelíabinsk, en los Urales, a Múrmansk, en la península de Kola, cuatro contendores de madera, en cuyo interior se encontraban los drones aunque él sostiene que no lo sabía. Pero, durante el viaje, recibió una llamada telefónica de un desconocido que le indicó en dónde y a qué hora tenía que hacer una parada. Fue una gasolinera de Rosneft cerca de la base aérea de Olenia. Cuando paró, desde el interior del vehículo empezaron a volar los drones que devastaron las aeronaves rusas.

Historias similares relataron los conductores de otros camiones con destinos a Irkutsk (Siberia), Riazán, Ivánovo y Amur. Todos partieron de Chelíabinsk, por lo que la Policía ha estado buscando allí el lugar en donde se almacenaron los ingenios voladores ucranianos. Uno de los hangares supuestamente utilizado para ello ha sido hallado completamente vacío, aunque los arrendadores del inmueble han sido arrestados.